(Perfil de nardos)
«Que bien sé yo la fuente que mana y corre,
aunque es de noche»
Juan de la Cruz
«el silencio como un roto buscando un nombre
donde arraigar tu voz de jardín al soliloquio de tu boca»
La hora de los pájaros
A Ulises, en su terraza de noche mirando la esquina de los nardos por donde se marcha Agitadoras
La tarde almenada huele a esquina de nardos,
mientras los frutos rojos de tu cintura,
mareas desde la orilla hasta mis ojos,
cuando la pleamar se agacha para verte.
La noche, acurrucada en tus manos,
pace en este dolor de jazmines
y persevera su afán de terrazas
donde las horas se besan despacio.
Sabes a piedra mojada,
a palabra nunca,
a piel de ansias concentrado
desde tus ojos a tu perfil de nardos.
El insensato destino de tus labios,
el sabio desatino de arroparte
o el loco desvarío de mirarte,
el soñarte aunque es de noche.
Te dan ganas de sembrar las sombras
y contarles fábulas de sabores,
cuentos sin moralejas ni final,
besos de amianto más allá del fuego.
Que bien sé yo de tu latir de huesos confusos,
aunque es de noche siempre en tus cenizas.
Y las madreselvas de los besos
como sombras de ojos perfilan
tus mutilados huesos de amores
al soliloquio de tu boca,
perfil de
nardos.