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ISSN 1989-4163

NUMERO 61 - MARZO 2015

Encuentro Subrepticio con Joaquín Pasos

Daisy Zamora

 

ES difícil hablarte mientras me desgasto,

no es fácil platicar con vos, encontrarme con vos

en las gasolineras, en las antesalas de clínicas y oficinas,

en los embotellamientos de tráfico, Joaquinillo,

-¿puedo llamarte así?

 

Aquí hay mucho ruido, no me convence el lino impecable

de tus trajes

ni tus poses de niño bien nacido.

que sos pecador y católico, puro e impúdico.

Somos buenos para nada, inservibles para todo,

menos para el amor y el canto,

pero a nadie le importa el amor,

nadie necesita del canto.

 

¿Qué hacemos, Joaquín, para dónde cogemos?

Tus carcajadas tampoco me convencen

y los lagartos se ríen de vos y de nosotros.

 

Ah, qué divertido, Joaquinillo, qué divertido

ver cómo te quebrás el alma.

 

¿Qué travesía inclemente nos espera?

Los pasajeros de tu barco estamos locos

porque un buque de letras navega solamente

en ingrávidos mares de agua de colonia.

 

Yo me iría a esos países tuyos de resplandecientes

árboles de metal contra un sol nórdico,

entre los buenos muchachos alemanes hechos de queso

vagaría en tu Luxemburgo de pequeñas mujeres

y nos revolcaríamos en alguna habitación de aquel hotel

de comedor malva y oro

y desde la ventana le arrojaríamos monedas al flautista polaco

o contemplaríamos la orquesta de zíngaros suicidas.

 

¿Porqué llorás por un pescado muerto?

¿Porqué te conmovés ante el cadáver de una pájara?

 

Mejor te dejo. Aquí hay mucho ruido

y sólo el ajetreo importa, aunque nadie sepa porqué

ni para dónde vamos.

Es justo que te deje reposar al abrigo de tus pecados

mortales y capitales.

 

Me has dicho que te vas a morir de angustia una madrugada.

Ya vas a ver cómo, cuando llegués

a tu correspondiente naufragio

hay suspiros de alivio.

Al fin la familia descansa de la oveja negra o blanca.

 

Estoy ensordecida, sin tiempo para encontrar…

Los cementerios y parques están abandonados,

una multitud de niños muertos nos miran con sus ojos ciegos.

Dame una señal, Joaquín,

alguna señal en estas latitudes lejanas.

 

 

 

Joaquín Pasos

 

 

 

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