I. Ante las reclamaciones de la opinión pública para que la política elevara el tono, los políticos decidieron insultarse.
II. Los cimientos de la burbuja inmobiliaria cumplían solo los certificados necesarios para sostener un castillo de naipes
III. También de la democracia se apoderaron, los números. El poco espacio que dejaba la dictadura de los balances era, todo él, cálculo electoral.
IV. Se decidió la nueva política para afianzar el conocimiento: cambiarlo todo para que nadie entendiera nada.
V. Justo cuando estaban cambiando las reglas del juego el país decidió abrir un casino.
VI. El liberalismo fue declarado vencedor del combate ante la incomparecencia de su adversario.
VII. No contentos con darles a los bancos, decidieron también hacerse una quita.
VIII. -Oye, ¿qué hay de lo mío? –preguntó a micrófono cerrado el máximo responsable de la Comisión para la Defensa del Interés General.
IX. El país se prostituyó para que le construyeran un burdel.
X. ¿Y si acaso fueran los chinos quienes emularan la cultura del esfuerzo de los españoles?