Trilogía en Garcilaso (1) - Aquel Campo Amaneciendo entre Limones
Ramón Asquerino
Ático y lirio
Para mi amiga Tere Remiro Brotons: en su aurora de orillas
El álamo, el laurel y el mirto callen : Garcilaso
Esta sombra de palmeras aquejada,
aquella ribera perdidamente lejana,
esa ola desprevenida y opaca,
la dejadez inerte con la marea baja
una bandada de pájaros al alba,
entre dátiles, adaman.
El viento, perfil en pie, loco de piel y arena,
la sierpe dormida amoratada
por un sueño sin manzanas ni discordias
-bebiendo rincones de Lorca con alcohol-
asfixian el mito sin aliento, jadeando:
como un pecado mordido, líquido, mojado.
No hay hiedras donde enredar
conciencias y brindar con cepas al tiempo
paso a paso, los perdidos ganados
hasta Eco en el Vinalopó,
cuando Narciso, ensimismado en guirnaldas de agua,
dibujaba la desbandada
de estos años espinas sin esquinas,
ocaso contra los cristales tras un aullido de cuarzo,
como vaso vacío de labios
-Vidriera quebrado por membrillo en hiperestesias-,
cortante huido, lacerante,
culebra de cristal, múltiple alcohol,
carmín de lunas, palmeras, acantos
donde acompañar cantos de limones,
zumo que gotea la estancia de los espejos,
y nos condena a leve cadena semibreve.
Enhebro: olores de dátiles, de olas, ámbitos de enebro,
aquel campo amaneciendo entre limones,
rocío hilo ahora de memoria
-acosado por un beso de arañas-,
velada, urdida en futuros, urgida,
conjugada en las personas del balcón,
un vuelo desde donde oír, ático y lirio,
aquel campo amaneciendo entre limones:
aspirar al perfil que cercaba caricias,
hoy tan lejos ya de aquel tiempo de los pájaros,
que han caducado entre las manos.
.
El hálito de esas yemas alienta,
cuando Iris mira a marzo para verte asomada
a la marejada en tu aurora de orillas,
acento bilingüe, suave los gestos,
-dolorido sentir de nuestro Garcilaso-,
la tierra húmeda de río y pupilas
a ras del alba, entre las entrañas de los ojos.
Y en la desembocadura, lejos, aquejada,
lloró y llamó Eco, ático y lirio, a los ahogados:
Aquel campo amaneciendo entre limones.
Que el álamo, el laurel y el mirto hablen.