Publicar en tu propio blog está muy bien, aunque de vez en cuando no viene nada mal alguna que otra antología para atraer lectores del papel a la web. Así sucede con la antología que ha publicado Bartleby, titulada La manera de recogerse el pelo, editada por el poeta asturiano David González, que más que como reconocimiento funciona como red.
El papel y la tinta les invita a la reflexión y la reescritura del poema, mientras que el blog te empuja a la publicación inmediata, a la divulgación espontánea y veloz. Las poetas admiten que da lugar al arrepentimiento pero, en contrapartida, refleja un momento poético y biográfico más veraz. Un poema en papel tarda meses o años en ver la luz. Cuando llega a manos del lector, la poeta que lo escribió ya no existe. Ella, apenas, se reconoce en el texto. Autopublicarse en un blog les enfrenta, muy en cambio, encarnizadamente con ellas mismas. Es la confrontación digital en estado puro.
Cuatro poetas recogidas en la antología subtitulada La generación blogger, nos leen sus versos en una vieja galería comercial del barrio de Malasala, en Madrid, que está a punto de desaparecer. Un lugar que es casi un no-lugar y, por lo tanto, se ofrece así mismo con la posibilidad de ser apropiado y reinterpretado. El eco de las voces de las poetas Ana Pérez Cañamares, Déborah Vukušic, Inma Luna y Silvia Oviedo en los pasillos de esta galería nos escalofría y nos emociona porque nos recuerda que, aunque publiquen en la soledad de sus blogspots, en sus casas, habitaciones, oficinas o aeropuertos, no están tan solas. Son muchas como ellas.