Hoy Quisiera Ser Milagro
Eva Márquez
Hoy, que he visto un segundo de la encrucijada de tu cuerpo,
se ha detenido mi tiempo ante la inviable búsqueda del abrigo perfecto,
hoy, que te he visto luchando en la batalla como tantos otros,
abnegada en lágrimas que te mienten,
sobre un camino diferente
tatuado en tu frente,
hoy, quisiera encontrar el modo de empequeñecer
los efectos que tus endemoniadas células te causan
desbaratando la almohada de tu sueño,
aquí y ahora que sé
cuánto y cómo es tu sufrir:
Quisiera,
borrar de tu mirada el pesar de las agujas,
convertir los tránsitos que enredan tus entrañas
en simpáticos laberintos inocuos,
reinventar los contrastes en iluminados besos futuros,
escanearte de esperanza el reverso de tu piel,
inyectarte susurros prodigios sobre el destino de tus mares,
desdibujarte las quimiotizadas heridas traslúcidas
que hacen transparentes tus pensamientos,
pespuntearte de nuevo las pestañas en tus párpados,
una a una, como quién cose el primer punto de cruz para su bebé,
aligerarte el peso de la paciencia
que recién comienzas a hilar entre
sesión y sesión,
hoy, quisiera ser milagro y no sólo mudas
palabras de aliento escuálido,
hoy, quisiera ser el peso de la encrucijada de tu cuerpo
y llevar parte de tu cruz cosida a mi espalda,
quisiera ser tu paralela mirada combatiendo en tu guerra
contra ese enemigo sin rostro,
y juntas,
atravesar ese túnel de oscuridad,
ensombreciendo el poder de posesión
que ejerce sobre ti,
ridiculizando su existir,
pateándole el culo,
enviándole al inframundo,
reconquistando tu lugar en el
mundo de los tuyos,
vociferando a los cuatro vientos
que luchaste y venciste al monstruo
cancerígeno que intentó decirte:
“Quién eras”