“We never wake/We are your dream/We never die”. “ Famous Monsters, THE CHROMATICS
Recuerda.
Fue hace un millón de años.
Creo que allí empezó la cuenta atrás o hacia adelante.
Recuerda.
Un millón.
Por redondear.
Años.
Recuerda.
Recuerda.
Ese día noche tarde crepúsculo alba amanecer madrugada luz gloriosa,
intuimos el final de los tiempos.
Error.
Demasiado tarde.
Demasiado temprano
Recuerda.
Recuerda.
Rellenamos los relojes de arena durante la travesía del desierto del Yunque.
Nos avituallamos de anonimato en la inmensidad de la nada.
Todo estaba escrito.
Recuerda.
La ventisca nos cubrió de final del tiempo.
No nos hirió.
Ni tendría el porqué herirnos.
Nuevo error.
Esfuérzate en acordarte.
Estábamos solos.
Tú y yo contándonos historias de arena.
Escondidos en los desvanes, zulos, búnkers y sótanos
de todos nuestros desiertos,
esperamos nuestra ocasión
para comer delicias, bocados de fama no buscada.
Lo clásico de todos los principios de fiestas de monstruos.
Entremeses de espejismos desmenuzados.
Riquísimos, también.
Acechamos y luego pasamos a los hechos.
Somos monstruos desde hace un millón de años
O más.
O menos.
Primero en blanco y negro,
luego en negro y blanco.
Se nos ocurrió el saludar cantando el estribillo Shalala Lala
a los túneles del tiempo de ida y vuelta
pero sin entrada ni salida.
¡¿Ves cómo te acuerdas!?
Sepultados en la arena al llegar a la orilla de Áqaba.
Con esa eterna sonrisa interna,
inescrutable,
ya no asustamos a nadie.
Porque no hay nadie en sueños.
Solo tú y yo.