Leer a un autor durante un periodo de tiempo amplio es similar a ver crecer un hijo…ves los progresos que va haciendo en el caminar, en el habla, en sus modos y maneras. Ves sus defectos y virtudes. Lo uno y lo otro es idéntico. Leer a Joaquín durante, ya, varios años es verlo caminar, cada vez, con pulso más firme y decidido por el folio en blanco; que poco a poco cubre de palabras claras y rotundas. Resaltar que poco son los defectos que detectado en este tiempo y si voy vislumbrando cada vez más virtudes. Entre estas últimas, resaltar la habilidad que tiene de dejarte sentado allí donde hayas osado abrir un libro suyo…es imposible hacer otra cosa que leer y leer, pasar páginas dejándote llevar de la mano y los encantos de Beatriz Segura, sufriendo con sus desgracias y penas y queriendo gozar, aunque sea mentalmente, plenamente con ella.
Crímenes de lesa majestad es, bajo mi consideración, la novela más completa de esta pentalogía, de momento, que lleva desarrollada Joaquín Lloréns…veamos de que va…
¿Y si la incorporación del Reino de Mallorca a Aragón no hubiese sido legal? En ese caso, Mallorca no formaría parte de España. ¿Cuál sería su destino?
Durante una recepción del rey emérito en el Palacio Real de la Almudaina, en Palma, Beatriz Segura, la investigadora licenciosa, encuentra por casualidad un antiguo pergamino. En él se hace referencia a un documento que podría haber cambiado la historia del efímero Reino Privativo de Mallorca, conquistado por Aragón en sangrientas circunstancias. Y, por ende los Reinos de Aragón y de España tampoco hubieran evolucionado como lo hicieron. Al pedir a un catedrático de Historia que le traduzca el documento, este le pone en contacto con un descendiente del redactor del pergamino hallado, que contrata a Beatriz para que busque ese documento desaparecido que podría cambiar la historia de Mallorca, a fin de limpiar el blasón de su familia, tachada de felona desde hace siglos. Las olvidadas pugnas entre los descendientes de Jaime I, los franceses y el papado durante el siglo XIV, salen a la luz según la investigación avanza, y Beatriz intenta comprender por qué Jaime II, rey de Mallorca, firmó el pergamino desaparecido. Pero como ya ocurrió hace siete siglos, una conspiración parece resucitar con el documento y los asesinatos se van cebando con todos aquellos que tienen que ver con la búsqueda del pergamino real. A Beatriz no le quedará otra opción que reconstruir qué sucedió en el pasado y viajar por Mallorca, Perpiñán, Barcelona y Denia para intentar encontrar el documento, si es que este aún existe y, de ese modo, desbaratar los planes criminales que se ciernen sobre ella y todos los que conocen la existencia de esa oscura etapa de la Historia.
Sus personajes han crecido muy, muy bien. Observo que Javier se está posicionado con contundencia, hasta tal punto que le pido al autor que continúe con estos protagonistas y nos regale una próxima entrega, a pesar de que él se resiste. Les confieso que podría haber un nuevo personaje “¿inesperado?” –para saber más lean la novela-.
En todo libro busco entretenimiento y aprendizaje…dos cuestiones que, con matrícula de honor, alcanza Crímenes de lesa majestad. Nadie puede aburrirse con Beatriz y Alberto, entretenimiento. Si además nos pone en bandeja la historia del Reino de Mallorca, aprendizaje; historia, pienso, muy poco conocida…pues eso, que nos enfrentamos a una pequeña joya literaria. Prosa clara, limpida, se entiende todo. Capítulos que pasan con rapidez a la par que la respiración se entrecorta pidiendo más y más.
Lean Crímenes de lesa majestad, gozarán y desearán estrechar la mano de un escritor de verdad con reconocimiento más que merecido. Por último, felicitar a la editorial Baile del Sol por un nuevo acierto.
Joaquín Lloréns Beltrán de Heredia (Bilbao, 1962) siendo el benjamín de cuatro hermanos. Debido a su onomástica estival, nunca celebró su cumpleaños con sus compañeros de colegio, lo que, sin duda, es la causa principal de su carácter independiente. Tras licenciarse en Ciencias Empresariales y trabajar dos años como galeote en una multinacional del sector de la consultoría, traslada su residencia a finales de los ochenta a Mallorca, donde vive entre sobresaltos con la también escritora Inés Matute Sánchez y las dos hijas de ambos, nacidas en la isla. Tras sobrevivir a la crisis de los cuarenta, volvió a centrarse en la creación literaria. Los frutos más relevantes de ello, son la serie de novelas de “Beatriz, investigadora licenciosa”, una investigadora no profesional y de personalidad algo excéntrica en sus relaciones afectivas, siendo sus primeros títulos Citas criminales (Tenerife, 2009), Amor envenenado (Tenerife, 2010), Política criminal (Tenerife, 2011), Venganza criminal (Tenerife, 2015) y Crímenes de lesa majestad (Tenerife, 2017).
Ha escrito numerosos cuentos -algunos de ellos, protagonizados por el Inspector Cenizo, han sido publicados en “La bolsa de pipas”-, poemas -participando en antologías poéticas como La Casa del Poeta- y el poemario 52 semanas. Ha publicado numerosos artículos en Quehacer Editorial, Espacioluke y en Agitadoras.com, revista cultural on-line de la que es Editor. Forma parte del grupo de agitación poética “El último jueves” y es miembro activo de la Red Internacional de Editores y Proyectos Alternativos.
Cómo siempre…un placer charlar con Joaquín Lloréns…para los lectores de Agitadoras…
P.- Cuando creó el personaje de Beatriz Segura ¿pensó en la pentalogía?
R.- No, la verdad. Mi idea original era una trilogía, pero cogí más cariño de lo previsto a los personajes, y sin darme cuenta, acabé llegando a las cinco.
P.- ¿En algún momento alguien le ha "llamado la atención" por la relación entre Beatriz y su padre adoptivo Alberto?
R.- La verdad es que no guardo memoria de ello, y es curioso. Sí me han dicho de todo respecto a la promiscuidad de mi protagonista, Beatriz, pero no recuerdo que nadie haya centrado sus comentarios sobre la peculiar relación de Beatriz con su padre adoptivo. Imagino que la publicidad de la relación de Woody Allen con Soon-Yi ha logrado que la gente no lo encuentre ya tan llamativo.
P.- Bajo mi punto de vista Crímenes de lesa majestad es la más completa de la pentalogía ¿cómo se ha documentado?
R.- Ciertamente es en la que más información he tenido recabar. De hecho, los pasos de Beatriz por el Museo de Mallorca, el archivo del Reino de Mallorca, la Almudaina, etc. son los mismos que yo tuve que llevar a cabo para que la novela tuviera visos de realidad. Estuve varios meses documentándome sobre las vicisitudes del efímero Reino de Mallorca y las turbulencias extraordinarias que se dieron en Europa durante su existencia. Lo encontré apasionante y me convencí de que merecían ser recordadas aunque fuera de forma novelada.
P.- ¿Quién le asesora sobre la vestimenta de Beatriz y sobre los menús de Marta? Los nombres de los platos...geniales. Díganos algo sobre el particular.
R.- Respecto a la ropa y complementos de Beatriz no he hecho sino estar atento en el período durante el que he escrito la serie de la investigadora licenciosa, a las innumerables revistas de moda, las pasarelas y las alfombras rojas con las que nos topamos por doquier. Cuando veía un conjunto que pensaba que encajaba con mi protagonista, averiguaba todos los detalles sobre el modelo y los complementos y se los adjudicaba.
Algo similar ocurre con los platos. Me baso en experiencias gastronómicas propias y me limito a crear, como hace Roberto, una descripción de los mismos que no incluyan el nombre real de sus condimentos. Es un juego que intento que cree una complicidad especial entre el lector, Roberto y yo mismo.
P.- ¿Seguiremos gozando con más aventuras de Beatriz?
R.- Por el momento no. Creo que cinco novelas con los mismos protagonistas son suficientes… por el momento. Pero quién sabe en el futuro…
P.- A su juicio ¿qué le sobra, si le sobra algo, a las "semanas negras" y que le falta?
R.- Las “semanas negras” han sido y son una herramienta magnífica para promocionar el género negro y la literatura en general. Su esquema básico de presentaciones de libros y debates es inevitable y sirven para que los lectores tengan la oportunidad de conocer en persona a sus autores favoritos, pero también para conocer a escritores que desconocían y para estrechar lazos entre los autores del género.
No vendría nada mal un poco más de apoyo institucional, sobre todo a nivel de promoción y quizás habría poner algo más de hincapié en aspectos algo más lúdicos que incrementara el número de asistentes y animara a estos a participar de una forma más activa. Quizás habría que combatir la habitual línea de separación entre participantes y asistentes. Creo que habría que incidir en los aspectos “off” de las semanas, como la posibilidad de tomar una copa vespertina y mezclarse con los autores en algún local de la ciudad. Algo parecido a lo que hace “Cartagena negra” en el “Mister Witt”, pero publicitando esa posibilidad entre los asistentes a todos los actos. Pienso que el público también agradecería el sorteo entre ellos de un ejemplar de los libros que se presentan o de los autores que debaten. Algo así como “libro dedicado con copa con el autor” ilusionaría a los amantes del género de la ciudad donde se celebre la correspondiente “semana negra”.
P.- ¿Qué está leyendo ahora mismo?
R.- Desde que hace un par de meses me lo recomendó un amigo, me estoy dando un pequeño atracón de Philip Kerr y su Bernie Gunther. Actualmente estoy con su séptima entrega Gris de campaña. Aunque en paralelo estoy releyendo los Premios Hugo de los años 1980-82 que editó Asimov y en la mesilla de noche, para ayudarme a caer en los brazos de Morfeo, voy desgranando entre desvelos y somnolencias El Canal de Suez, desde sus orígenes hasta hoy, de S.C. Burchell. Por cierto, su subtítulo lo encuentro un tanto pretencioso dado que se trata de una edición de los años setenta.
P.- Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- A corto plazo, además de poner mi granito de arena en la promoción de Crímenes de lesa majestad, espero retomar ánimo y fuerzas para concluir una novela un tanto descarnada sobre un divorciado que se enamora de una meretriz y las consecuencias dramáticas que ello le acaba acarreando.
A medio plazo no lo sé. Nunca he tenido tanta confianza en mí como para pensar que puedo controlar mi vida a medio o largo plazo. Leer, escribir, viajar y disfrutar de mi familia y amigos sería una estupenda opción.
