La Ciudad de la Memoria
Francisco Marín
Autor: Santiago Álvarez. Editorial Almuzara (2015). 400 páginas. 17,00 €.
« Nací cuando ella me besó, morí cuando ella me abandonó y viví el tiempo que me amó. » En un lugar solitario, 1953.
Que la novela negra española goza de excelente salud... es evidente, que los autores de novela negra de nuestra zona se van posicionando entre los mejores... es palpable, sólo hay que leer alguna de sus obras. No tenemos que acudir, porque no hay otra cosa, a la literatura nórdica o americana. Particularmente me gusta leer que el detective se llama Martín, Gomes, Horacio,..., en fin fáciles de pronunciar; que las ciudades me sean conocidas y sus calles también... Pero la bomba es que se llame Vicente... Vicente Mejías Alcaraz... ¡Vicente!.. Alcaraz, apellido muy corriente en la tierra desde donde reseño –Cartagena (España)- La ciudad de la memoria, pero la repera es que este detective es nacido en... ¡Cartagena!... Ya me dirán si no es suficiente motivo para acomodarse y leer con otros ojos y otra atención lo que nos deparan las 400 páginas; por cierto... vuelan.
El mérito de que Vicente sea cartagenero aumenta pues su padre es natural de la vecina ciudad de Murcia –aunque reside en Valencia desde hace 15 años- y ya saben, y si no, se lo digo yo, la retranca y disputa que hay entre cartageneros y murcianos... una perla:
[...] El murciano dijo algo así. Luego se hizo el listo, arengándome con que la gente de la tierra teníamos que ayudarnos. Menudo imbécil, si yo soy de Cartagena [...] (página.226)
Mejías es un detective atípico... asmático y bebedor de whisky, capaz de hurgar allí donde nadie lo haría. Investiga un caso extraño en el que está involucrada una poderosa familia de la ciudad de Valencia... caso que conecta la actualidad con tiempos pretéritos en los que nacen ocultos secretos... más que secretos.
Berta Valero, una universitaria ingenua que atraviesa apuros económicos, comienza a trabajar casi por azar en la agencia de investigación que regenta un extravagante personaje. Mejías es un detective privado, inconformista y audaz, que se conduce como Humphrey Bogart en un mundo que cambia demasiado deprisa. Juntos indagarán un extraño caso que involucra al muy poderoso clan familiar de los Dugo-Escrich, propietario del mayor grupo constructor valenciano, y cuyas raíces se hunden en un pasado lleno de secretos que todos parecen –o aparentan-desconocer. Mejías desoye las voces que tratan de apartarle del asunto y encadenará situaciones geniales, descabellada y peligrosas hasta que, finalmente, la caja del tiempo se remueve con el estruendo de una losa mortuoria.
La ciudad de la memoria se sitúa en la Valencia de nuestros días... el relato es ágil, divertido, corrosivo hasta decir basta. Novela muy culta, pues a lo largo de ella se observa que el autor, Santiago Álvarez, es una persona “leída” y con “conocimientos cinematográficos”... lo que siempre es de agradecer. Para escribir bien hay que leer mucho, mucho, mucho... Cada uno de sus 23 capítulos es encabezado por una cita... literaria o cinematográfica. Prosa clara, al igual que los diálogos; acción, mucha acción, momentos divertidos y tristes... pero todos con el sello de Vicente Mejías, al que le pronóstico buena y larga travesía literaria.
Santiago Álvarez (Murcia, 1973) reside en Valencia desde 2001. Es el director de contenidos del festival de género Valencia Negra. Se inició en la literatura escribiendo relatos, muchos de los cuales han sido premiados en diversos certámenes.
Ha escrito, protagonizado y dirigido musicales y obras dramáticas, y ha grabado varios discos con distintos grupos y formaciones. Asimismo, imparte numerosos talleres sobre escritura creativa y es el primer profesor en España del software para escritores Scrivener .
La Ciudad de la Memoria es su primera novela, aunque ya prepara nuevas aventuras para sus protagonistas, Berta Valero y el detective Mejías –www.detectivemejias.com-.
Santiago charla con nosotros…
P.- ¿Por qué un Ingeniero Industrial se mete a escritor de novela negra?
R.- Siempre me he considerado un hombre de letras y no de ciencias, pero elegí Ingeniería pensando que sería lo mejor para mi futuro profesional. Todo este tiempo he escrito relatos, compuesto canciones, obras dramáticas, musicales… Siempre me ha interesado las distintas manifestaciones de la narrativa que, en el fondo, te ayudan a lo fundamental: contar una historia.
P.- ¿Desde cuándo escribe?
R.- Empecé a tomarme en serio la escritura hace más o menos 15 años aunque, como decía antes, no solo he practicado la novela.
P.- ¿Es La ciudad de la memoria su primera novela?
R.- Sí, es la primera terminada y publicada. Como otros, tengo varias novelas inacabadas o abandonadas, y más de treinta relatos terminados. En todo caso, tengo claro que no será mi última novela.
P.- ¿Por qué la sitúa en Valencia y no en Murcia, su tierra?
R.- Vivo en valencia desde el año 2000 y la ciudad ejerció una fascinación sobre mí que me impulsó a documentarme sobre ella. He llegado a conocer su historia incluso mejor que la de Murcia. Al principio, la gente de mi entorno me animó a que ambientara mi novela en otro lugar como Nápoles o Lisboa, pero yo estaba decidido a que fuera Valencia. Me parece una ciudad que con unas posibilidades narrativas que aún no se han explotado por completo.
P.- ¿En qué se ha basado para crear la pareja Berta/Mejías? Berta parece "muy cuerda" y Mejías una especie de "friki andante", con un punto de locura.
R.- Mejías se me apareció como un personaje entre trincheras, en tierra de nadie, atrapado entre fuerzas adversas que amenazan con destruirlo. Un tipo que ama el pasado pero que está obligado a vivir en el presente. Un conservador que realmente es un rebelde. Un inadaptado que decide darle la espalda a este mundo, aunque al mismo tiempo desea participar en él. Berta surge como una versión opuesta y al mismo tiempo complementaria que le ayudará en sus casos y que al mismo tiempo intentará reconciliarlo con el presente.
P.- La familia "Artúrica" ¿tiene su alter-ego en Valencia o es totalmente ficticia?
R.- Es una familia completamente ficticia, pero contiene trazas de la realidad que nos rodea. Creo que no conviene trasladar directamente la realidad a la ficción, de esa manera acabaríamos contaminando nuestra narrativa. Ser escritor es un oficio, de manera que escoger qué partes de nuestra observación de la realidad vamos a incorporar a la construcción de la ficción es como usar unos alicates o una llave grifa. Hay que tener oficio y práctica para hacerlo.
P.- ¿Por qué comienza todos los capítulos con una cita literaria o cinematográfica? (Nota: todos los inicios de capítulos son citas de películas del genero negro de los años 40 y 50)
R.- Mejías ve el mundo de otra manera por su afición al cine negro americano de los años 40 y 50, y necesitaba que el lector se sintiera rodeado por esa obsesión. Las citas están cuidadosamente escogidas, no solo para cumplir esta función, sino que además tienen mucho que ver con lo que se relata en el capítulo en cuestión. Me he pasado muchas horas revisionando estas películas con una libreta en la mano, y creo que ha merecido la pena.
P.- En la novela cita a Cartagena... "...Mejías perteneció a la comisaría de la ciudad..." ¿cual es su relación con Cartagena? Además, el nombre completo del detective es Vicente Mejías Alcaraz -Alcaraz es muy cartagenero-.
R.- Claro, lo de Alcaraz es intencionado, pues Mejías no es murciano, sino cartagenero. Estudié ingeniería en Cartagena y viví allí ocho años, por lo que conozco sobradamente la ciudad. Mi hermano vive allí y voy frecuentemente.
P.- ¿Cómo consigue, que al leer la novela, el lector ría unas veces y otras esté al borde de las lágrimas? ¿Lo planeó intencionadamente o sale así sin más?
R.- Me alegro que se haya percibido eso, ya que era uno de mis objetivos más ambiciosos. Me gustan las historias que te hacen reír pero también llorar, creo que los únicos libros que me recen la pena leer son, como decía Kafka, aquellos que te golpean como un hacha en la cabeza, los que no te dejan indiferentes. Y nuestro mundo está lleno de alegrías y desgracias, así que el desafío al que me enfrentaba era combinar comedia y drama de modo convincente; el humor con el que Mejías se enfrenta al mundo pero también el desgarro que arrastra con él. Ojalá eso llegue al lector.
P.- ¿Cuales son sus géneros y autores favoritos?
R.- Me interesan mucho Melville, Dostoievski y Kafka. De la novela negra soy devoto de Jim Thompson, admiro profundamente su comprensión de la sombra que habita en cada uno de nosotros. De Tolkien he aprendido el gusto por las palabras como proveedoras de una historia y el concepto de mundo secundario no como evasión, sino como lugar donde ser forjado y aprender. De Paul Auster envidio su dominio del tono de la narración, de una voz sin estridencias que puede conducirnos a rincones insospechados. Y Chuck Palahniuk me parece un moderno removedor de conciencias al que todos deberíamos consultar de vez en cuando.
P.- ¿Qué está leyendo, ahora mismo?
R.- Ahora mismo he empezado a leer Sunset Park , la única novela que me falta por leer de Paul Auster.
P.- Como lector prefiere:¿libro electrónico o libro de papel?
Para leer ficción, siempre papel. En mi iPad leo en la aplicación kindle libros de temas técnicos o de documentación.
P.- ¿Qué manías tiene a la hora de escribir?
R.- Muchas, demasiadas para ponerlas aquí. Podemos decir que escribo muy temprano, a las 6 de la mañana, que soy un maniático de las plumas y de los cuadernos, tengo una pequeña colección. La voluntad de madrugar es porque necesito saber que me levanto de la cama para hacer algo heroico cada día. Escribo en un escritorio de madera maciza puesto cara a la pared, con la persiana bajada, en una habitación que puede recordar a la oficina de Mejías. La novela me acompaña todo el tiempo en que la escribo: mientras compongo la historia llevo siempre una libreta donde hago anotaciones todo el tiempo: de alguien que me cruzo o de cualquier cosa que me suceda puedo rescatar un matiz, un detalle que luego desarrollo en la novela. Vivo obsesionado por la historia hasta que consigo que esta salgo de mí.
P.- Cuéntenos alguna curiosidad literaria personal que le haya ocurrido y no se ha desvelado hasta ahora.
R.- Empecé a escribir en la adolescencia relatos, pero fue una extraordinaria ópera de rock progresivo «Metrópolis: Scenes From a Memory», del grupo Dream Theater, lo que me hizo decidirme a contar una historia larga, una novela, que enlazara pasado y presente. Por fortuna abandoné mi proyecto inicial, que se parecía demasiado a la narrativa de ese disco, y encontré mi propia voz en « La Ciudad de la Memoria ».
P.- Desde Valencia ¿cómo ve la literatura murciana?
R.- Desde hace 15 años vivo en Valencia y esos son los círculos literarios que conozco y frecuento, así que no conozco con detalle la literatura murciana Sí que conozco a Claudio Cerdán y a Jerónimo Tristante, dos escritores de los cuales los murcianos pueden sentirse orgullosos. Ojalá yo me haga merecedor algún día de la mitad de ese reconocimiento.
P.- Sus proyectos inmediatos y futuros ¿son?
R.- En estos momentos estoy inmerso en la redacción del primer borrador de la continuación de « La Ciudad de la Memoria » y tengo más ideas para seguir con esta serie del detective Mejías con cuatro volúmenes. También estoy trabajando para hacer que el festival de género Valencia Negra sea cada vez más grande.
Tengo muchas ideas para próximos años, pero de momento hay que ir poco a poco.