AGITADORAS

 

PORTADA

 

AGITANDO

 

CONTACTO

 

NOSOTROS

       

ISSN 1989-4163

NUMERO 126 - OCTUBRE 2021

 

Los Misterios de Facebook

Francisco Gómez

Para Ángel Alfosea
Para Traus de la Cana
Para José Cantabella
Y muchos más

Uno, le guste o no, ha acabado y sucumbido a los abrazos de algunas redes sociales como una forma cualquiera de ser y estar en este mundo digitalizado y globalizado que ya forma parte casi inevitable de nuestra vida.

Parece que no eres nadie, no pintas nada si no estás en Instagram, Linkedin, Twitter, Facebook y demás. Alguien apartado en la sociedad de la deshumanización y tu calidad se mide por tu cantidad de seguidores.

Sí, lo reconozco. He caído en las nebulosas de la nube. Las editoriales, los agentes culturales y literarios subrayan con énfasis casi profética que no llegarás a nada (Juan Benet dixit) si no interactúas con tus amigos lectores y público que te interpelan y preguntan. Anuncias tus cosas porque de forma perentoria formas parte de la so(u)ciedad y el mundo y debes tener la llamada “visibilidad” ¡¡Oh!!, reveladora palabra de muchas sílabas para realzar su importancia.

Quizás, si no llevas cuidado, las tentadoras redes con sus ágiles tentáculos, pueden arrastrarte a leer menos, perder capacidad de concentración, estar menos contigo mismo y más con el exterior volátil, disminuir el contacto con la realidad real, escenario de posibilidades inciertas y futuros pixelados y logarítmicos...

Le debo algo importante a Facebook; buenos dos cosas básicas. Es un portal de comunicación para transmitir tus cosas. Dentro de poco anunciaré una importante. La publicación de un libro editado por Frutos del Tiempo en su colección Fifty y otra: su recordatorio perfecto y milimétrico de los cumpleaños de las personas que estimo y tengo agregadas como amigos. Sorprendido observo la cantidad de amigos que tienen algunos con cientos, miles de seguidores en su perfil (hasta 5.000 me parece como tope máximo) sin ser personas famosas o conocidas en cualquier campo, incluido el famoseo intragable.

Hay un aspecto que me inquieta, desasosiega mucho más, llega al alma y duele... Tengo amigos que han marchado ya tras el Azul del Misterio pero sus perfiles siguen vigentes en Facebook y te anuncia sus onomásticas o aparecen relacionados con otros amigos y puedes acceder a sus muros, aunque no publiquen ya nada desde hace años. Es una sensación inquietante, extraña, brumosa contemplar cómo te recuerdan como si el sentimiento y la necesidad de eternidad que anhela el ser humano estuviese sólo certificada de la mano de esta gran red mundial que todo lo abarca.

Los humanos, a veces, demasiadas veces, olvidamos demasiado rápido aunque queden los libros y documentos que muchas veces ignoramos. Este aire de eternidad, permanencia de la que es fiel testigo el notario Facebook inquieta, remueve los cimientos. Ver las cosas de tus amigos idos, saber que ya no están pero el logaritmo impertérrito hace caso omiso de la desaparición.

En estos tiempos líquidos, ¿Facebook es el único albacea de tu deseo de ser perenne en la memoria de los hombres de tu tiempo? Me hago esta pregunta y ya no soy capaz de contestarla, como otras muchas...

Es vergonzoso. Acumulo calendarios en mis bolsillos y las dudas aumentan en mi cabeza y corazón. Soy un tipo limitado y demediado en sus cavilaciones.

 

 

 

 

 


 

 

Los misterios de Facebook

 

 

 

 
@ Agitadoras.com 2021