Todo y Nada es Política
Óscar Esteban
No hace ni una semana que un soplo de aire fresco ha atravesado la Península de norte a sur, de este a oeste, de dentro hacia fuera. La política se nos ha colado en casa desde hace meses, desde hace años - quizás siempre ha estado ahí - pero el caos y la desesperanza nos ha hecho sacarla, agitarla y hacerla parte de nuestros cafés diarios. Es curioso cuando alguna conversación sobrevuela algunas lenguas y puedes encontrar al otro lado de tu boca respuestas como “ a mí no me interesa la política ”, como un acto de renuncia o de delegar en el otro toda acción política. Me sorprende como excluimos esta parte de nosotros mismos, o la interpretamos como algo accesorio o solo al alcance de unos pocos, con un “ no entiendo de política, la verdad ”, arrinconándola hasta la llamada de las urnas, que con suerte solo será cada cuatro años. Como si nuestra vida no estuviera llena de otra cosa que no fuese política o, ¿acaso podemos entender nuestra ideología diaria como algo externo a la política?.
Nuestra familia, amigos, entorno social e incluso el azar formará parte de nuestro adn político y aunque se transforme o mute en su parte exterior, seguiremos siendo ese ente, con ese pensamiento más crítico o más narcotizado, pero siempre en algún estado presente.
La enseñanza a nuestros hijos irá impregnado de política, de valores más neoliberales y/o sociopolíticos, la escuela u hospital elegido formará parte de nuestra visión de lo público, la utilización y gestión del dinero en las vacaciones o en las navidades venideras, de las decisiones domésticas, de la utilización callejera como modo de expresión y hasta el modo y orden de sentarnos en la mesa o en el sofá de casa. Todo eso es la política, de cómo entendemos el mundo del cual formamos parte. De ese comportamiento ante cualquier acción cotidiana, vamos formando en nosotros y en las personas que nos rodean nuestra mejor campaña, nuestra interpretación de la vida y de cómo debería ser. De cualquier bar o cafetería nuestro mejor mitin y de cualquier cena navideña nuestro debate a cinco bandas.
Todo eso y más es la política y cuando alguien nos invite a su mesa a comer y nos diga “ aquí se puede hablar de todo menos de política, fútbol o religión ”, solo quizás deberíamos responder: “ Entiéndase a Messi como mi resumen de mi religión y fútbol ”, y sobre política, “ lo intentaré, pero déjame que me siente a la izquierda de la mesa y cerca de la puerta ”.
