Esta noche he soñado que compraba una sandía, y al volver a casa, la bolsa se rompe y la sandía se cae, y empieza a rodar por la acera, hasta la carretera, y va y se para justo en medio, así es que cuando viene un coche, frena, porque no sabe qué coño es esa bola que hay en el asfalto. Y entonces yo voy corriendo y cojo la sandía del suelo y me la llevo en los brazos. Y no ha pasao ná. Y ala, a mi casa. Hazte una idea de la de sueños nabos que deambulan por las cabezas. La mía, por ejemplo, no te vayas más lejos. Total, para hablar de buzos, que lo de las sandías no da para más. Una sandía es una sandía, no le des más vueltas a la bola. Ahora, un buzo tiene más tajada. Yo he conocido a uno este verano en Valencia, y es lo más de lo más. Si tuviera poco con tribulaciones varias de mi naturaleza inquieta, aún me ha dado por meter el hocico en el recóndito mundo submarino y barquero. Oye, y te digo una cosa: mejor persona, no sé, pero más erudita sí soy este mes. Y el mes que viene, porque esos conocimientos adquiridos en materia de inmersiones no se van de un mes pa’otro, eso se queda ahí, en el hueco que tiene reservado el cerebro para conocimientos buzos. Está el área del Atlántico, la del Mediterráneo, la del Pacífico… que tiene que haber buzos en todos los Océanos, porque en todos los Océanos navegan barcos. No habías caído tú en eso, ¿no? Pues ya ves. Así es que mis conocimientos adquiridos este verano de 2017 se sitúan en el área mediterránea del hueco para buzos de mi cerebro. ¿Hasta ahí lo tienes claro? Pues vamos con más.
¿Qué coño hace un buzo en el mundo? ¿A qué ha venido? ¿Cuándo se va? ¿En qué estriba su cometido? (lo de “estribar” es que me ha gustao, porque casi nunca utilizo ese verbo, y oye, para darle uso, más que nada). Total, la cosa es que he conocido a un buzo profesional que se mete en el agua, a unos 12 o 15 metros de profundidad submarina, a inspeccionar barcos en el puerto. ¿Y eso? ¿Porque le gusta hacer cosas raras? No. Bueno, también. Pero lo hace por lo de las sociedades de clasificación, que emiten certificados que aseguren que un barco cumple con los estándares adecuados referentes a navegabilidad, y un buzo está ahí para eso. ¿¿¿¿Eh???? Que un buzo está ahí para eso. ¿Te has enterao? Bueno. Lo primero es enfundarse el traje microporoso (o semiseco), y luego el casco, que tiene infinitamente más prestaciones que una mierda de máscara de las de antes. Hacen falta varios tíos para vestir a un buzo, no te creas tú que es cosa de andar por muelles. El buzo se sienta en un cubilete que muchas veces es amarillo. ¿Por qué? Y yo qué sé, pero es amarillo, no preguntes más. Y entonces, varios tipos empiezan a manosear y revisar cables, tuercas y tubos de un casco que enroscan en el cuello del buzo sentao. Y en unos monitores y pantallas de unidad móvil comprueban que los umbilicales funcionan de un modo hipermacrocorrecto, porque aquí no hay que andarse con chiquitas y hay que comprobar al milímetro, no vayamos a cargarnos al buzo, que es un ser humano como los demás, y no es cuestión de crearle un lance y dejarlo fiambre, ¿sabes?
Ahora estás pensando en un tío sentado en un cubilete amarillo, al borde del agua, embutido en un mono de neopreno, con una escafandra en la cabeza, aletas en los pies y tubos, y un cordón umbilical que sale de su ombligo y va directo a enchufarse a un monitor de vídeo en una furgo que otro tío tiene aparcada detrás. Y te has quedao de pasta de boniato. No hombre, no. ¿¿Tú has visto que a algún neonato le dejen el cordón umbilical sin cortar por si se le ocurre ser buzo en la vida adulta?? ¡Pues entonces! Los umbilicales son 3 cables de colores trenzados (azul, rojo y amarillo), que aportan luz, imagen y sonido al buzo cuando se mete en el agua y narra su hazaña para la posteridad. Por ejemplo, cómo limpia una hélice o revisa el cutless bearing (eje de cola) de un barco. Un barco: ese mundo flotante lleno de metros. Porque otra cosa, no sé, pero metros tiene un saco. Los más grandes de carga son los de clase TI, que son petroleros. Y los portacontenedores, ni te cuento. De 200 a 400 metros. Ná, de tu cocina al baño. Pues no es largo un navío… no has visto tú más metros en la vida. Eslora (longitud), manga (anchura), puntal (altura) y desplazamiento (peso). Hete la deliciosa y nada desdeñable jerga marítima a la que me he hecho adicta a solaz y casi de un modo eventual. Por no hablar del tribulestaño (TBT), puro veneno de contaminación marina, componente de pintura para barcos que NO estaría (digamos) oficialmente permitido en los mares, pero lo está, según el grado de vista gorda en cada costa, que en costa española es gorda como la sandía que se me me ha caído a mí esta madrugada en sueños. Bueno, pues además, el buzo sigue ligado al hilo acuoso en su estío, porque le mola lo suyo y está harto comprometido con la causa. Así es que más de uno tiene vacaciones, y se coge un avión al Parque Nacional de Tortuguero en Costa Rica, a ver el desove de la tortuga verde. Que eso ya te lo explico otro día, porque me puedo extender millas y leguas de viaje submarino en hablar del desove de las tortugas.
Voy a cambiar de tema. Por cambiar, no por nada. Mira tú, que me acabo de acordar de lo de la herencia genética y le estaba dando vueltas mientras te hablaba de buzos. Porque estoy pensando que a un buzo, con el casco puesto, no le ves tú bien el color de ojos. Que si te va la vida en ello, pues oye, a unas malas, le quitas la escafandra y le dices: “un momento, buzo, que voy a ver de qué color tienes los ojos”. Y ya está. El buzo es amable en esencia, no te vas a encontrar un recelo así gratuito si no le has hecho ná. Mucho le tienes que hacer a un buzo para que le pille un cabreo del 15 contigo. Con pisarle una aleta no es suficiente. Total, que si te encuentras en el puerto a un buzo con ojos verdes, cuyos padres tienen ojos marrones, eso es por lo de los alelos. ¿¿¿Eh???? Los alelos. Cada gen tiene 2 alelos: uno materno y otro paterno. Uno de los genes puede determinar que tus ojos sean verdes y el otro, que sean marrones. Todo depende del tipo de herencia que tengas. Un alelo puede dominar o ser igual de fuerte que el otro. Si el de los ojos marrones domina al de los ojos verdes, tus ojos serán marrones. La cosa es que el alelo verde, que es el recesivo, en este caso, sólo se puede manifestar si los 2 alelos codifican para el verde. ¿¿Y por qué el buzo tiene ojos verdes si sus padres los tienen marrones?? ¿Por qué? ¿Por qué? Porque tanto su padre como su madre tienen en su ADN el gen para el verde, pero como es recesivo, los ojos de ambos son marrones. Sin embargo, el buzo ha heredado los 2 alelos recesivos para el verde de ambos. Ergo, los ojos del buzo son verdes, y transmitirá un alelo de ojos verdes a toda su descendencia. Problema resuelto. ¿¿Has visto??
Pues ya está. Voy a guardar la sandía en la nevera.
¿Qué pasa? En otoño también se puede comer sandía.