Noche, ya no me hablas
Tu silencio es la gran incógnita
de estos días inciertos
con sabor a escepticismo
Te pregunto
Guardas la calma de tus adentros
¿Ya no te importa el destino de los hombres?
Tengo la mochila repleta de interrogaciones
No veo respuestas en las calles
en los ojos que evitan
en la soledad verdadera de la mar
en los niños que miran con miedo
Me duelen muchas cosas, demasiadas
Acepto tu indiferencia
Una más entre todas las que corren
Comprendo que no importe
Casi nada importa a casi nadie
La luz reniega de nuestra presencia
Se abre paso la noche
Su silencio insondable