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ISSN 1989-4163

NUMERO 11 - MARZO 2010

 

La Soledad de los Números Primos

Silvia Gelices

Autor: Paolo Giordano. Ediciones Salamandra. Barcelona. 2009. 281 páginas. 16 Euros.

"La soledad de los números primos" es la ópera prima de Paolo Giordano, un escritor italiano de 26 años licenciado en Física Teórica que se ha llevado uno de los galardones literarios más importantes de Italia, el Premio Strega 2008, y que en tan sólo unos meses ha conseguido más de un millón de ejemplares vendidos.

Y es que la novela tiene algo difícil de definir que te atrapa desde los primeros capítulos, algo que te perturba y te sumerge en una historia de soledad a raudales. Pero no se trata de esa soledad que uno siente cuando está solo, sino de aquella otra que te engulle cuando no hay nada que te conecte con los demás.

Y eso precisamente es lo que les ocurre a los dos protagonistas de la novela: Mattia y Alice, dos almas gemelas unidas por el destino, pero condenadas a la soledad aunque se atraigan.

Barreras invisibles

A ellos les ocurre como a esa teoría matemática que el autor utiliza en forma de metáfora para definir esta relación condenada al fracaso y que alude tan acertadamente al título del libro: "Existen entre los números primos algunos aún más especiales.

Son aquellos que los matemáticos llaman primos gemelos, pues entre ellos se interpone siempre un número par. Así, números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, 41 y 43... permanecen próximos pero sin llegar a tocarse nunca".

Los dos primeros capítulos son decisivos en el desarrollo de la trama de la novela. Los dos aluden a un hecho traumático en la niñez de las dos almas gemelas: un accidente esquiando que Alice casi se provoca a sí misma y un sentimiento de culpa por parte de Mattia por la muerte de su hermana discapacitada al dejarla abandonada en un parque. Estos traumas infantiles condicionarán sus soledades haciéndose cada vez más insoportables y creando barreras invisibles en existencias paralelas que se atraen pero que están a años luz. Y es precisamente este espaciamiento matemático, mágico y poético, el que les arrastra hasta el inexorable desenlace de sus vidas, cada vez más distantes, más solitarias, más erráticas pero aún así unidas.

Y para soportar esta soledad que agujerea el alma, a veces, se traslada a un dolor físico autodestructivo: "Acercó el cristal a la piel. Con mano firme Mattia hizo un pequeño corte (...) Alice se estremeció y lanzó un grito. Alice limpió una gota de sangre que le resbalaba por el vientre y se abotonó los vaqueros.

Mattia pensó qué decirle para confortarla:

- Te acostumbrarás, al final ni repararás en él.

-¿Y cómo si lo tendré siempre a la vista?

- Por eso, por eso mismo dejarás de verlo".

Sólo un ejemplo, entre muchos otros, de una novela que desgarra y perturba.

 
 

Soledad

@ Agitadoras.com 2010