“El llanto del druida” es una novela negra/policiaca/misteriosa ya que alberga y juega con los tres elementos. Ambientada en una zona rural, montañosa y algo oscura entre Asturias y Galicia -pero zona asturiana- donde la ley no es la “normal” sino que siglo tras siglo imperan las costumbres y las “sabidurías” del lugar. Estos usos vecinales son las que hacen que la atención se desvíe de hechos aberrante y ritualizados.
Existe una investigación por parte de la Guardia Civil -en la que miembros de la misma tienen mucho que callar por hechos acontecidos años ha-. Novela que hay que leer; y en algunos momentos traducir, pues el ‘bable’ está muy presente; hasta la última palabra, porque, aunque parezca que el misterio llega a su final… ¡¿…?!
«En el interior de una cueva aparece el cuerpo sin vida de un pastor, ataviado del mismo modo que lo hacían los antiguos druidas y rodeado por varios objetos extraños, entre los que encuentra una hoz, una boroña y algunas plantas. El cuerpo, además, aparece con un corte en el cuello. Todo hace indicar que se debe a un ritual llevado a cabo en la comarca de Oscos. La teniente de la UCO, Nela Dóriga, llega hasta el valle de Taramundi para hacerse cargo de la investigación. Un lugar rodeado de aldeas que conservan la esencia de antaño y en la que sus habitantes se niegan a renunciar a sus tradiciones y costumbres.
Ese crimen tan solo será el comienzo de un enmarañado puzle que dejará al descubierto las vidas de algunos vecinos del valle, desgranando secretos que parecían lapidados en el tiempo pero que van aflorando con el transcurrir de los acontecimientos y descarnando las vestiduras de los que se creían a salvo de tan terrible asesinato».
Desde aquí saludamos el nacimiento de esta nueva editorial y le deseamos todo lo mejor y… larga vida…
Pedro J. Martín (Huelva, 1978). “El color gris de la esperanza” (2015) fue la primera obra publicada por el escritor onubense. Una novela histórica ambientada en la Huelva del siglo XVIII. Un libro que tuvo muy buena acogida por parte de los lectores, llegando incluso a ser leído en países de Sudamérica como México.
A esta novela le siguió: “Al abrigo de los girasoles” (2016), “El cuaderno de tapa verde” (2018) y “Dualidad” (2020). Además, Pedro J. Martín ha sido finalista de varios concursos de relatos como ‘Hablando en cobre’ o ‘El Camp del Turia’.
“El llanto del druida” es la primera incursión del autor en el género negro. El primero de tres libros que transcurren entre Asturias y Huelva.
En Huelva departimos con Pedro J. para todos nuestros lectores… Gracias…
P.- Por favor, presente a Pedro J. Martín.
R.- Pues Pedro J. Martín es un loco y un soñador que se la ha jugado y ha puesto toda la carne en el asador para intentar vivir de aquello que realmente ama, que no es otra cosa que la literatura.
P.- ¿Desde cuándo escribe y por qué?
R.- Escribo desde el año 2014. Digamos que la escritura fue la que acudió en mi rescate. Tenía un trabajo que me mantenía largas temporadas fuera de casa. Primero la lectura y, después, la escritura, fueron el bálsamo que hicieron que las prolongadas ausencias de mi tierra (Huelva) se volviesen un tanto más llevaderas.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace "El llanto del druida"?
R.- “El llanto del druida” nace por mera casualidad. Yo nunca antes había escrito género negro, aunque me encantaba leerlo. Y digamos que la culpa fue de un viaje que hicimos mi pareja y yo por tierras asturianas justo un par de semanas antes del confinamiento. El destino era Gijón, pero nos detuvimos en una pequeña aldea que habíamos visto en un documental, Os Teixois (Taramundi), en pleno valle de Oscos. Aquel es un lugar mágico, tiene algo inexplicable. Hay que estar allí para saber de lo que hablo. Después llegó el confinamiento y la historia comenzó a escribirse por sí sola.
P.- ¿Cuál ha sido su base documental? ¿Cuánto hay de usted en los personajes?
R.- Bueno, mi base fue la experiencia de visitar aquel lugar, aunque no estuve todo el tiempo que me hubiese gustado y muchas cosas tuve que sacarlas del siempre socorrido internet. En los personajes puede que no haya mucho de mí, quizá hay más mío en el entorno que voy detallando, y en los lugares que se mencionan y describen. Soy un apasionado de la naturaleza, y aquel lugar es el paraíso terrenal.
P.- En sus historias, prefiere ¿sangre o psicología?
R.- Prefiero psicología. Siempre me dieron miedo las agujas. Jajaja.
P.- Si tuviera que matar ¿con qué arma lo haría?
R.- Joder. Pufff. Espero no tener que llegar a ese punto. Pero quizá con una pistola.
P.- ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- Me gusta la literatura en general; narrativa, ensayo, histórica, género negro. Y para cada uno pues tengo algún autor favorito. Si tuviera que numerar solo tres me quedaría con la bendita locura de Allan Poe, con la maestría de Rafael R. Costa (un autor de mi tierra) y, como no, con la sapiencia del gran José Saramago.
P.- ¿Qué le ha llevado a fundar la editorial 'Cosechanegra'?
R.- Un impulso tal vez. La necesidad de ofrecer aquello que yo no he tenido a la hora de publicar mis libros. Ciertas carencias que he visto muy de cerca y que yo, en un intento por cambiar, aunque solo sea una ínfima parte, he decidido dar un paso hacia adelante y ofrecer algo novedoso, más cercano, y donde el autor/a no sea ni se sienta el último eslabón en el orden de la cadena literaria.
P.- ¿Entiende ahora el comportamiento de las editoriales cuando reciben un manuscrito?
R.- Sinceramente. No. La mayoría de las editoriales no dan ni pie a recibir un manuscrito. Directamente te remiten a algún concurso literario o, simplemente, cuelgan el cartel de cerrado. Creo que, con esa actitud, quizá, estás dejando pasar algo verdaderamente bueno. Está claro que el volumen de trabajo es cada vez mayor y los tiempos para leer un manuscrito se van alargando, pero siempre hay que dejar una puerta abierta. Es mi opinión.
P.- ¿Tienes muchas peticiones para publicar? La más inmediata ¿es?
R.- Cada vez más, y además de autores muy interesantes. Lo curioso es que prácticamente el cuarenta por ciento de los manuscritos que me están llegando, y yo no contaba con ello, son de autores sudamericanos. Lo próximo en salir a la calle será la novela “Pisto a labilbaína (el primer caso del profesor Loizaga)” del autor bilbaíno José Francisco Alonso. Una novela ambientada en la ciudad vasca que mezcla la investigación de un secuestro con la gastronomía del lugar.
Y, sobre mediados de noviembre, esperamos que vea la luz una novela puramente detectivesca escrita a cuatro manos por dos autores de Cartagena, Antonio Parra y Alfonso Gutiérrez. “Los muertos de lasguerras tienen los pies descalzos”. Autores que seguro te suenan de algo.
P.- Como lector, se decanta por ¿libro electrónico, papel o audio libro? ¿Qué está leyendo ahora mismo? Recomiende un par de títulos.
R.- Tuve libro electrónico y me deshice de él. Yo soy de papel de todas, todas. Aunque entiendo que hay que ir abriendo el camino a las nuevas tecnologías. Pero para mí donde se ponga ese ritual sagrado de llegar a una librería, coger el libro, ojearlo, olerlo. No hay color.
Bueno. Lo que más estoy leyendo es lo que me llega a la editorial. Y con eso voy bastante sobrado. Lógicamente de esos libros todavía no te puedo comentar nada. Lo último que he leído es “Jentiles”, del autor vasco Aritza Bergara, y que se puede enmarcar dentro del género detectivesco. Y tengo entre manos la novela “El palacio de Dubravko”, de mi amiga María Laso, que también le da al género negro y policiaco.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Básicamente son dos. Tan solo me gusta escribir de noche y no soporto que nadie esté mirando lo que estoy escribiendo, que se asome a la pantalla del ordenador. Eso me bloquea.
Pues a ser posible
P.- Relate alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no ha contado hasta ahora...si la hubiere.
R.- Como curiosidad, aunque no sé si lo será, puede ser aquella vez que llamé a un antiguo editor mío para reclamar mis royalties y encima me echó el tío una bronca del copón, diciendo que no se habían vendido más libros por mi culpa, que me había movido poco y que no era su trabajo mover mi libro. Me quedé un poco petrificado, pensando que entonces para qué acudía yo a una editorial, si después te lo tienes que hacer tú todo. Aunque ya luego se disculpó.
P.- Venda su libro ¿por qué hay que leer el "Llanto del druida"?
R.- Porque creo que es un thriller rural que te va a mantener enganchado al libro hasta la última página. Si te gustan las novelas del estilo Dolores Redondo, pero menos previsibles, no dudes en leer “el llanto del druida”. Siempre vas a encontrar un nuevo giro que no esperas, un final imprevisible, un entorno mágico, la mezcla de lo místico con lo criminal. Además, tengo que decir que éste es el primero de tres libros. La segunda entrega espero tenerlo terminada pronto.
P.- ¿Cómo ha toreado al bichito Covid-19? Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- Bueno, pues yo fui uno de los muchos que tuvimos que sufrirlo en primera persona, aunque por fortuna lo pasé sin mayor complicación o, al menos, no tan mal como otros que no pudieron ni contarlo.
Mis proyectos a corto, medio plazo, son leer mucho, escribir algo y publicar lo que se vaya pudiendo. Somos una editorial muy pequeñita que por ahora no ha recibido ninguna ayuda de ninguna clase. Así que, con mucha ilusión, y aún con más trabajo y esfuerzo, vamos a ir sacando adelante este ilusionante proyecto que, espero y deseo, se vaya afianzando conforme se van editando libros.
-Por último. Darte las gracias a ti, Francisco, porque gracias a personas como tú, pequeñas empresas como ‘Cosechanegra ediciones’, podemos hacernos un poco más visibles.