Sólo al final de la novela sabremos el porqué del título Mi buen asesino. Lectura rápida y muy profunda de una ciudad corrompida donde encontramos a un asesino muy interesado por Hammett y Stevenson… reflexión profunda sobre los personajes que deambulan por sus páginas con sus tiros, su erotismo y su pizca de amor.
Mucho humor, mucha ironía y una situación curiosa… en algún momento, todos, hemos dicho que estamos harto de nuestro trabajo… y eso es lo que parece serle pasa a Samuel. La conciencia, por tres veces, le pregunta ¿por qué matas? (página 74) y entra en una crisis laboral, no pudiendo cumplir un encargo hecho por el “mandamás” de Novápolis.
Samuel tiene que decidir entre ser “un asesino” o “un buen asesino”.
¿Qué sucede cuando un asesino profesional verdaderamente dotado para su oficio se ve incapacitado para llevarlo a cabo? De un día para otro, Samuel, el protagonista de esta novela escrita a tiros, con frases explosivas y que dan en la diana, padece una crisis laboral y se ve incapaz de cumplir con éxito un encargo de Pequeño César, el mafioso que gobierna la ciudad de Novápolis.
Mi buen asesino es tanto una reflexión sobre la violencia como una novela negra con acción, risas, disparos, piedras preciosas, bocadillos de foodtruck, caviar y corruptelas políticas. Samuel deberá decidir entre ser un asesino o un buen asesino. ¿Es posible sentir simpatía por un criminal?
Pau Arenós pilota con mano firme y una escritura fulgurante repleta de imágenes –y un característico sentido del humor– su segunda novela. Mi buen asesino bordea el género de la novela criminal para precipitarse por nuevos caminos.
Pau Arenós (Villarreal, Castellón, 1966) es un escritor de difícil clasificación en el zoo narrativo. Especializado en gastronomía y con 30 años de carrera en El Periódico de Catalunya, ha escrito dos novelas (la primera se tituló Una puta muy alta) y Fucknewsdos libros de cuentos (Eltopo a la luz del día y, el más reciente,). Es demasiado mayor para ser una promesa y demasiado joven para retirarse. Solo está afiliado a un club de natación.
Desde Agitadoras charlamos con Pau Arenós… Gracias…
P.- Por favor, presente a Pau Arenós.
R.- Periodista, escritor. Alguien que se gana la vida con la palabra: es un privilegio en estos tiempos cobrar gracias a la escritura. Hace 30 años que formo parte de la redacción de El Periódico de Catalunya, he escrito una quincena de libros, en su mayoría de no ficción, y estoy especializado en gastronomía. Dirijo también la web serie Cata Mayor y colaboro con radios y revistas. Varios premios periodísticos, entre ellos, el Nacional de Gastronomía. Alguien que no sabe vivir el silencio.
P.- ¿Cuando, como y por qué nace Mi buen asesino?
R.- Mi primer libro de ficción fue de cuentos, El topo a la luz del día, y era un homenaje indisimulado a Carvalho y a Vázquez Montalbán. Mibuen asesino es otra cosa en la tradición clásica norteamericana de la novela negra. Responde a una pregunta, que es un reto: ¿puede caer bien un asesino? Y la respuesta es 'sí'. Lean la novela y lo comprobarán.
P.- ¿Cómo se ha documentado?
R.- Más allá de indagar sobre modelos de pistolas y sobre la talla de piedras preciosas no he tenido que hacer gran cosa.
P.- ¿Qué es más difícil: ser un buen asesino o un buen cocinero?
R.- La diferencia entre uno y otro es que el cocinero trabaja a partir de los cadáveres, aunque alguno sea capaz de ejercer de asesino. Pueden tener en común conocimientos de anatomía y la habilidad con armas blancas.
P.- Bajo su punto de vista ¿un asesino nace o se hace?
R.- Ambas cosas pueden ser posibles, aunque creo que hay más de conductual/educacional. La educación puede aminorar los instintos homicidas. Pero ¿qué sé yo? ¡Pregunten a psiquiatras! La ficción tiene que ser creíble, no infalible.
P.- En sus historias prefiere ¿psicología o sangre?
R.- Sangre y psicología son un cóctel más equilibrado que tomarlas por separado.
P.- A la hora de matar ¿cuál es su arma preferida?
R.- ¡Soy inocente! A la hora de trabajar en la cocina, un cuchillo cebollero. El asesino de mi novela, pistola, aunque se maneja bien con armas blancas.
P.- ¿Cuáles son sus referentes en la novela negra?
R.- He bebido de Chandler, Hammet, Macdonald... Importantísimo para mí, Vázquez Montalbán. De los más recientes, estoy enganchado a la serie del subjefe Rocco Schiavone, de Antonio Manzini. Y nota muy alta para Pierre Lemaitre, Dennis Lehane y Jo Nesbo.
P.- Como lector, prefiere ¿libro electrónico, papel o audio libro? ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- Papel, siempre papel, el fetichismo del papel. Tras su muerte, he repasado libros de Juan Marsé. Y aún tengo en el recuerdo una obra maestra: El último beso, de James Crumley. A punto de comenzar Americanah, de ChimamandaNgoziAdiche.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Ninguna. Me siento y trabajo. Soy aburrido.
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha desvelado hasta ahora... si la hubiere.
R.- En alguna ocasión, Vázquez Montalbán pidió un túper de la paella que yo cocinaba. Y así se hizo.
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer Mi buen asesino?
R.- Mi buen asesino trata sobre las dudas de un asesino profesional y muy competente y sobre la tarea de matar. No es un tostón psicológico, sino una novela de acción, diamantes y frankfurts.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Salir de la pandemia de la mejor manera, publicar ese libro de textos gastronómicos que tendría que haber salido este 2020 y acabar una novela, también negra, negra tirando a gris.