Al escribir una necrológica se confunde a veces mitificación con conciencia de pérdida. Yo no quiero confundirme, porque no es necesario crear un mito con una persona de su altura. Juan Antonio, galerista y amigo personal, falleció hace dos semanas de un ataque al corazón. Demasiado pronto, pero cuándo no es pronto para abandonar este mundo. El borrado de un capítulo de nuestras vidas, la desaparición de un fragmento que provoca la muerte, hace que se aquilate aquello que en el vértigo de lo cotidiano se sabe que está, pero no se valora. Sólo con el parón de la muerte se percibe con claridad. No solo se detiene el fallecido, sino que también lo hacen sus familiares y amigos, sus amores y quienes le trataron con asiduidad. Habitar una galería de fantasmas, eso nos queda cuando son más lo que se van de los que permanecen, como dijo Jose Carlos LLop el evocarle hace unos días.
Personalmente, puedo decir que charlar con él, sobre arte, arquitectura, turismo balear o cualquier nadería, era añadir luz a la grisura. No quiero ponerme sensiblera, así que me limitaré a colgar aquí una entrevista que me concedió en el año 2002, cuando comenzaba una andadura como galerista que le llevó, a él y a nosotros, a acercar a Baleares a nombres de relumbre internacional. Hace escasamente un mes, Marina Abramovic y la reciente premio Nóbel Annie Hernaux, se sentaban a mesa y mantel con él y su mujer, la artista Susy Gómez, en Sa Drassana, uno de los hoteles perteneciente a su familia. Para él “lo normal”; para nosotros, lo excepcional.
Te vamos a echar de menos. Todos los que te conocimos y tratamos.
http://www.espacioluke.com/2002/Octubre2002/ines-entrevista.html