Anda la parroquia bastante revuelta por el cartel electoral que presentó esta semana Soledad Sánchez, una candidata menorquina que aspira a la alcaldía de Ciudadela. Como es sabido, el cartel presenta un torso desnudo de mujer donde unas zarpas poderosas agarran dos grandes argumentos. Dado que la Política es el reino de la mentira, la candidata no ha tardado en proclamar “Son mis tetas”, un veredicto tranquilizador que debería movilizar a la ciudadanía masivamente a las urnas. Si algo se puede decir ya de Sole Sánchez es que es una mujer sincera que va con la verdad-o verdades-por delante. Asimismo ella ha admitido que esas manos que muchos envidiamos son las de su pareja sentimental. Sin embargo todas estas aclaraciones no han podido impedir que el partido Esquerra de Menorca denunciara el cartel al Instituto Balear de la Dona por considerar que una imagen tan sexista atentaba contra la dignidad de la mujer. Ante la denuncia, la candidata se ha aprestado a decir: “Los que critican son puritanos”.
Vayamos por partes, querida Sole. En realidad el puritanismo no es malo: es una de las formas más evolucionadas de la hipocresía y hasta de la convivencia. Fíjate bien. Muchos de tus adversarios políticos han puesto el grito en el cielo, dando por sentado que jamás se habrían presentado así; pero también es cierto que muchos de ellos roban nuestra pasta y luego acuden a los burdeles para jugar al teto con una fulana, engañando lamentablemente a su mujer. Al menos tú has tenido la decencia de hacerlo con tu pareja, dejando claro desde el principio que en estas juergas no te pillarán nunca. Quizá te vendas por un chalecito o un viaje al Caribe, quién sabe, pero no por la miseria de la carne oculta que ha llenado nuestra clase política de personajes amorales y de muy escasa fiabilidad. Es lo bueno que tiene exhibir los atributos maternos, que por alguna razón misteriosa siempre inspiran confianza. Seamos puritanos o no.
Pero dicho esto, Sole mía, hay asuntos que tienen que ver con el pudor. No es lo mismo ejercer la cosa pública que postularse con un anuncio más propio de las mujeres públicas. Y además de calidad. Te aseguro que en mi época habríamos hecho cosas muy feas con tu poster, pero que muy feas. Luego están las nuevas generaciones, los guardianes heroicos de nuestro porvenir. Me dirás con razón que los jóvenes de hoy se pasan el día midiendo trancas de mulo en Internet, lo sé. Y sé también que tus argumentos no les van a quitar el sueño. Pero, ¿qué pasará con los emigrantes? ¿Lo has pensado, amiga mía? ¿Pretendes qué los moritos se caigan de los andamios? ¿qué los mulatos circulen por ahí presentando armas? ¿qué los morenos se arrojen por los acantilados? Recuerda que al político se le exige siempre que cumpla sus promesas. Y no veas lo que has prometido, hija. En fin, que creo que no te han explicado bien eso de la erótica del poder.
