Si no me importa empezar esta historia. Si no me importa cómo empiece esta historia. Si esto no es una historia. Si no estoy escribiendo. Si tú no eres quien lee, sino otro, que está muy por encima de tí. Si no son recuerdos. Si no son invenciones. Si es tu desprecio por todos los hombres, o por una parte de ellos. Si es tu compasión, o tu asco. Si es una idea sucia entre un millón de ideas hermosas. Si esto es un hombre de pie ante ti, lleno de babas y de mocos, que se ha meado encima y te sonríe, o sólo un libro abierto con la cara de un hombre repugnante. Si has entrado en un autobús y detrás se ha colado un mendigo que se sienta a tu lado y huele como una cloaca. Si eres un hombre decente, o sólo un hombre que quiere llegar pronto a casa después de un duro día de trabajo. Si yo hago trampas, o si las haces tú. Si una chica que aún no ha cumplido 20 años se asoma al balcón. Si una vieja lleva una barra de pan en una bolsa colgada del brazo. Si acabas de leer la noticia en el periódico y la noticia te hace recordar un cuento escrito hace meses. Si el pan crujiente de la mañana se reblandece en un charco, si rectificas, si haces que la chica caiga al vacío con una lentitud exasperante y no con la violencia con la que cayó. Si es un cuerpo sobre otro. Si es una edad de la vida contra otra. Si imaginas que es la vieja la que se arroja sobre la joven. Si alguien aplasta a alguien que lleva una barra de pan en la mano. Si muere la vieja. Si se salva la joven suicida. Si al viejo pordiosero del autobús le gritan para que se baje. Si cada uno tiene una buena ración de desprecio para el viejo asqueroso, en la misma proporción que una buena ración de pena para la chica de menos de 20 años que ha matado a una vieja. Si para la vieja también hay una dosis de sentimientos. Si no importa nada: si días antes de que mi hermano muriese tuve que ayudarle a limpiarse el culo. Si desde entonces lo hago caer al vacío como a la chica que se arrojó desde el balcón. Si se sentó en la taza y estuvo allí un rato, y yo junto a él, o más bien enfrente, luego se levantó y lo tuve que sostener mientras se llevaba la mano atrás y se buscaba el agujero. Si esta página no importa, si no importa lo que se cuenta en ella. Si lo que sucedió, al ser contado aquí es un borrón sin sentido. Si una chica joven le grita al viejo, viejo asqueroso, bájate. Si la joven suicida se salva con el colchón de la vieja, que queda reventada. Si mi hermano murió con el culo sucio. Si camino del taller de escritura me encuentro en el autobús con un conocido al que no veía en 20 años, al que al menos le oculto adónde me dirijo, ya que no he podido ocultarle mi existencia. Si lo que me cuenta me importara más que la decepción que me transmite, ha pasado unos meses en la cárcel, una equivocación, me dice, y saca de la cartera una fotografía con unos niños, gracias a estos estoy vivo, ¿y tú sigues escribiendo?, la maldita pregunta, el autobús entero pendiente de mi respuesta, me tengo que bajar aquí, me alegro de verte, te odiaré desde hoy en adelante. Si las primeras frases son importantísimas y también las últimas en un relato, según me intentan hacer ver, para agarrar al lector por unas solapas que no tiene, si alguien me quisiera coger así, yo escaparía. Si se pudiera contar con el goteo de un grifo que cierra mal, al que se le escapa el agua desde siempre y al que se le escapará después de haber dado por terminada la historia, pló. Si en el aula cada alumno tiene que leer lo que ha escrito. Si cada uno tuviese que responder por qué ha escrito lo que ha leído o ¿es que el ejercicio no consistía en contar cualquier cosa? Si he seleccionado varios episodios desconectados entre sí en mi vida, que quiero relacionar en el ejercicio. Si me importa un carajo lo que ha escrito la mayoría, si ni siquiera me esfuerzo en fingir que me interesa. Si alguien se detuviese un instante en pensar lo que está sucediendo en este aula. Si alguien con dos dedos de luces agarrase al compañero por el pescuezo y lo intentase ahogar, si le gritase viejo asqueroso bájate del autobús ya. Si mientras la literatura, que es lo que nos ha traído hasta aquí, una chica decidió arrojarse por la ventana. Si es una historia superliteraria, que ya está escrita, si la chica nunca había leído nada parecido a lo que estaba a punto de ocurrirle, si la tragedia de su vida será aplastar a un vieja que pasaba por debajo de su ventana. Si todo lo que a una le va pasando es como la sedimentación del terreno en el que se hunde. Si poco a poco las plantas de los pies ya no se apoyan sobre el suelo, sino sobre un nivel que está un poco más bajo, de forma que un día uno va por la calle, y descubre que camina hundido bajo ella. Si ya no nos preocupa que nos entiendan, que se pueda seguir la historia con facilidad y la evolución sicológica de los personajes. Si es extraño leer lo que uno ha escrito. Si todo suena a falsedad e impostura, mi hermano esforzándose por limpiarse el culo días antes de morir. Si hay que encontrar una voz, o si hay que perderla. Si me traigo aquí al viejo asqueroso del autobús y os lo muestro. Si os digo este es mi personaje.