El escenario es Nueva York. Durante el último mes, el graffitero Banksy- para mí el mejor grafittero conocido del mundo- ha realizado una pieza artística al día en formatos tan diversos como el videoart, la performance o la escultura. No hubo telediario del planeta que, hace unas semanas, no recogiera la imagen de unos animalitos de trapo de camino al matadero en un inmenso camión, todo gritos y lamentaciones. Resultaba aterrador; no había conciencia que se le resistiera. El pasado domingo, Banksy preparó una pieza nada habitual: una inmensa columna de opinión que pretendía publicar en el New York Times, como explica el propio artista en una página del proyecto “Better out than in”. Naturalmente, el diario rechazó imprimir la frase “la mayor monstruosidad de NY no es el graffiti, sino la construcción de la Zona Cero”, y de paso, todas las demás. ¿Respeto hacia sus lectores? ¡Quién sabe! Seguramente no comulgaban con la idea de que el nuevo edificio del World Trade Center es un desastre arquitectónico a la vez que una traición a todas las personas que perdieron la vida el 11 de septiembre, dado que proclama que “los terroristas vencieron y además nos condenaron a vivir en un mundo más mediocre que aquel al que atacaron”.
No hace falta ser muy listo para comprender que por debajo de la crítica al WTC se esconde un ataque al modo en que la ciudad trata al graffiti y a sus creadores. A este colectivo, la ciudad le acaba de asestar un duro golpe al confirmar que 5PointZ, la Meca del graffiti en el mundo, va a ser derribado para construir sobre sus escombros un bloque de edificios de lujo. Para Banksy, medidas como esta demuestran que la Gran Manzana no tiene reparos a la hora de traicionar el que considera su verdadero legado: el ser la ciudad donde los artistas más alejados del mainstream tienen el mejor espacio para expresarse. Por todo ello, mi artista de cabecera (por provocador, talentoso, valiente y diferente) sugiere que si la ciudad quiere redimirse de haber construido el nuevo World Trade Center (“Tan feo que se habría podido construir en Canadá”), debería construir delante de él otro edificio que bloquee la vista al actual y que podría ser mejorado mediante pintadas.
La idea no es mala pero… me da a la nariz que no va a prosperar. ¿Está Banksy perdiendo el norte? ¿Le mueve la vanidad? Sea como fuere, este chico va a dar mucho que hablar.
