Un buen libro de intriga es aquel que, tras comenzar su lectura, hace que comamos rápido y durmamos poco hasta que logramos llegar a su desenlace. El globo de Hitler es uno de esos libros. A las pocas páginas de empezarlo te atrapa con su propuesta de partida, mezcla de realidad y ficción, y ya no te suelta hasta que alcanzas la página 384.
Su arranque es el siguiente: En 2007, un excéntrico millonario americano compra en una subasta el globo terráqueo que Hitler tenía en su refugio del Berghof. Oculto en su interior, un pequeño papel con unas crípticas palabras que, presumiblemente, conforman el último mensaje de Hitler. ¿Para quién? ¿Cuál es el significado del mismo? El millonario contrata a Katherine Gordon, profesora de Historia del Tercer Reich de la universidad de Oxford para que averigüe cuál es el secreto que se ocultó en el globo de Hitler. A lo largo del libro, Rubén Castillo demuestra que domina perfectamente los recursos del género de intriga. Con una prosa directa, eficaz, en seguida logra involucrarnos en la búsqueda de su protagonista. Con ella de la mano vamos recorriendo Europa siguiendo pista tras pista, al igual que los miembros de una oscura organización, mientras, a la par, Castillo va retratándonos al Führer y sus más íntimos colaboradores (Himmler, Goebbels, Bormann y Goering) con ácida crudeza y detalle que logra que parezcan caricaturas, a pesar de ser completamente realistas. La trama, sin fisuras, transcurre paralela al relato de lo que fueron las últimas jornadas de la cúpula Nazi y que acabó con el suicidio de todos ellos. Adicionalmente, pero sin abusar de ello, Castillo nos va completando el dibujo de la personalidad de sus protagonistas, a fin de que alcancemos la empatía que todo carácter literario necesita para implicar al lector.
La gran labor de documentación de Castillo obtiene así un doble foco de interés: de un lado descubrir qué quiso preservar del Führer o qué mensaje quiso enviar a la posteridad. De otro lado, el relato periodístico de qué, y el porqué, hicieron todos los mandos Nazis durante aquellas últimas semanas del Tercer Reich, cuando todos comprendían la inevitabilidad de la derrota frente a los Aliados. Introduciendo con habilidad de maestro su tesis entre los datos contrastables de aquellos días, Castillo sustenta su novela sobre unos pilares sólidos como los de un rascacielos. El final, si no apocalíptico, como uno podría sospechar al ir avanzando sobre la novela, es inesperado y, quizás, el único posible dentro de la lógica histórica.
Así pues, El globo de Hitler es una magnífica novela. Sus 384 páginas se nos hacen cortas gracias a las habilidades narrativas del autor, pero además son un entretenidísimo medio para recordar –o conocer- quienes fueron, cómo eran, y cuáles fueron las motivaciones de aquellos megalomaníacos que arrastraron al pueblo germano y a medio mundo a la más terrible guerra que la Humanidad ha conocido y cuyos terribles hechos aún perduran frescos en la memoria colectiva del hombre.
El globo de Hitler sólo se puede comprar por Internet aquí.