Quedó grabado en mi mente, de modo tan indeleble que aún visualizo la escena, la imagen de una monja contemplativa, en un convento de mi ciudad natal. Estaba de rodillas, frente al altar, totalmente inmóvil. Yo tenía entonces unos ocho o nueve años, y en la actualidad ya paso de los setenta. Pensé que se trataba de una estatua, y me acerqué a tocarla, no era una estatua, pero ni se inmutó.
No sería la primera vez en mi vida, que me encontraría una monja, en una situación semejante, la última fue hace pocos años, en un convento, en Tierra Santa, y me trajo nuevamente la imagen de la monja de mi infancia, porque la escena era la misma, pero nos separaba un cristal y no podía ir a tocarla para comprobar si se trataba, de una persona real.
El quietismo, es la definición con la que, algunos, identifican este tipo de meditación, que se plasmó en una corriente mística, en España, en el S.XVII, y que consideraron herética. Pensaban los que la seguían, que con este ensimismamiento, se conseguía la suma perfección del alma humana, anulando toda realidad exterior, para unirse a Dios, en una contemplación pasiva y con la indiferencia total hacia todo cuanto pueda suceder, a su alrededor. Pero de esta actitud mística, no tiene su monopolio en la doctrina católica, también hay otras religiones, como el hinduismo o el budismo, que la practican.
Desde la Antigüedad, la mujer ha superado, al hombre, en su capacidad de conectar con otros mundos, que superan la mera realidad, aunque a veces lo hagan, con la ayuda de elementos externos.
En la Cova Gran, en el municipio de Avellanes Santa Liña, en Lérida, se encontraron en el 2020, los restos de una mujer de entre 17 a 20 años, perteneciente a la especie Homo Sapiens de hace, entre 13500 a 14400 años, y a la que pusieron de nombre de "Liña".
Aparte de la importancia del hallazgo, había ciertos aspectos, que lo dotaban de un valor añadido. Como la intencionalidad que se aprecia, en este entierro, que nos indica la idea de una cierta, trascendencia espiritual, pues la difunta ha sido colocada de cierta manera, que mostraría un ritual especial.
Según creen los arqueólogos, es posible que se encuentren grabados en la roca bajo la que fue introducido el cadáver, o un ajuar funerario, que mostraría que, efectivamente, se trata de un enterramiento ritual, que demostraría la importancia, posiblemente espiritual, de esta persona, que encarnaría en sí, una representación de estos poderes. La pregunta ante la evidente importancia de esta mujer, es: ¿Quién era? ¿Su poder, era político o sólo religioso?
Es posible, que se tratara de una Gran Dama, que personificara la religiosidad de un grupo humano. Pero su estatus, es diferente al de esas figuras antromorfas, de personajes con cuernos, que se encuentran representadas en cuevas como la de Trois Freres, o Gabilou en Francia y que han sido interpretadas como brujos, hechiceros, magos o chamanes.
Porque es llamativo este aspecto hierático y reposado, mas allá de los meros conjuros, y los bailes rituales, que realizan los chamanes masculinos, aspecto, que parece encontrarse en las mujeres, como lo encontramos, en las figuras ibéricas, como la Dama de Elche, la Dama oferente. o la de Baza una escultura en posición sedente del S. IV a. C, de piedra caliza policromada, que muestra a una mujer sentada en un trono, con dos alas a los laterales y unas garras de león como patas, de una altura de 133 cm.que en su interior contiene los restos quemados de una mujer.
El protagonismo de la mujer, en aspectos místicos o religiosos, mostrándonos una cierta predisposición religiosa, o superando la realidad, se encuentra a través de los milenios de la existencia de la humanidad, siendo protagonista de los acontecimientos trascendentes, utilizando a veces "ayudas exteriores" como plantas o elementos alucinógenos, que las trasladarían a un mundo distinto del real.
Ahora se sabe que las brujas tomaban diversas pociones que las "colocaban" y les daba la sensación que "volaban".
Hay un viejo dicho que afirma "Algo tiene la genciana, cuando se dice que si un caballo la toma, corre tres días sin comer" Y esta es una de las plantas que se pueden encontrar fácilmente en nuestros campos, y que las brujas utilizaban, como ungüento. Tras una noche macerándose en agua, se la untaban o bañaban en esa agua y esto les producía alucinaciones, entrando en trance, pero no se la bebían como hacían con las infusiones del estramonio. Y no era esta la única sustancia que "colocaba" a las mujeres. En las Meninas, hay una escena, que pasa desapercibida, pero que es la imagen central del cuadro, la entrega de una pequeña vasija de barro a la infanta, por parte de la hija del Conde de Salvatierra, porque conforme afirmaba una noble francesa “A las nobles españolas no hay cosa que más les guste que comer búcaro”. En 1611, Covarrubias en su libro “El Tesoro de la lengua castellana” describe el “búcaro” como: “género de vaso de cierta tierra colorada que traen de Portugal. "Destos barros dicen que comen las damas por amortiguar la color”.( Su cara se ponía pálida) Los más apreciados, eran juntamente con los de Estremoz, (Portugal) los de Salvatierra,(Badajoz) de ahí que la entrega del búcaro, a la princesa, por la hija del Conde de Salvatierra, aporta un significado evidente a la escena.
Pero la acción alucinógena y narcótica de los diversos componentes, de este barro, que masticaban, hacía que se “engancharan ” a la droga, siendo muy difícil el dejarlo. Sor Encarnación en 1631, dejó escrito su testimonio:"...como lo había visto comer [el barro] en casa de la marquesa de La Laguna, dio en parecerme bien y en desear probarlo". -Y lo probó, y: "un año entero me costó quitarme de ese vicio", si bien "durante ese tiempo fue cuando vi a Dios con más claridad". Es muy probable que estas alucinaciones se las contaran a sus confesores y según testimonio de algunas, no había peor penitencia que el dejar de comerlo un solo día.
En la escalera de entrada de la iglesia de S. Pedro de la ciudad de Cuenca, se encuentra enterrada Isabel María Herraiz, la Beata de Villar del Águila, que decía, a finales del s XVIII, que tanto Jesucristo como la Virgen María moraban en su pecho. Tan convincente era, que era llevada en procesión, bajo palio, convenciendo a prelados y clérigos, y hasta se trató el caso de su divinidad en la Universidad de Alcalá de Henares. Pero el Tribunal de la Inquisición conquense, no era tan crédulo, y la ingresaron en la cárcel, donde murió por enfermedad, antes de realizarse el proceso de su condena o absolución, pero la Inquisición, determinó que recibiera sepultura en los escalones de entrada de dicha iglesia, para que fuera pisada por los fieles al entrar al templo y sirviera de ejemplo y expiación.
No hay duda, que la mujer es más sensible que el hombre y que su mente está mas predispuesta a captar ese mundo que supera la realidad, pero quizás por eso mismo, no ha sido capaz de conseguir un puesto semejante al del hombre en la sociedad, es posible que en la actualidad, ahora, esté pisando "más" tierra, aunque siga su alma más cerca de Dios, que la del hombre, tal como muestran las monjas, que con su quietismo, son capaces de elevarse por encima de toda realidad y despertar en quienes las ven, un mundo que parece inexistente, abrumado por las televisiones, móviles, redes sociales...pero que ellas superan, elevándose sobre la superficialidad, y vacío, de una sociedad que parece tenerlo todo, pero que carece de muchas cosas.