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ISSN 1989-4163

NUMERO 106 - OCTUBRE 2019

 

Camilo, Siempre

Francisco Gómez

A Javier Cebrián, que ama su música
          A mi tío Jesús Rodríguez García
          A Francisco Coves
          Y por supuesto a Camilo Sesto

          Cuando me enteré el domingo a primera hora de la mañana, gracias a mi amigo José Manuel Sánchez Asencio, que Camilo Blanes Cortés, Camilo Sesto para todos sus seguidores(por ser el sesto Camilo de su familia), que el universal cantante, compositor y valiente productor de Alcoy había fallecido por un fallo renal, no me lo podía creer. Sentí de repente que uno de mis enormes referentes de mi educación sentimental se iba y algo de mí se moría también con él. Camilo Sesto me conmocionó con su música desde el principio, cuando no era más que un naciente adolescente que soñaba mundos a los 12 años y escuchaba sus canciones en el programa musical “Aplauso”.

          Camilo Sesto, junto a mis amados cantantes José Luis Perales, Luis Eduardo Aute, Nino Bravo y Joan Manuel Serrat forman parte indispensable de la música que venero y llega dentro, a los aposentos de mi alma.

          Desde Los Dayson cuando empezó en Alcoy para cantar en BBCs (Bodas, Bautizos y Comuniones) hasta apostar por Madrid y malvivir hasta llegar a Los Botines y después conocer al cantante y compositor Juan Pardo que le ayudó a dar el salto en solitario con la canción “Fresa salvaje” hasta su lanzamiento total con “Amor amar” en 1971 y la impresionante “Algo de mí”, la canción que marcó para siempre la música de Camilo.

          La inesperada y triste noticia de su fallecimiento en estos primeros días de septiembre fue “trendic topic” mundial pues nuestro cantante a lo largo de sus más de 50 años de carrera vendió (que se dice pronto) más de 100 millones de discos en sus 40 trabajos musicales, los últimos con más repercusión en Sudamérica donde le adoran, me sumió en un halo de tristeza que no sé explicar... Escribo este artículo, recordatorio, laudatio o lo que sea y tengo que hacer esfuerzos para no llorar.

          Pero es que Camilo fue un hombre valiente. Cuando nadie en España había estrenado un musical, encima una ópera rock, él se atrevió a estrenar el 6 de noviembre de 1975 “Jesucristo Superstar” en el teatro Alcalá Palace de Madrid, empeñando todo su patrimonio personal en la empresa. Franco agonizaba y los sectores más ultras de la Iglesia le amenazaron con boicotear la obra e incluso recibió una amenaza de duelo, señalada como “obra impía”. Le acompañaban en la ópera Ángela Carrasco y Teddy Bautista. El éxito fue clamoroso.

          Un detalle que no conocía y he descubierto a través de los medios de comunicación es que tras protagonizar la ópera rock le pagaron 50.000 dólares por afeitarse la barba y donó todo el dinero a un centro de huérfanos. Este detalle junto a otros muchos que realizó en silencio a lo largo de su vida, demuestran su carácter humano y solidario, el buen corazón de Camilo, más allá de su figura de divo arriba de los escenarios que desmontaba cuando caía el telón y sólo era Camilo, un buen hombre que amaba profundamente la música con una voz prodigiosa que componía sus propia canciones con partitura.

          A su sepelio que se celebró en la sede de la SGAE (Sociedad General de Autores de España) en Madrid acudieron cientos, miles de personas a rendirle homenaje. El alcalde de Alcoy, Toni Francés, no faltó a la cita. Alcoy es una de las ciudades que ama este corazón. Nunca jamás olvidaré lo bien que nos trataron a mi familia y a mí en el hospital alcoyano cuando mi padre estaba hospitalizado por una insuficiencia respiratoria en el tiempo que vivió en la residencia para mayores de Onil, otra ciudad que guardó en los adentros. Los médicos hicieron lo imposible para poder trasladarlo al Hospital General de Elche. Los acompañantes en la habitación, en los pocos momentos que teníamos que ausentarnos, nos aseguraron que nuestro padre estaría bien atendido y vigilado pues la cama contigua la ocupaba un mecánico del motorista Sito Pons y su familia.

          La amabilidad de la gente de Alcoy se me ha quedado grabada en el alma para siempre. Ahora estoy deseando que trasladen sus restos junto a sus padres al cementerio alcoyano y le dediquen un museo en la ciudad, capital de L´Alcoià para realizar un viaje emocional de peregrinación, como much@s personas que amamos su música haremos. Nuestro universal cantante internacional, Hijo Predilecto de Alcoy, con ruta Camilo Sexto en su ciudad por iniciativa de su club de fans y la arteria principal, la Avenida de la Alameda Camilo Sesto desde el 28 de noviembre del pasado 2018, debería alcanzar un grado de peregrinación si no igual, sí similar, al que recibe Elvis Presley en Graceland donde vivió desde los 22 años hasta su marcha en 1977. Camilo, según cuentan las crónicas, estaba realmente emocionado con el pueblo de Alcoy volcado con él. Cantante y ciudad unidos en una hermosa melodía.

          El hombre se ha ido. Ahora rebrotará con más fuerza y ya para siempre el mito. Su música queda entre nosotr@s. Ya he cantado como he podido alguna de sus canciones, “Perdóname”, “Algo de mí” y no he podido más que emocionarme. Mi editor y sin embargo amigo, Javier Cebrián, cuando presentó la primavera pasada en el Casino de Novelda su colección de plaquettes de poesía, leyó “El amor de mi vida” cual si fuera un poema y uno se quedó trastornado por su ocurrencia. Me parece que el Cebrián forma parte de su legión de admiradores. Ahora nos espera su Camilo Sinfónico, que será seguro un superventas, que su enorme número de seguidores esperará a un lado y otro del charco.

          El cantante, el músico, el compositor era grande, muy muy grande. El hombre, la persona no se quedaba atrás.

          Quiero que sepas, Camilo, que formas parte esencial de mi educación emocional y tus canciones siempre tendrán un sitio en mi pobre corazón. Como en muchos corazones que te alojan en sus pechos. Para siempre.

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 
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