Reconozco que he leído "El zorro y los sabuesos" por "accidente". Digo por accidente porque un amigo mandó la portada a un grupo de Whatsapp en el que estamos los dos y la portada me llamó mucho la atención. Desde el primer momento me enamoré de la portada, aunque soy consciente de que por la portada no se debería "juzgar" un libro pero, en este caso así fue. Tuve un flechazo como muy pocas veces me ha sucedido al ver una portada.
Una vez que he leído esta delicia porque eso es "El zorro y los sabuesos" del escritor Rubén Alfonso Jr., me quedé pensando en la sangre fría que deben de tener según que tipo de asesinos y psicópatas. En muy pocas novelas me fijo en el papel del antagonista de turno y esta novela ha hecho que me fijara tanto en el papel del protagonista como el del antagonista. Dos genios. Al mismo tiempo, hay un personaje que conseguí, de alguna manera, pillarle en un renuncio y ponerle, antes de que la narración así me lo dijera, en el saco del culpable de los crímenes que ponen a Miami en el punto de mira del asesino más cruel, más despiadado de todos los tiempos. Esta investigación está dirigida por el detective Alex Ramírez y la psiquiatra forense Rachel Robinson, ambos personajes son dueños de un pasado oscuro y terrible como el lector podrá comprobar, pasado que hará que se comporten de una manera determinada a lo largo del transcurso de la novela.
Comentar también que el ritmo de la trama se mantiene estable durante toda la narración con fases en las que la adrenalina está en la cumbre de la ola y, al mismo tiempo, quiero resaltar a los personajes. Desde mi punto de vista, los personajes de "El zorro y los sabuesos" son de los mejores personajes que he podido conocer a lo largo de mi vida como lector insaciable.
En definitiva, si queréis vibrar, si queréis acción por los cuatro costados, si queréis saber como se trabaja para intentar detener al culpable de llevar a cabo una venganza después de treinta años de silencio, "El zorro y los sabuesos" es vuestra novela y Rubén Alfonso Jr, vuestro autor de cabecera.
