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ISSN 1989-4163

NUMERO 104 - VERANO 2019

 

Lecturas Inactuales (XX): "Casa Tomada" (Julio Cortazar)

Luis Arturo Hernández

“CASA TOMADA” (JULIO CORTÁZAR):                       
               PROTORRAYUELA CON FRAGMENTOS DE APOCALIPSIS
                                                                                                                        
                                                                      A los antiguos moradores
                                                             de (Juan) Domingo Beltrán al 100
                                              y a ellas, Nerea e Idoia, que me repasaron la
                                                     rayuela a medida que ocupaban la casa.

     
  “(…) Por ti van las semanas/
a patacoja,/
sin pisar raya./
El que pisa raya pisa medalla./
Cuando no sabe el mundo/
qué paso dar,/
 y todo está en suspenso,/
como trabado,/
saltas tú a pies juntillas,/
salvas la zanja,/
y vuelve el día a correr,/
claro en tu agua.”
            Francisco Umbral, Mortal y rosa

 

    “(…) Disculpa que tan de largo te escriba
de los antros y los recovecos de aquella ergástula antigua,
que tú te sabes de sobra; pero es el caso que —mira—,
desde que tú faltaste, una nueva plaga de hormigas
funcionarias y progresadoras y contratistas
ha arrasado la vasta mansión y las galerías
de la Delegación de Hacienda en Zamora, y ya tu oficina
no está en sitio ninguno en la tierra: techos y vigas
cayeron enormes, las gruesas paredes de cantería
se derrumbaron en polvo, y la Casa, apenas roída
de un siglo de uso, por obra del puro ideal y las cifras
dementes de nueva camada burócrata, fue reducida
a tantos metros cuadrados a tanto el metro; y quería
que por lo menos quedara en los versos sólida y fija
la Casa en la cual marchitándose fue la flor de tu vida.”
     Agustín GARCÍA CALVO, Relato de amor (endecha)
                        
    
    “***** (…) soltaba su frase Zen, se quedaba escuchándola —a veces a lo largo de cincuenta páginas, el muy monstruo—, y hubiera sido absurdo y de mala fe sospechar que esas páginas estaban orientadas a un lector.”
                                                 Julio Cortázar, Rayuela  (1980: 491)   

   “Los del Club, con dos excepciones, sostenían que era más fácil entender a Morelli por sus citas que por sus meandros personales.”
                                                 Julio Cortázar, Rayuela  (1980: 466)   

    “Cirtaré todo lo que me dé la gana.”
                                                 Julio Cortázar, Rayuela  (1980: 506)   

 

                                         “TABLERO DE DIRECCIÓN  (o SENTIDO)

        “A mí en realidad no me gustó nunca la rayuela.”
                           Julio Cortázar, Rayuela (1980: 368)

   A su manera este ensayo es muchos ensayos, pero sobre todo es dos ensayos. La lectora queda invitada a elegir una de las dos posibilidades siguientes:

    El primer ensayo se deja leer en forma corriente, y termina en el capítulo 3, al pie del cual hay tres vistosas estrellitas que equivalen a la palabra Fin. Por consiguiente, la lectora prescindirá sin remordimiento de lo que sigue.”
                                       
 
                                                                        0
                                      SÍNTESIS DEL ARGUMENTO
                                ¿SINOPSIS, SINAPSIS O SEMIOSIS?

      “Imaginar un repertorio de insignificancias, el enorme trabajo de conocerlas e investigarlas a fondo.”
                                   Julio Cortázar, Rayuela (1980: 75)

   Entre la genética textual y la “psicomagia”, este ensayo , especulativo e intertextual, ofrece una lectura de “Casa tomada” (de Julio Cortázar) que, bajo la imagen gráfica de la rayuela del plano de la Casa, exhuma la planta de cruz latina de una iglesia en clave de Apocalipsis [aventurando, en el palimpsesto de los arquetipos culturales, y gracias al Tarot, la identidad de un pobre diablo, con la puesta en abismo de un álbum filatélico.]

                                                               1                    
                         BASADO EN HECHOS SUPERREALES (AÑOS CUARENTA)
      “Y a esto debía agregarse una nota bastante confusa, donde Morelli tramaba un episodio en el que dejaría en blanco el nombre de los personajes, para que en cada caso esa supuesta abstracción se resolviera obligadamente en una atribución hipotética.”
                                               Julio Cortázar, Rayuela (1980: 543)

   [Uno de nosotros] e Irene, hermanos solteros que habitan la casa de sus antepasados paternos sita en la trasera de la C/ Rodríguez Peña —y dedicados en su retiro monacal a tejer, ella, y mirar sellos, [] —, aceptan la toma de la casa por parte de una marabunta que los expulsa de ella, tirando la llave para que no entre en la casa ningún vagabundo.
                                                                2
                         BASADO EN HECHOS REALES (AÑOS VEINTE)  
     —“Si él pudiera comprender el mal que nos hizo, Babe… Si tuviera alma, si fuese capaz de pensar por un segundo en lo que dejó atrás cuando cerró la puerta con un empujón de rabia…Dos años, Babe, dos años… y nada hemos sabido de él…”
                                                  Julio Cortázar, “Llama el teléfono, Delia”

     “Tiene a su madre, a su abuela, a su hermana.”
                                                  Julio Cortázar, “Mudanza”

     “¿A usted le vuelve su papá? Quiero decir el fantasma.”
                                                  Julio Cortázar, Rayuela (1980: 62)

 

   Cocó y Memé, hermanos e hijos de un hombre que abandonó a la familia siendo ellos niños, habitan la casa de su abuela materna situada en C/ Rodríguez Peña —dedicados a jugar, ella, y a leer, él—, sintiendo la secreta querencia por el padre, a quien su madre ha borrado de su vida, por lo que con el tiempo, empujados por esa corrección latente, los dos abandonan la casa  —él, marchándose a Europa; ella fugándose por la locura—, tirando  la llave para que no se cuele en la casa la figura de un lejano padre arruinado. 

                                                                    3            
     CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD NO ES PURA COINCIDENCIA

     “De cuando en cuando ocurría que las palabras de los muertos coincidían con lo que estaban pensando los vivos (si unos estaban vivos y los otros muertos).”
                                                  Julio Cortázar, Rayuela (1980: 80)

     «(“Y entonces mi hermana era mi tía Irene, pero no estoy segura”)»
                                                    Julio Cortázar, Rayuela (1980: 609)

   [] e Irene, hermanos solteros e hijos de un hombre que abandonó a la familia siendo ellos niños y cuya figura borró de su vida la  madre, habitan la casa de sus antepasados paternos situada en la trasera de la C/ Rodríguez Peña—dedicados a tejer, ella, y a mirar sellos, []—, y aceptan la toma de la casa por parte de la marabunta —corrección latente de la figura del padre— que los expulsa de ella, tirando la llave para que no entre en ella su padre arruinado.   

                                                               ***
I.DEL LADO DE ACÁ
(PESADILLA AUDITIVA)

         “Somos huéspedes del misterio.”
                                           Luigi Giussani
                                                                                   
      “La casa estaba habitada sólo en los extremos. En el interior, en una habitación que daba a los patios, vivía la madre y su amante, y en el exterior, en una habitación con balcón a la Gran Vía, vivía el vigilante. En medio había por lo menos seis habitaciones vacías, en donde entre el polvo y las telarañas se adivinaban las presencias de sus antiguos moradores”.
                                           Roberto Bolaño, Los detectives salvajes

      “La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato.  Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela, caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo (), lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar.”
                                            Julio Cortázar, Rayuela (1980: 251-252)

     “(…) pero de todo lo que llevaba escrito se desprendía con una eficacia infinitamente más grande que la de cualquier enunciado o cualquier análisis, la corrosión profunda de un mundo denunciado como falso, el ataque por acumulación y no por destrucción, la ironía casi diabólica (…)”
                                              Julio Cortázar, Rayuela (1980: 604)
 

     LA TORRE —DE MARFIL— HERIDA POR EL RAYO o LA CASILLA —DE LA CASONA— HERIDA POR LA RAYUELA

         “Naturalmente, la súbita aglomeración lo trastorna; no entiende por qué todos estos seres han elegido su casa; y tampoco entiende qué función desempeñan en ella. Pero nada lo turba tanto como el hecho de que estos seres se nieguen a dejarse ver, a hablarle, a relacionarse de alguna manera, aunque sólo sea por señas, con él. Sabe que no puede seguir viviendo en una casa infestada de ese modo, pero si al menos pudiera hablar con esas imágenes, la misteriosa ocupación tendría un sentido, y tal vez conferiría incluso un sentido a su vida. Desde un punto de vista meramente práctico, no puede aportar ninguna prueba de la existencia en su casa de esos seres, y sin embargo su presencia no sólo es evidente e inquietante, sino obvia.”
                                                                                  Giorgio Manganelli, “Cuarenta y ocho”, Centuria

     “(…) deteniéndose en las placitas confidenciales para besarse en los bancos o mirar las rayuelas, los ritos infantiles del guijarro y el salto sobre un pie para entrar en el Cielo.”
                                                                                  Julio Cortázar, Rayuela (1980. 36)    

      “¿Así que tenías una Ángela escondida? Te odio. Nunca te vas a querer casar con tu hermana, ya lo sé. Los hombres son algo horrendo. Me mantendré célibe (¿o céliba?). Adieu, mon semblable, mon frère (retomé la Alianza para cuando estemos en París).”
                                                                                  Ricardo Piglia, Respiración artificial

     “Una rayuela en la acera: tiza roja, tiza verde. CIEL. La vereda, allá en Burzaco, la piedrita tan amorosamente elegida, el breve empujón con la punta del zapato, despacio, despacio, aunque el cielo está cerca, toda la vida por delante.”
                                                                                    Julio Cortázar, Rayuela (1980: 540)

        “Nuestro reloj ya no avanza hacia los actos heroicos e inmortales; es un reloj antiguo que prefiere marcar los tiempos cotidianos de un par de hermanos de mediana edad que se aman y se amarán, condena o bendición, hasta el final.
   ”Ninguna traición, ni siquiera el asesinato, evitará que Ada y yo estemos unidos hasta la muerte. Naturalmente, yo pienso que es un enorme bendición sentirse atado a otro ser humano.”
                                                                                    Felipe Polleri, La inocencia

         “Entonces se abrió el templo de Dios en el cielo, y fue vista el Arca de su testamento en su templo, y se formaron  rayos, y voces, y truenos, y terremoto, y pedrisco espantoso.”
                                                                                     El Apocalipsis, XI, 19

   Basta contemplar el plano de “Casa tomada” (Bestiario, 1951) , para comprobar, más allá de cualquier otra interpretación , que se trata de un croquis del juego de la rayuela .
   La rayuela, que había de consagrar mundialmente a Julio Cortázar a partir de la novela epónima , está ya en los cimientos de ese panteón de cementerio que es “Casa tomada” .

  

Sin embargo, la aplicación del juego a la hermenéutica que ya realizara Arellano , así como la exégesis generalizada de la pérdida del Paraíso , del “jardín” —de infancia— del Edén del autor,  se nos antojan insuficientes  por cuanto inscriben  la expulsión de ese “matrimonio de hermanos” del paraíso terrenal en un juego cuyo movimiento no discurre desde el “paraíso” (Alazraki, 1983: 144) o “cielo” (González, 1980: 392-393) a la “tierra”, sino precisamente desde la Tierra al Cielo, y ello en un relato que cuenta la victoria, a la rayuela, de unas bestias invisibles—“ellos”, masculino genérico, ¿o acaso eventualmente “ellas”?— que se adueñan de la casa: el Apocalipsis del mundo familiar y la ruina patrimonial de un fin de raza.

 

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                                            NOTAS (PRESCINDIBLES)

   NOTA 0 y CITA PREVIA: los exergos o citas literarias que encabezan los sucesivos epígrafes, sin embargo, son imprescindibles en el rompecabezas de casillas de la rayuela intertextual, por tratarse de  figuras simultáneas, constelaciones asociativas —“Ansié la dispersión de las duras constelaciones” (Cortázar, 1980: 427)— y/o correspondencias de palabras clave —“y la frase pedestre se vuelve llave” (Cortázar, 1980: 490) —.

  Versión revisada, ilustrada  y definitiva de «”Casa tomada” (de Julio Cortázar): protorrayuela con fragmentos de Apocalipsis», en B. González, J. C. Pantoja y F. Crosas (eds.),  Actas del XI Simposio general de la FASPE, pp. 311-334, Toledo, APE de Castilla-La Mancha “Garcilaso de la Vega”, 2007. 

La corrección. Se trata de una hormiga nativa de Sudamérica —Solenopsis richteri— y conocida como hormiga de fuego o como hormiga brava” (Quiroga, 2015: 237, n. 228). “Su entrada en una casa supone la exterminación absoluta de todo ser viviente, pues no hay rincón ni agujero profundo donde no se precipite el río devorador. Los perros aúllan, los bueyes mugen y es forzoso abandonarles la casa, a trueque de ser roídos en diez horas hasta el esqueleto. Permanecen en un lugar uno, dos, hasta cinco días, según su riqueza en insectos, carne o grasa. Una vez devorado todo, se van” (Quiroga, 2015: 237-238).

   Véase la edición de Casa Tomada de Julio Cortázar, en traducción al diseño gráfico de Juan Fresán, Barcelona, Minotauro, 1993. No deja de ser una  coincidencia significativa que aparezca en ed. Minotauro este primer cuento de Julio Cortázar incluido en Bestiario y contemporáneo de Los reyes (1949), primera pieza teatral del autor en la que “ofrece un original retrato del minotauro en el que defiende al ‘monstruo’ en contra del aquí desmitificado Teseo” (Reyzábal, 1994: 42). Sea como fuere, y para “Casa tomada”, citaremos de aquí  en adelante por la ed. de Cuentos completos 1, Madrid, Alfaguara, 1994, pp. 107-111.

   Jaime Alazraki (1994: 72)  ha ido descartando las sucesivas interpretaciones del cuento como metáfora de las clases medias durante el Peronismo o del aislamiento de Argentina tras la II Guerra Mundial, como relación incestuosa —o monacal— entre ambos hermanos, como alegoría del parto o relectura del mito del minotauro.

   De hecho, “Sonia Arellano González —Tres eslabones en la narrativa de Cortázar (Santiago de Chile, Editorial del Pacífico, 1972), p. 29— cree que la casa es un laberinto donde se refugian las fuerzas del inconsciente y encuentra una analogía entre el plano de la casa, dibujado de acuerdo con la detallada y completa descripción de ésta hecha en el cuento, y el diseño de una rayuela” (González, 1980: 392).    «Entonces junto a su guarida trazó rayas en el suelo, varios cuadrados superpuestos y un círculo en el extremo, con lo cual reproducía en escala las extensiones que él solía recorrer, con sus hondonadas y sus ríos, y el horizonte o cielo inmediato al final del trazado. Y allí jugaba al tejo, tan orondo y feliz, encerrado en sus palabras, y todos los días, saltando, llegaba al “cielo” del dibujo, mientras los demás domesticaban para siempre el pulgar y entraban en el pensamiento y explicaban la naturaleza del trueno y del relámpago. Sin saberlo, el Anthropus estaba jugando a la rayuela y escribiendo a su manera una novela de Cortázar» (Moyano, 1999: 51-52).
 

OP (…) Juego en ese sentido de cosa sagrada que vos le das. Y eso se advierte desde el título y desde la forma de la rayuela, que puede ser entendida como un camino que conduce hacia una forma de perfección.
    JC  Y como vía de conocimiento”  (Cortázar y Prego, 2006: 169).
 

   « (…) el primer relato publicado de Bestiario —“Casa tomada”— apareció por primera vez en 1946 en la revista Los Anales de Buenos Aires», recuerda Alazraki (1994:144-145), quien reproduce el testimonio del propio Borges: «Yo dirigía una revista, Los Anales de Buenos Aires, y recuerdo que se presentó a la redacción un muchacho alto que traía un manuscrito. Le dije que iba a leerlo. Volvió al cabo de una semana. El cuento se llamaba “Casa tomada”. Le dije que era admirable y mi hermana Nora lo ilustró» (1994: 58). “Aunque Borges la repitió en innúmeras ocasiones, la leyenda de que él fue el primer editor de Cortázar es errónea” (Montes-Bradley, 2005: 330, n.2).  De cualquier modo, “En aquella casa del cuento podía haber vivido perfectamente el propio Borges con su hermanan Norah, y llevar casi la misma vida”, pareciera terciar Dalmau  (2015. 153).

“El juego consistiría en ir desde la tierra hasta el cielo y viceversa y acabaría con la victoria de los monstruos sobre los hombres, a los que expulsarían desde el cielo hasta la tierra, con las connotaciones que esto tiene de expulsión de la zona sagrada y de pérdida del paraíso”, González (1980: 392-393). De hecho, “En la casa circulaban libremente gatos, perros y cotorras, y Julio se sentía como en el paraíso. Tiempo después aquello solía volverle a ráfagas. (…): sentirse a cuatro patas bajo las plantaciones de tomates o de maíz del jardín, rey de su reino de Banfield, mirando los insectos sin intermediarios entomológicos, oliendo como no es posible para el adulto, las hojas, las flores, la tierra mojada”, Dalmau sobre el autor (2015: 46).

«La expulsión definitiva sobreviene en un segundo movimiento, que finalmente los deja en la calle: “Han tomado esta parte”, como el relato bíblico, en que el hombre es condenado a errar por la tierra, fuera del Paraíso», afirma Alazraki (1983:144). « (…) es del todo sensato ver en “Casa tomada” la relectura, por un escritor argentino contemporáneo, de la vieja metáfora bíblica» (1983:145). De hecho, “Cortázar solía decir que su casa de Banfield era un paraíso donde él ejerció el papel de Adán” (Dalmau, 2015: 60), si bien no es menos cierto que, como afirmaba la propia Ofelia, hermana del autor: “yo era el diablo y él era todo temor. Yo era el Infierno, y él, la obediencia” (Dalmau, 2015: 59), lo que lleva a este biógrafo a identificar a su hermana no con Eva, sino con “Lilith: la verdadera primera mujer de Adán” (2015. 60).    Y, aunque tentadora, la hipótesis muestra bien a las claras la imposibilidad de identificarlos a “ellos” —las fuerzas ocultas— con el querubín que expulsa del Edén judeocristiano a sus primeros padres en el Génesis y, más aún, descartado el incesto en una fratría que no prueba el fruto prohibido y resulta estéril.

 

 

 

 


 

 

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