Recuerdo que en mi visita a la Galería de los Oficios de Florencia, tenía un especial interés en ver, “ la Virgen del cuello largo”, no sólo por su belleza, y la novedad del alargamiento de las figuras, que aportó el manierismo, y que luego veríamos en el Greco y más posteriormente en los finales del XIX en Amadeo Modigliani, sino sobre todo por la pierna del ángel que el Parmigiano coloca en primer término, de una belleza, que impacta al espectador, y que algún comentarista malintencionado ha dicho, que algunas divas la han tomado como modelo para el photoshop. Es evidente que quizás se le podría haber puesto al pintor el mote de “il gamba”, (el pierna) como se llevó el extremeño Luis de Vargas, ante la que aparece en primer plano en su cuadro “La Alegoría” de la Catedral de Sevilla. El famoso cuadro de la Gamba, fue llamado así, por el elogio que hizo de la pierna de Adán el fresquista italiano Mateo Pérez de Alesio, «piu vale la tua gamba che tutto il mio San Cristoforo” (vale más tu pierna que todo mi S. Cristóbal), circunstancia sumamente extraña, el que un artista reconozca que la obra de otro es superior a la suya.
Estas circunstancias muestran la atracción que tiene un hermoso muslo, sobre todo femenino, incluso por encima de todo el resto del cuerpo, y esto lo saben las actrices que son contratadas más por su bella figura, que por sus dotes interpretativas, las poses para las fotografías, son idénticas en todas, mostrando una pierna que sobresale de un vestido que suele cubrir todo el cuerpo.
Pero esta estética no es de ahora ni tan siquiera de los siglos XVI, en adelante. Siempre me llama la atención un mosaico que se encuentra en el Museo Nacional de arte romano de Mérida, posiblemente del s.IV. El autor de la figura, muestra sus carencias por la desproporción de la figura, evidente en la longitud de los brazos, e imposible de saber si el rostro también las muestra, ya que se han perdido las teselas que lo componen, pero ha realizado, saliendo del vestido, una hermosa pierna, la izquierda como siguen habitualmente enseñando las modelos actuales, que destaca por su perfección.
Si le hiciéramos caso a Santo Tomás de Aquino en sus disquisiciones sobre la belleza, seríamos buenísimos, ya que afirmaba que: la belleza es aquello que agrada a la vista, y lo que es agradable o placentero es una de las divisiones de la bondad.
Con lo que llegaríamos a la conclusión de que estas mujeres que tienen tan hermosos muslos, ya que son placenteros para la vista, tendrían una gran bondad, vamos, que algunas serían unas santas, aunque su vida dejara mucho que desear, y a ellas las desearan muchos.