Deja ya asomarte
por las yemas de mis dedos.
No me cantes el tango
de mi quiero y tu no puedo.
Aspira cada miga
que he dejado en tu alfombra.
Borra todas las fotos
que nunca nos hicimos.
Evita los testigos
si distraída me nombras.
No emprendas ese viaje
de lo que jamás volvimos.
Y por favor
no me beses dormida
si luego no estarás cuando despierte.
Si te llevas
mi penúltima vida
quítame también
este ensayo de muerte.