Es bueno que algo se agite. Se agita el mundo y así crece. La Tierra rota con gusto y fruición para que su traslación por el Sol, haga que le devuelva el favor y así darnos luz para moverlo todo. Para bien y para mal y según la propiedad conmutativa, también para mal y para bien. He aquí una historia de agitación de sueños por cumplir.
10 de Noviembre en las instalaciones y oficinas de las esclusas del canal de Corinto. Entre las aguas agitadas por esas esclusas a modo de vasos comunicantes, toca inventario de embarcaciones. El y ella. Ella y él. Los dos. Mitú y Tuyó.
-Veamos. Listado de clientes que han atravesado nuestro canal, querida Mitú.
-Voy, amado Tuyó: dos falúas, cuatro bergantines descarriados, un transatlántico desorientado que al final se dio cuenta porque no le cabía el canal, veinticinco mercantes de poco calado, un dragaminas para pronunciar todavía más el fondo, ochenta y dos petroleros estrechos de manga, cuatro cruceros largos de eslora, veinte veleros, la mitad sin quilla, dos docenas de traineras buscando timonel, tres galeras con condenados desencadenados, ocho catamaranes de recreo y una balsa sin línea de flotación con dos náufragos, que somos tú y yo.
-¿Y el galeón del siglo XVII “Nuestra Señora de la Piedad Consentida y Demorada”?
-Ese pasa todos los días, pero es un buque fantasma y no le podemos cobrar porque no le hacen falta esclusas.
-¿No será ese galeón la muerte, a estas tan tempranas edades nuestras, no?
-¿La muerte? ¿Qué es eso, Tuyó?
-Una cosa.
-¿Una cosa?
-Bueno, una cosica, Mitú.
-Tú siempre desdramatizando. Pero te quiero, porque lo que dices te sale todo de dentro, como un ventrílocuo traicionado por sus muñecos.
-Me gustaría algún día recordar nuestros sueños. Necesitamos un souvenir de agitación, por ejemplo una snow ball de esas que hay de recuerdo en todas las ciudades que cuando la agitas cae nieve hasta que lentamente se posa y el ciclo vuelve iniciarse indefinidamente. Volver a soñar…
-…y yo quiero saber de esos sueños para irrumpir siempre en ellos.
-Vámonos de vacaciones. Cojamos el vaporetto confiscado al Profesor Aschenbach por sobrecoste de canon de belleza de adagiettos y emprendamos una singladura a Venecia. A la isla de Murano. En esta época está semidesierta. En su fábrica de cristal elaboran unas snowballs, que garantizan poseer ciertas propiedades mágicas cuando las agitas.
-Eso, Tuyó, quiero que los sueños nos abran en canal veneciano. Inocúlame vaho de niebla de 10 de Noviembre y partamos.
-¿Contraseña?
-Desafío total.
Niebla de 10 de Noviembre. El vaporetto atraca en los muelles de Murano y se abarloa a otro vaporetto.
-Buenos días, queríamos una snow ball del cristal más transparente de su catálogo y de paso un escanciador de vinos, para aprovechar el viaje.
-¿Llevan salvoconducto expedido en Corinto con letra griega de Pericles?
-No.
-Menos mal. Miren, este es último modelo que ha salido liberado. Carece de tecnología punta, pesa mucho, es incómodo de transportar, es peligroso, no es muy favorecido estéticamente, pero surte efecto. Se lo regalo porque durante mi luna de miel, ustedes no me cobraron por cruzar su canal en un barco pirata infestado de escorbuto y encima saludaron con pañuelos y estandartes. Disfruten… Vaya, otra vez circundando las isla ese galeón, “Nuestra Señora de la Piedad Consentida y Demorada”. Incluyo también un pack souvenir premium con camisetas a rayas blancas y rojas de gondolero con sus respectivos sombreros, una pizza calzone multiusos y un frasco de protección solar casera del 96, como el alcohol para abrasar y desinfectar heridas. Tiene un efecto secundario. Te vuelve invisible. Es que en mi casa somos unos iluminados y necesitamos ir protegidos. Pasamos días sin vernos hasta que se nos pasa el efecto secundario… Vamos, prueben la snow ball, seguro que les lleva de vacaciones a una isla paradisíaca, llena de cocoteros, de cabañas vip para náufragos, libélulas multicolores ávidas de vida porque viven un día solo y barreras coralígenas que velarán por su intimidad. Vamos agiten. Apresúrense
Eclipse total de Luna de 10 de Noviembre . Playa. Clavado en una orilla atrincherada de olas persiguiendo su espuma, un letrero. “Bienvenidos a la Isla de los Caníbales, ustedes sabrán”.
-Funciona Mitú.
-Funciona Tuyó y sin jet lag, por lo tanto sin dormir…¿Qué es esa muchedumbre mirándonos fijamente y asombrándose de que estemos despiertos?
-Tranquila, son caníbales. Dales las camisetas de gondoleros para que sepan que vamos en son de paz. Mientras se las ponen, vamos a darnos con la protección del 96 invisibilizadora. Pero no te frotes la crema en el dedo índice, así si se lo comen, que se lo comerán, no sabrán la dirección adonde queríamos huir.
-¿Huir? ¿Pasa algo?
-Nada, vamos a ver, desdramaticemos. ¿Diferencia entre caníbales y antropófagos?
-…
-Los caníbales comen carne humana y los antropófagos lo hacen igual pero en un antro.
-Tú y tus chistes malos, pero me haces reír. Sigue saliéndote todo de dentro. Dime guapa.
-Guapa, guapa y guapa.
-Mira, llevan una polaroid antigua, de esas que se revelan agitándose. Aquí también ha llegado la agitación. Se señalan la camiseta. Quieren que nos hagamos una selfie.
-Chica, ¡cómo entiendes a los caníbales!
Flassshshhhsh.
-¿Has visto Mitú? Se han comido nuestro dedo índice pero no saben orientarse para saber donde estamos y nosotros sin un dedo índice podemos pasear por la playa cogidos del resto de la mano y asir la snow ball si nos apetece.
-Parece que detrás de la barrera de coral hay un barco.
-Sí, es “Nuestra Señora de la Piedad Consentida y Demorada. Ha llegado el momento de conocernos, investigar, explorar, soñar el “todavía más”. Agitemos la snow ball y unámonos a la tripulación.
Tormenta perfecta de 10 Noviembre. Galeón del siglo XVII “Nuestra Señora de la Piedad Consentida y Demorada”. Fiesta de snow balls tras el motín de snow balls. Tras agitarse una y otra vez, los sueños se han cumplido. ¿Volverán a casa?