Dame algo
que me obligue a cambiarme de sitio
algo que me castigue diferente
que me oprima la garganta sin congoja
que estimule al músculo de la razón.
Dame algo que me mortifique
que masturbe los placeres sólidos,
un mensaje de vívida esperanza...
Sollozos,
gemidos que me zambullan
en una tormenta de improperios suicidas.
Necesito sentir que me hierves
que no me perdonas ni justificas.
Provócame para no desaparecerme
prósperame para no rendirme.
Dame,
dame algo más...
Convénceme
desnúdame
saquéame,
exponme al vacío...
Y trasládame donde no me frene
donde no me mastique
donde no me trague sin diluir.
Donde pueda resucitarme
sin aspavientos, sin escrúpulos.