La exhibición en París del trabajo del fotógrafo colombiano Fernell Franco es una vez más el reconocimiento a su talento de artista.
La muestra estará abierta hasta el 5 de junio de este año en la Fundación Cartier.
Fernell Franco inicia su vida de fotógrafo como mensajero en un estudio fotográfico comercial; de aquellos que tomaban fotos para documentos de identidad y fiestas familiares en Cali, Colombia.
Posteriormente sería empleado como fotógrafo callejero, tomando retratos ambulatorios de transeúntes en sitios concurridos del centro de la ciudad.
Mucho se ha hablado de estos negocios de entonces y Óscar Muñoz, su amigo y reconocido artista, hizo una gran instalación sobre el Río Cali, en el año 2004, utilizando imágenes de archivo compradas a una de estas oficinas. (http://www.banrepcultural.org/oscar-munoz/el-puente.html)
De ser móvil pasa a ser estático, fotografiando por docenas gentes que iban de un lado a otro en el centro de la ciudad.
Luego habrá de ser fotógrafo de prensa y finalmente fotógrafo de publicidad, que es el punto donde imagino toma un respiro y descubre en su horizonte creativo las posibilidades que le ofrece una sociedad en su momento de iniciar grandes cambios.
Su visión de artista le compele a crear un catálogo de ciudad con una claridad y una belleza sin paralelos en el marco de las artes visuales en Colombia.
De la destrucción de la historia arquitectónica de su ciudad emergen hermosas fotografías coloreadas a mano, dando un vuelco poético muy merecido a una sociedad que olvida su pasado y se entrega decidida al frenético convite de eliminar de una vez por todas su vestigio colonial.
Fernell Franco registra los cambios que ocurren en la arquitectura local, la idea de modernizar lo que se considerara entonces el rezago colonial en muchas ciudades colombianas, a partir de la década de los años sesentas.
Fernell Franco, salido de la nada, hijo de campesinos empujados por la violencia partidista del campo a la ciudad, nos comparte e invita a examinar por medio de su fotografía una ciudad transformándose vertiginosa.
Sus imágenes de la serie Galladas, expresión muy colombiana que significa pandillas, nos muestra aspectos de la vida cotidiana en calles polvorientas, en la abulia de barrios de clase trabajadora.
Esto lo vemos en sus bellas imágenes de jóvenes pasando el tiempo en las tardes de inútiles domingos, pavoneándose con sus mejores atuendos.
Billares, es una serie excepcional, tomada en salones que imagino ya inexistentes salvo en la memoria de algunos.
Allí se apostaba dinero, al interior de bares y cafeterías del centro; salas pobladas de hombres maduros y tahúres profesionales que vestían trajes de paño y corbata, mientras pasaban el tiempo jugando al billar pool o a las carambolas.
Todo esto lo documenta con su cámara. Luego, con paciencia habrá de colorear sus composiciones, otorgando a sus ensambles un aire de página de fábula.
El arte de “iluminar”, pintar o colorear una escena representada en un texto tiene originalmente una larga tradición histórica.
Dice el diccionario en su tercera acepción del verbo Iluminar: “Dar color a las figuras, letras, etc. de una estampa o de un libro.”
El artista ha ejercido este parsimonioso arte para añadir color a sus imágenes en blanco y negro. Vemos así segmentos de la vida diaria en una ciudad que se transforma a pasos acelerados en la segunda mitad del siglo xx.
Fernell Franco graba y amplía estas imágenes. Luego las cubre pacientemente a pinceladas de color. La combinación de su fotografía en blanco y negro y la sobriedad de su pincel dan como resultado hermosas imágenes.
En otra serie llamada Bicicletas, vemos sombras fugaces de seres que de alguna manera nos traen a la mente la imagen del fotógrafo ejerciendo de mensajero.
Fernell Franco vive la ciudad que le dio acogida y ahora la recupera para la posteridad con cariño y pulso sosegado.
Sus fotografías hacen parte de la memoria de muchos que tuvieron como referencia casas con zaguanes donde imperaba el claroscuro y cuartos ensombrecidos detrás de pesadas puertas de madera.
Imágenes y objetos sobrevivientes de principios de siglo, en patios poblados de plantas sobre baldosas de tintes arabescos, en ese trópico-entre-montañas, de una ciudad llamada Cali.
La imagen fotográfica usada como fuente de creación, pronta a ser manipulada -“iluminada”- gravita hacia otras vertientes que atañen a conceptos modernistas de experimentación.
Algo que ha llamado la atención en el trabajo de este artista es la serie titulada Prostitutas, realizada en la zona de tolerancia del Puerto de Buenaventura, en el Pacífico colombiano.
Mención especial merece la serie titulada Amarrados, colección de imágenes de mercaderías amarradas con sogas en intrincados patronos de nudos y amarres, que insinúa cadáveres insepultos, tomada en las plazas de mercados de varios pueblos de Colombia.
Ver también: http://www.agitadoras.com/enero%202012/lalo.html
http://fondation.cartier.com/#/en/art-contemporain/26/exhibitions/2562/online-projects/2572/fernell-franco-unseen/