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ISSN 1989-4163

NUMERO 116 - OCTUBRE 2020

 

Mujeres Soldado que se Hicieron Pasar por Hombres

Carmelo Arribas

La Historia está llena de mujeres que se hicieron pasar por hombres, para ejercer como militares y que sólo un accidente o alguna circunstancia reveló que en realidad aquellos reconocidos soldados, eran en realidad mujeres.
No sólo encontramos en el XVI, a Catalina Erauso, la monja alférez, que se hizo pasar por hombre, y cuya fama se extendió por toda Europa. Su llegada a Roma, fue un acontecimiento, e incluso el Papa Urbano VIII la recibió en audiencia, autorizándole que pudiera seguir vistiendo de hombre. 
Pero hubo muchas más. Desde las que lo hicieron para no separarse de su marido, hasta quienes se vistieron de hombre para defender sus derechos o ejercer como periodista de guerra, como Dorothy Lawrence que se hizo pasar por Denis Smith, ya que si era mujer no le darían credenciales para ejercer como cronista de guerra en la I Mundial.

En la Plaza de España de Sevilla, unas cerámicas que se encuentran decorándola , y que representan a cada una de las provincias españolas reflejando algún acontecimiento que las distinga del resto, se encuentra. en la de Ávila, una de las historias/ leyendas, más peculiares y que recuerda la hazaña de la joven Ximena Blázquez. Parece que ella era la mujer de Fernán López, el Gobernador de la ciudad, pero en su ausencia, fue proclamada ella, para regirla.

Y dice la leyenda/historia, que en 1109, casi todos los hombres de Ávila se habían marchado a combatir a los musulmanes a campo abierto, a Puerto de Menga, ubicado a unos 40 kilómetros de la ciudad, dejando desprotegida la ciudad de Ávila. Este hecho le fue comunicado al caudillo almorávide por alguno de sus espías. Abdalla Alhacén, pensó que era una gran ocasión para asaltar a la ciudad, ya que estaba carente de soldados que pudieran defenderla. Así que organizó rápidamente un gran ejército, se cree  que unos 9.000  hombres. Hacía años que había perdido la ciudad de Cuenca y quería resarcirse Las mujeres que había en ella, al conocer que el almorávide se dirigía a Ávila, veían que la muerte y la destrucción se cernía sobre ellas y sus hijos. Pero la joven Ximena Blázquez las reunió y les pidió que se disfrazaran de hombre y cogieran todas las armas que pudieran. Así es que se subieron a las murallas vestidas de esta manera. El caudillo almorávide, se llevó una enorme sorpresa al ver las almenas llenas  de soldados armados, dispuestos a defender la ciudad.

Por si esto no fuera suficiente, convocó a los pocos jinetes que había y en un momento determinado les mandó atacar por sorpresa, a uno de los campamentos y retirarse. Queriendo darle la impresión, que en la ciudad había un contingente de caballería pesada.

No sólo eso, por la noche los trompeteros se colocaron cerca del puente y tocaron como si recibieran un batallón de refuerzo.

Ante todo ello, lo difícil del asalto y los miles de "soldados" que había en la ciudad, pensó que la información era errónea y optó por retirarse, ya que el asalto implicaría la muerte de cientos de soldados y su asedio daría tiempo a que otros ejércitos cristianos, vinieran a combatirlo.

Esto convirtió a Ximena, en un mito, que se recuerda con una estatua de bronce para conmemorar que Ávila se salvó de la destrucción, por la valentía de una joven, que convirtió en guerreras a madres de familia.

Había que dar imagen falsa  así es que los trompeteros, se colocaron cerca del puente de la ciudad  y tocaron por la noche, como cuando se recibían nuevas tropas, haciéndoles creer que habían llegado refuerzos.

 Como nos cuenta la Crónica, del S. XVI, de fray  Prudencio de Sandoval «Fuese a su casa, y llamó a sus hijas Ximena, Sancha y Urraca, y a dos nueras, Gometica y Sancha, hizo traer allí los vestidos y armas de su marido, que fue un excelente caballero poblador de Ávila, que se llamó Fernán López, y desnúdose los vestidos de mujer, y vistióse los del marido, y luego se armó de peto y espaldar, y puso en la cabeza una celada o sombrerón de hierro, que se usaban, y tomó un venablo en la mano con un brío de soldado viejo, y puesta desta manera, dijo a sus nueras y hijas: hijas mías muy amadas, conviene que todas hagáis lo mismo que me habéis visto hacer, pues veis que los moros se nos acercan, y conviene que defendamos nuestra ciudad, vidas y honras».
Finalmente, tras ver los muros llenos de "soldados" con ballestas y piedras, tras consultar con sus generales decidió abandonar.

El Abc, del 5 de noviembre de 1906, publicaba una entrevista en la que decía que: «La pícara casualidad ha echado por tierra la tranquila existencia de este policía apócrifo»

La fotografía que incluía, nos mostraba a Fernandito, llamado así a pesar de sus setenta años, un guardia muy querido, apoyado en una muleta, porque había tenido una caída, por lo que fue llevado al médico, que descubrió que aquel hombre que llevaba treinta años en el Cuerpo de Vigilancia del Gobierno Civil de Sevilla, en realidad, era...una mujer.

Este personaje que se hacía llamar Fernando, Marquensen Wilson, había  nacido en París, en 1836 se puso los pantalones a los 9 años, y desde entonces, vivió siempre como un hombre. Incluso llegó a alistarse en la Marina francesa. Un día llegó, a la ciudad andaluza y desde entonces no se movió de Sevilla, trabajando en ella durante treinta años de guardia, hasta que una fortuita caída descubrió su secreto.

 

 

 


 

 

Catalina

Ximena

I GM

Fernandito

Dorothy

 

 

 

 
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