Quiero arrancarle al cielo la noche.
Para que seas solo mío.
Y recordarte soplando estrellas.
Tú, Céfiro perfecto,
mi perenne ausente.
¡Como se ensaña la espera!
¿Quién prendió la antorcha de tu irrevocable ausencia?
Quiero arrancarle al mar el Sol
antes de que se oculte indolente.
Para que seas solo mío.
Enredado entre las algas
con tu cuerpo hecho de arena
deprendida de las rocas.
¡Boca de salvia salada
pelo de hinojo marino!
¿Cómo volver a vivir cuando ya viví lo perfecto?
Abandonaré la orilla
las ofrendas de luz y escarcha
de este mar que ya no es mío.
Abandonaré los recuerdos
para no olvidarte.
Volveré al presente que te ignora
a los días vestidos de uniforme
a las noches mutiladas
a los abrazos tibios
a las sonrisas serenas
Todo lo olvidaré
a cambio de volver a verte.