El Mundo Amarillo
Autor: Albert Espinosa.
Editorial Rosa dels Vents. Junio 2008. 167 páginas. 15 euros.
"Me gusta la palabra cáncer. Hasta me gusta la palabra tumor.
Puede sonar macabro, pero es que mi vida ha estado unida a estas dos palabras".
Así empieza el primer libro del actor, director, guionista de cine, teatro y televisión, e ingeniero industrial y creador de las películas "Planta 4.ª", "Va a ser que nadie es perfecto", “Tu vida en 65'" y "No me pides que te bese porque te besaré" Albert Espinosa (Barcelona, 1973).
Puede parecer paradójico que un libro que hable de cáncer esté tan lleno de vida. Sin
duda, es uno de los libros más vitales y tiernos que he leído en mucho tiempo.
Cuando Albert Espinosa tenía catorce años se le diagnosticó un cáncer en la pierna izquierda. Dejó el colegio, dejó su entorno y empezó la vida en el hospital que duró diez años, hasta los 24. En estos diez años perdió una pierna, un pulmón y un trozo de hígado. Pero, a pesar de estas pérdidas físicas, fue una de las mejores épocas de su vida y una de las más felices, según confiesa el propio autor.
A muchos nos puede sorprender ver juntas las palabras cáncer y felicidad, verdad? No estamos acostumbrados porque asociamos cáncer a sufrimiento, dolor y muerte. Pero cómo pudo ser capaz de cambiar esto, Albert Espinosa? Pues porque el cáncer le arrebató cosas materiales -una pierna, un pulmón y un trozo de hígado- pero le hizo conocer muchas otras cosas que sin pasar por la enfermedad no habría descubierto nunca.
A veces, se tiene que perder para ganar, y qué bien que lo sabía el autor.
Perder el miedo a morir
Mucha gente se preguntará: y qué te puede ofrecer el cáncer sino sufrimiento e incluso la muerte? Para el autor la lista de lo que recibió gracias a su enfermedad fue interminable: saber quién era, saber cómo era la gente que lo rodeaba, conocer sus límites y sobretodo y lo más importante, perder el miedo a morir.
A los 24 años se curó y pensó que tendría una vida normal y que el cáncer sólo sería una época más de su vida. Pero pasó algo inesperado, y es que las enseñanzas que le ofreció la enfermedad le acompañaron para siempre.
Y lo que nos explica Albert Espinosa en su "Mundo amarillo" no es otra cosa que la manera de aplicar a la vida diaria todo lo que aprendió con el cáncer, unos aprendizajes que le ayudan a vivir cada día una vida más fácil y más feliz.
Otra manera de vivir la amistad:
Albert Espinosa dedica la última parte del libro a hablar de lo que más le emociona: los amarillos, el gran tesoro que ganó con el cáncer. Y es que los amarillos es un nuevo eslabón de la amistad, son aquellas personas que se cruzan en tu vida y pueden llegar incluso a cambiarla, porque son personas especiales, almas gemelas que nos hacen mejorar como personas porque te ayudan a descubrir tus carencias.
Y llega el final amarillo, la importancia de hablar de la muerte como algo natural que forma parte de la vida y que dignifica.
A Albert le gustaría morir un viernes porque la gente suele sentirse feliz y visualiza su muerte y se siente feliz porque morir no es triste, lo triste es no vivir cada día.