Los últimos días, aparte del incesante flujo de noticias de calado relacionadas con la crisis, Siria, el pacto fiscal para Cataluña y la lideresa Aguirre, se ha hablado bastante de bebés. Shakira y Piqué se han atrevido por fin a confirmar el rumor de embarazo de la colombiana, y por lo que parece están ellos más tranquilos que los pesados que les llenan las cuentas de Twitter y Facebook de comentarios babosos por lo pelotas o directamente denigrantes, y Kate Middleton ya no sabe si odiar más las fotos del cacareado topless o las pésimamente photoshopeadas de su posible estado de buena esperanza.
De cualquier forma, estos nuevos seres aún por nacer vendrán con el pan bajo el brazo -o millones en el banco procedentes del fútbol, la venta de discos o el erario público, dependiendo del caso- y gozarán de una vida regalada. No así los hijos de los curritos de a pie, que en muchos casos y desgraciadamente para todos, lo que llevarán bajo el brazo es el papel del INEM. Bueno, quizá sea una exageración, pero nadie puede negar que en la coyuntura actual tener un hijo sale más caro que nunca gracias a las subidas generalizadas del IVA, especialmente en material escolar pero también en la ropa y el calzado, por mucho que los comercios anuncien a bombo y platillo que se lo están comiendo ellos.
Pero siempre hay ideas y creatividad que compensan el saqueo actual de las clases trabajadoras. Y hete aquí que en el medio más democrático que existe, internet, llevan ya un tiempo activas iniciativas de particulares para incentivar el intercambio de ropa y artículos infantiles. Así que no temáis, madres y padres, porque gastarse cada tres meses un dineral en vestir a los niños -para los adultos llevar un pantalón tobillero es moda y para ellos el signo de que han crecido de nuevo una talla- es cosa del pasado.
¿Quién no ha llevado ropa prestada de pequeño? A mí me endosaban tanto prendas de mi hermana como de mi primo y no me permitían rechistar, así que a veces iba de chica, y a veces de chico. Pero no todo el mundo tiene amigos con niños más creciditos que los suyos o sólo dispone de primos destroyer que dejan la ropa inservible. Grownies es la solución: una web de reciente creación para el intercambio de ropa y artículos infantiles de 0 a 8 años. Puedes ofrecer y adquirir las prendas en lotes de entre 6 y 8 piezas, que son publicados en la web y tienen un precio fijo: 15,95 €. La prenda sale pues a 2,65 € como máximo, en el caso de un lote de 6, el más pequeño. En ese precio están incluidos los gastos de envío y tan sólo se pagan 3 € al darse de alta. Cada lote publicado da derecho a crédito o, lo que es lo mismo, a escoger uno para el intercambio; es decir, no se puede comprar sin ofrecer. Es esencial que las prendas estén en perfecto estado para garantizar la calidad de los lotes, y eso se ve: ahora mismo, Grownies tiene publicados lotes con ropa de bebé de marcas como Adidas, Hello Kitty, Benetton, IKKS, Prénatal, Disney, Zara, Mayoral… Y un último detalle que hace a Grownies aún más especial: el Lote Solidario, que se dona a diversas ONG para que los niños aún más necesitados que los nuestros también vayan arreglados al colegio. Un dato que seguro que le va a gustar a la futura mamá Shakira.
Este es sólo un ejemplo, aunque muy bueno y con mucho éxito, de lo que se denomina consumo colaborativo, un nuevo modelo de consumo marcado por el cambio social y económico de los últimos años, que deja de lado el individualismo para centrarse en el intercambio, el uso compartido o el alquiler, y que tiene en la red su mayor aliado. Coworking, book crossing, car sharing… anglicismos que dan nombre a actitudes de consumo colaborativo y cuya traducción al castellano deja mucho que desear, pero que nos conducen a una sociedad un poco más compartida y mucho más agradable.