Lo peor de las elecciones en Cataluña es que no se han acabado todavía. Ha ganado el independentismo por mayoría absoluta (en escaños, claro, que es lo que cuenta en unas elecciones). Se podrá discutir si es legítimo proclamar esta misma tarde la independencia (ya que no tiene mayoría absoluta de votos), pero no que el resultado sí da legitimidad para convocar, mañana mismo, un referéndum. Así que la cosa sigue.
Esto dicho, lo que más me ha llamado la atención de estas elecciones ha sido quizá el descomunal batacazo que se ha dado Podemos. Para mear y no echar gota. De hecho, la ayuda de Podemos le ha costado a ICV dos diputados. La mano que les ha echado Pablo Iglesias ha sido al cuello.
Según usted, esto les pasa por ser buenos. Lo que hay que oír. “ Hemos apostado por escuchar, por el sentido común y por la responsabilidad de Estado. Y está claro que no ha funcionado”. En fin, eso de “esto te pasa por ser demasiado bueno, cariño” está bien para que se lo diga a uno su pareja, pero ¿pretende que los demás nos lo creamos? Va y dice, impávido: "A veces el error más grave en política es ser responsable y coherente". Qué chiripitifláutico: hay que sacar la conclusión de que los catalanes son irresponsables, incoherentes, sin sentido común y encima les revienta que les escuches. A un catalán tú le dices algo coherente, responsable y con sentido común, y sin necesidad de hablar (para que no le escuches, que le irrita tanto) te hace un corte de mangas, ya se sabe, son así los polacos esos.
Que este diario llame a eso una “autocrítica”... Menuda autocrítica. Tan despiadada, tan exigente, que aquí es cuando la pareja (o la fogosa hinchada podemita) le hace a uno arrumacos y le dice : "Cari, no seas tan duro contigo mismo, no te castigues más".
Al parecer también se han enterado un poco tarde de que el escenario estaba muy polarizado y además las elecciones se habían planteado como un plebiscito. Carambolas, pues para no haber tenido eso en cuenta sí que debían de estar muy absortos en lo suyo usted y Errejón mientras acampaban en Cataluña. Sea lo que sea lo suyo.
Mi opinión es que se lo tienen más que merecido. Su avidez de votos les ha convertido en una parodia de Groucho Marx: tienen unos principios, pero si con ellos no les votan, buscan otros cualesquiera. Se despiertan marxistas, meriendan socialdemócratas y a la hora de la cena ya son neoliberales. Quien mucho abarca, poco aprieta y tanto ocupar “la centralidad del tablero” (sic, por la pedantería) tiene como resultado que todo el mundo les adelante por la derecha y por la izquierda. Cuando alguien quiere quedar bien con todos, lo que suele conseguir es que nadie le quiera ver ni en pintura. Algunos nos habíamos asombrado desde el principio de la nebulosa en la que se mueve Podemos, siempre ambiguo, siempre impreciso, siempre deseoso de complacer pero incapaz de comprometerse (demagógico, en suma). Ahora, cuando salta a la vista, ya lo ve todo el mundo.
Ahora dice usted, según otro periódico, que no considera que el resultado sea extrapolable al escenario estatal por la complejidad del "ecosistema político catalán” (sic, más pedantería).
Eso dice hoy, pero hace apenas tres días, según este diario, usted pensaba lo contrario: " Pablo Iglesias, ha señalado hoy [el 25 de septiembre] a los comicios catalanes del 27S como la "parrilla de salida" para las elecciones generales, y ha asegurado que su resultado "va a contar mucho" para lo que ocurra en la cita con las urnas de diciembre".
Eso es coherencia, desde luego. Y responsabilidad. Y sentido común. Y etc.
Mi pregunta es: ¿sigue pensando lo mismo? ¿Su expectativa para las generales está por debajo del 9% de los votos? ¿Por debajo del PSOE y menos de la mitad que Ciudadanos? ¿O ya le ha dado tiempo a improvisar una nueva teoría (y a lo mejor unos nuevos principios)? ¿Serán esta vez lo bastante incoherentes e irresponsables como para conseguir votos o ya no hace falta, porque los que son tan irresponsables, tan incoherentes y tan sin sentido común son sólo los catalanes? Eso para no hablar de lo muchísimo que les fatidia que les escuchen.