Por qué no me Llamo Julieta
Carolina Delgado
Música, soy música. Y, como la mayoría de músicos que conozco, compagino la música con un trabajo que me da de comer y que me permite tener un grupo (paradojas de la vida). Afortunadamente es un trabajo relacionado con el "mundillo" ya que se trata de una tienda de instrumentos musicales. Cada día me encuentro con hombres y mujeres reacios a que les atienda yo o que dudan de mis capacidades por el simple hecho de ser mujer. Muy a menudo oigo preguntas como: "¿Eres tú la más indicada para aconsejarme?" o "¿Estás segura de eso?". Compañeros míos, hombres, no tienen que aguantar esto a diario, yo sí. Debo admitir que aún me cabreo bastante con este tipo de gente. Sigo trabajando en ello…
Si dices que estás en un grupo y eres mujer asumen que eres la cantante, sólo cantante. Si dices que compones las canciones piensan que escribes las letras, sólo las letras. Si les explicas que escribes letra y música, entonces te preguntan si eres cantautora. Y si tienes un grupo llamado Julieta Jones es una evidencia que te llamas Julieta, aunque te empeñes en dejarles claro que no es así. Esto lo califico yo de surrealismo abstracto.
Un día, volviendo de un ensayo, Anna Castañé (teclista de Julieta Jones) y yo tuvimos una conversación sobre lo que hace falta para "triunfar" en el mundo de la música siendo mujer (aviso que en Julieta Jones somos un poco destroyers ). Llegamos a la conclusión de que tienes que ser una virtuosa, una moderna o una guarra. Cualquier punto intermedio te coloca en la mediocridad. La gente quiere carnaza o en su defecto, ese postureo que está tan de moda hoy en día. Supongo que ya habréis deducido que escogimos la opción de ser más guarras, porque el virtuosismo está destinado a muy pocos y los pantalones de talle alto nos quedan fatal. En el caso de los hombres el concepto guarra se cambiaría por el de aspecto pseudo-yonqui-borrachuzo, así que ni siquiera ellos se libran en este maravilloso mundo de clichés que rodea a las bandas de rock.
De la misma manera parece ser que hay instrumentos más "de chica", como el cello , el violín, el arpa, la flauta travesera o el piano. Así que cuando una chica toca un instrumento más "de chico", como la batería o el bajo, a estos les parece sumamente sexy (debo decir que, como bajista, esto me parece estupendo). La guitarra, en cambio, es de lo más unisex. Lo único que diferencia a los hombres y a las mujeres que tocan este instrumento es que ninguna mujer pone cara de estar recibiendo una felación mientras ejecuta un solo. Por suerte esto no es general en el caso de los hombres. Por suerte.
En el mundo de la música todos tenemos nuestros prejuicios y nuestras ideas preconcebidas. Así que, básicamente, hay que hacer lo que uno quiera. Por eso sigo ahí , con mis épocas de euforia y mis épocas de falta de motivación. Aguantando a clientes con mentalidad del cromañón con tal de tener un trabajo que me permita la flexibilidad para poder tocar. Porque para mí esto es vocacional, a pesar de que haya gente que siga pensando que sólo soy la cantante de un grupo y que me llamo Julieta.
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