Con esta referencia, algo humorística, al Guerra y Paz de Tolstoi, como título, Jesús Zomeño acaba sacar un nuevo libro de relatos en la editorial Contrabando. A pesar de que su creación narrativa vuela actualmente por otros paisajes, nuestro cronista anacrónico de la I Guerra Mundial, no puede evitar volver de tanto en cuando a las trincheras, las ciudades, los países y los protagonistas que experimentaron aquellos bélicos años y los que les siguieron.
Y es que, Guerra y pan es un libro en el que Zomeño, con su brillante narrativa, sus retratos imaginados, pero realistas y sus agudas reflexiones, vuelve a su tempus totémico. Aquel que del que ya nos ha hecho disfrutar de lo lindo en su reciente De este pan y de esta guerra -Premio de la Crítica Literaria Valenciana-. El que ambos títulos utilicen los mismos nombres nos da una clara pista de que ambos comparten mucho. Y es que Guerra y pan completa un mosaico sobre la Gran Guerra con el anterior libro y con sus, también estupendos, Piedras negras, Cerillas Mojadas -Premio Alhóndiga de narrativa breve-XX Premios Otoño Villa de Chiva- y Lengua Azul -Premio Café Mon de Mallorca en 2008.
Cada uno de los nueve relatos de Guerra y paz refleja el alma y sicología de una persona bajo la influencia de unas circunstancias distintas, aunque siempre bajo la sombra del terrible conflicto armado que cambió para siempre la concepción de los enfrentamientos bélicos. Zomeño no estuvo allí, aunque, al igual que ocurre con toda Europa, llena, aún hoy en día, de estatuas y placas conmemorativas de ese conflicto, su imaginación vuela una y otra vez sobre aquellos turbulentos años.
El libro se lee fácil, aunque os recomiendo una lectura más sosegada, más interesante y enriquecedora. Ese es el modo en el que se disfruta más de cada uno de los relatos, de las atinadas observaciones, de la atmósfera trágica de aquellos años; a veces de su amarga realidad y de las diversas reflexiones que, como perlas en su ostra, reposan en medio de cada una de las historias que, bien podrían ser, estudios de personalidades bajo la presión de las circunstancias. Muchas de ellas nos hacen comprender que el término neurosis de guerra tuvo su primera epidemia en la Europa de la I Guerra Mundial. Y disfrutad de las ilustraciones de Miracoloso que los jalonan y que, en algunos casos, son la fuente de inspiración del relato.
Los lectores de Agitadoras hemos sido afortunados y hemos podido disfrutar a lo largo de los años de muchos de los relatos bélicos de Zomeño. Uno de los que aparecen en el libro, Motivos para Matar, lo escribió para uno de los aniversarios de la revista y que, en este enlace, podéis leer como anticipo del libro.
Es difícil escoger uno de los relatos como mejor, aunque a mí me ha gustado especialmente el relato del coleccionista de botones que, aunque dedicado a su hija, me ha traído a la cabeza la modesta, aunque interesante, colección de cascos de guerra que el mismo escritor atesora.
Libro recomendable sin duda y que, si no conocías al escritor Jesús Zomeño, seguro que te impulsará a buscar y leer sus otras obras.
Y al autor, una petición: no abandones del todo tu creativa labor de recreación de esos años tan fundamentales para la comprensión de Europa. Aún quedan muchas piezas para completar el mosaico de sus protagonistas anónimos y los lectores te lo agradeceremos.