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ISSN 1989-4163

NUMERO 96 - OCTUBRE 2018

Pasado Pluscuamperfecto

Joaquín Lloréns

Autor: Rory Milten. Editorial Urbis Tertium. 2018. 465 páginas. 21€

Rory Milten ha escrito una novela que es más que eso. Es una novela donde se yuxtaponen varios géneros: negro, ciencia ficción e incluso el ensayo filosófico, sociológico y científico. Se podría pensar que «quien mucho abarca, poco aprieta». Y es verdad que en algunas de las hipótesis sociales que propone, nos gustaría que Milten hubiera profundizado más. No sé si el motivo de enunciarlas y solo desarrollarlas a medias es por motivos de espacio –probablemente el volumen de páginas resultante hubiera sido abrumador–, por pereza, por falta de ideas, de atrevimiento intelectual o por el, más meritorio, afán de intentar que el lector llegue a sus propias conclusiones.

El arranque del libro no es novedoso. Nos muestra una empresa que afirma haber desarrollado una máquina del tiempo. No es una máquina como la de Wells. En su novela, Milten crea una máquina que no puede ir al futuro, sino solo al pasado. La parte original es que los usuarios de la máquina solo pueden regresar a un momento de su propio pasado. Vuelven a un lapso de tiempo preasignado, pero dentro de su propio cuerpo y mente. No solo eso; cuando están en el pasado no son conscientes de que exista otro «yo» en el futuro que ha viajado al pasado sino que viven el pasado tal y como lo sintieron entonces, sin posibilidad de modificar cosa alguna. Casi como si vieran una película ya grabada, pero con la diferencia de que sus sensaciones y sentimientos son exactamente los mismos que vivieron. Así pues, ¿qué utilidad tiene ese viaje? Que cuando se regresa al presente, el viajero recuerda vívidamente lo experimentado durante el viaje. Y un lector de estas líneas repreguntaría: ¿Qué utilidad tiene recordar lo que ya hemos vivido? Milten lo explica y comienza a vincular lo fantástico con lo sicológico: La felicidad no es un estado duradero. En realidad son pequeños momentos en los que sentimos un júbilo inaprensible. Todos atesoramos el recuerdo de algún momento, de algún día o unos pocos días en los que fuimos felices. ¿No pagarías una cantidad razonable por volver a sentir aquella dicha y recordarla los siguientes días como algo que ha sucedido hace nada? ¿Y no volverías a pagar una y otra vez por ello?

Tras ese comienzo, la novela de Milten se abre en varios abanicos. De un lado, la novela negra, en el que distintas multinacionales y gobiernos tratan de hacerse con la máquina. (Finalmente resulta no ser una máquina. Nadie viaja en el tiempo. El verdadero invento es una droga que provoca que el cerebro «reviva» de nuevo un período del pasado utilizando recursos neuronales que a fecha de hoy no se tiene constancia de que existan). De otro lado, la novela sociológica, con la aparición de drogodependientes del pasado y/o la felicidad; la lucha de los gobiernos con hacerse con el control de la droga y, con ello, de las masas; el desarrollo del tráfico ilegal de la droga… De otro, la novela ética. ¿En qué instante de la existencia pasa uno a tener conciencia de sí mismo? ¿Alteraría ello la perspectiva social sobre el aborto? ¿Haría temblar los cimientos de las religiones?

A partir, pues, de una idea simple, Milten crea un vasto universo, un mundo posible paralelo que no es descabello pensar que se pueda dar en un futuro no muy lejano, dado el creciente interés científico sobre el cerebro y los medios técnicos (incluida la inteligencia artificial) con los que contamos ahora. Y como apuntaba al principio, eso ofrece tantas posibilidades que serían imposibles de contener, no ya en un libro, sino tan siquiera en una enciclopedia, como sucedía con el mundo de Tlön del cuento de Borges. Milten da el punto de arranque a ese mundo paralelo, más interesante, por lo factible, que la Tierra Media de Tolkien o los más actuales Siete reinos de George R.R. Martin. Por todo ello, el final de la novela nos parece algo apresurado, como si el autor necesitara acabar su ficción de un modo artificioso… O como si ya estuviera preparando el siguiente volumen de Pasado Pluscuamperfecto. Como agradecido lector, espero que se trate de la segunda posibilidad.


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