A veces el misterio me visita.
Toco por un instante
el corazón de tal misterio,
alzo la voz que destila gotas de oro blanco.
Lleva en la palabra el cuchillo
que se hunde entre las carnes
y despierta a los marciales entumecidos
que nos habitan.
A veces el misterio me visita.
Es un hombre antiguo de papel.
Nació milenario:
maestro místico del universo.
Hombre, rama, árbol,
encantador de palomas
gambusino,
conjurador de brisas de miel,
alfarero de este barro de la Laja.
Llave, semilla, sacerdote,
custodio de sortilegios y palabras,
tejedor de tiempos.
Coronado de Laureles y de pieles bárbaras
viene a llenarme la voz
de oro virgen.