Canto a la célebre Corina, Poetisa de Beocia
Comarca de Grecia
Cuya capital era Tebas
Rival de Píndaro
El primero de los poetas líricos griegos
A quien ella nombraba pícaro
Holgazán, andrajoso, sinvergüenza
Que está y viene de picadillo
Porque dicen que ha dicho
Comiendo uvas grano a grano
A un reportero gráfico
Que ha enterrado a dos maridos
Y que ahora tiene a un rey dentro
Como aquella Servilia
Hermana uterina de Catón de Utica
Mujer de Junio Bruto
Y madre de Marco Junio Bruto
El que mató a César
A quien inspiró una pasión ardiente
Provocativa a lujuria
De la que nació Marco Junio
A quien César creyó siempre su hijo
Un sábado por la tarde
Cuando el cirujano de turno
va tras alguno
Y dice como remiendo que se echa en el zapato:
“Hay mucha prisa a la cadera”
Del patrón picapuerco, trepa
Que se hace con picaduras
Para señalar el dibujo
Especialmente entre encajeras en picadón
Lugar donde en las jabonerías
Se quebranta la sosa
Que por eso Píndaro a ella le decía:
“La Sosa de Corina”
Causándole cierto ardor o comezón
En alguna parte del cuerpo
Hiriéndola con cierta arte
Como a la bola de billar
Con la suela del taco
Para hacerle ejecutar
Movimientos especiales
De costado y de retroceso
Abriendo un libro a la ventura
Titulado: “Billar enseña las Bolas”
En Poesía.