VERTICALIDAD INFINITA
No quiero caminar de frente, como la rana,
ni de lado, como el cangrejo,
ni hacia atrás, como el hombre asustado.
Quiero bajar, renacuajo,
al fondo
de las aguas.
O hacia arriba, ave
que persigue
una libélula
y no le quita ojo hasta haberla tragado,
sobre mil quinientos
árboles
cubiertos de nieve,
sobre los techos,
sobre las nubes, donde respirar cuesta tanto
como en el mar.
Donde una pluma, desprendida del ala,
vuela años de vientos
hasta tocar
suelo.
Y SIN EMBARGO
En cubierta se desprenden las amarras
y llegamos en volandas,
derechitos,
al fondo de nosotros,
popa enterrada entre naves hundidas
cien años atrás, en el suelo del mundo.
Somos elementales,
importantes…
independientes…
pero un viento da con nosotros
al fondo de nuestros abismos.
BAJAMOS LAS ESCALERAS
Caídas nuestras fuerzas
de a diario,
junto con la ropa sucia
en estos rincones repletos
de cosas
que yo
tiraría sin mirar,
nos hemos quedado
sin palabras
en el anzuelo
abriendo la boca,
peces buscando aire.
Y nos acometemos
a oscuras
como dos ciegos asustados
disparando al cielo
la ausencia de pájaros.