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ISSN 1989-4163

NUMERO 86 - OCTUBRE 2017

Cantos y Sonrisas

Cristina Casaoliva

He recorrido este mes de septiembre con el síndrome post verano a cuestas, deambulando como perdida en una dimensión onírica.
Desde Catalunya hemos desarrollado una vinculación impensable a la actualidad, hemos seguido la escalada de sucesos a tiempo real. En las calles, oficinas y estamentos hemos vivido pegados a la actualidad que se nos censuraba. Si me paro a pensarlo resulta rocambolesco, surrealista inclusive.
La cuestión es que amanecemos y contrastamos la realidad de nuestras calles con los hechos que nos venden desde las cadenas nacionales, unas más que otras, Tele5 sin ir más lejos y sus mañanas con Ana Rosa y sus debates que no son tal ya que no hay una sola voz opositora entre sus contertulios, amanecemos digo y nos sorprendemos al darnos cuenta de que se está vendiendo una película de acción ajena totalmente a nuestra realidad, a la realidad objetiva esa ya ajena a los informativos . A los hechos, al día a día. Imágenes de archivo, frases sacadas de contexto o simplemente falsas aseveradas con rotundidad. No doy crédito.
La realidad es que en Catalunya se vive el camino hacia el Referéndum con absoluta tranquilidad. Las calles sólo ven manifestaciones pacíficas, no tanto sobre independencia sino sobre democracia. Los niños han ido a la escuela con total normalidad a pesar de los ingentes convoyes de agentes de la guardia civil, de los tanques entrando por la diagonal para hacer gala de fuerza y señorío y de la policía nacional alojada o no en el famoso Piolín.
Tras incontables ataques a la autonomía a lo largo del pesaroso mandato del PP tumbando leyes y decretos aprobados en el Parlament a través del claramente politizado Tribunal Constitucional y con el permanente apoyo de la subyugada fiscalía, la realidad de vivir en una autocracia, en una dictadura cada día más evidente ha acabado ahogando a nuestro pueblo. Ese pueblo cuyos niños quería españolizar Wert, ese que según alguno habla un dialecto, ese pueblo raro, pacífico, dialogante, perseverante y valiente que es el mío. La gota que colmó el vaso y nos asfixió definitivamente fue un acontecimiento claramente anticonstitucional, cuando el TC tumbó el Estatut aprobado en Catalunya y previamente consensuado. Esos hechos sucesivos, que por no hastiaros no enumero, nos han llevado hasta aquí.
Han llevado a una gran parte de la población a pedir un Referéndum. Referéndum que se nos ha negado por activa y por pasiva. Porqué en esta sociedad tiránica que dirige el Partido Popular bajo el abrigo de la monarquía instaurada por el franquismo no se pueden hacer preguntas, ninguna que ellos no aprueben. Con ese tipo de gobierno las sociedades jamás hubieran progresado, la esclavitud seguiría vigente, el voto de la mujer o el derecho de la misma a tener posesiones estaría prohibido, la raza seria motivo de discriminación… en fin, todas las tiranías empujan al pueblo oprimido a huir.
En nuestras calles, los vecinos no desconfían unos de otros, nadie te señala con el dedo tengas un modo u otro de opinar. Nadie te discrimina por hablar en castellano, puesto que los catalanes al contrario que el señor Rajoy somos bilingües desde pequeños. Los catalanes no padecemos hispanofobia, no odiamos España, no boicoteamos sus productos, ni prohibimos su lengua, simplemente hemos pedido poder decidir. No sentimos desafectación hacia el pueblo sino hacia sus gobernantes. Aunque si hemos visto entristecidos los gritos de civiles al canto de “A por ellos”, me consta que no toda España vive en la prehistoria cultural.
En Catalunya, nadie desde ningún estamento ha ejercido medidas de presión a causa de la opinión personal y definitivamente no se tiene miedo.
A pesar de las opresiones vividas por parte de las fuerzas del Estado, a pesar de las incursiones en almacenes y empresas privadas en busca de papeletas y urnas cuya tenencia en ningún caso constituye una ilegalidad.
A pesar de la apertura de correspondencia postal privada, acto tipificado por el código penal como delito. A pesar de imponer multas astronómicas y amenazar a los ciudadanos, con el expolio, la prisión quién sabe si con unos cuantos latigazos al estilo plantación de algodón. Sentimos serenidad y confianza en nuestra determinación.
Han cerrado y bloqueado un sinfín de páginas web. Y limitado el acceso a los medios informativos. Han bloqueado el tráfico aéreo por miedo a las imágenes que graban y contradicen sus mentiras canallas. Nos han sitiado por mar y por tierra. Estamos rodeados, por un miedo atroz del ejecutivo a que el pueblo pueda opinar, miedo al cambio, a la libertad, a las diferencias culturales y a las realidades históricas.
Hacia mucho tiempo que no escribía un artículo con contenido político, exploré otras Fuentes de inspiración siguiendo los acertados consejos de una mujer a la que admiro pero los muchos momentos vividos a lo largo de septiembre en los que se ha vulnerado la autonomía de Catalunya, la libertad de los que formamos su pueblo, tras las intrusiones, las mentiras, las falacias, los agravios de Populares, los miembros de Ciudadanos y fascistas varios y ante la impasibilidad de las falsas izquierdas de España, ante la indefensión no he podido esconder estas palabras.
No tenemos miedo, no atacamos, ni odiamos, ni buscamos la confrontación. Tan sólo usamos el derecho inalienable de expresión para decidir nuestro futuro.
Os invito a venir y encontrareis en nuestras calles caras alegres, vecinos y familias unidas a favor de la democracia sea cual sea su deseo. No somos rebeldes, sicarios, sedicionistas hostiles, no somos terroristas , antisistema. Sólo personas normales de los más distintos extractos sociales, de un amplio abanico de edades hartos de no tener voz.
No sabemos que nos deparará el futuro o cuantas atrocidades y sin razones más van a verter sobre nosotros y me consta que los medios no darán fiel reflejo de ello, de nuestra realidad, pero se que seguiremos adelante sin miedo en pos de un futuro al amparo de una democracia real, un futuro en el que seamos dueños de nuestras vidas y de nuestra economía, libres para hablar nuestra lengua y sentir nuestra cultura, abiertos al mundo y a España, abiertos al dialogo desde el respeto y la tranquilidad, con paso seguro y sin tregua. En busca de un futuro lejos de los mafiosos del Partido Popular y su clones rejuvenecidos de Ciudadanos, lejos de la larga sombra del fascismo, de las garras de la corrupta monarquía y de la extorsión sociocultural que los acompaña.
Al final, en busca de nuestra libertad.

 


Cantos y sonrisas

 

 

 

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