Baila desinhibida, como si no hubiera un mañana. Hacía años que no lo hacía.
Está a un segundo de percatarse de que lo ha perdido, de que ya no está ahí, en su sitio, para dar simetría a su rostro. Fueron un regalo de aniversario. En esos espacios cerrados, entre tanta gente, ya se sabe…un empujón, un roce fortuito...quizá haya sido culpa suya.
Ríe, se cimbrea al son del ritmo divertido, se deja llevar hasta sentirse rara; desde hace un par de canciones hay un chico que no deja de mirarla. Afloja el movimiento, quizá se esté pasando.
Ya han pasado un par de meses, todo fue muy rápido, excesivamente rápido, y natural. Si tuviera que elegir un color que le representara en este momento, sería el amarillo, el amarillo macilento, le vale, hay tonos mejores que otros. Pronto desaparecerá.
Y en el fondo le da pena la pérdida. Sí, esos pendientes le van con todo.