Cada vez leemos más novelas escritas a cuatro manos -lo excepcional es a seis-. Muchas de ellas de gran interés y calidad. En esta ocasión “Marismas”, escrita por madre e hijo o hijo y madre. Desde las primeras páginas consiguen transmitir al lector la angustia de no saber que está sucediendo en el entorno más íntimo de cada persona.
Nos encontramos de todo en pocos kilómetros a la redonda, fundamentalmente mentes perturbadas que nos hacen tentarnos la ropa y pensar que el mal está más próximo a nosotros de lo que pensamos.
Un personaje básico; del que esperamos próximas entregas, Nico, con un pasado triste y doloroso del cuál no puede apartarse; nos acompañan en todo momento por las marismas.
Un coro amplio y variopinto de seres, cada uno con su mochila a la espalda, completan la historia y acompañan a Nico (Les remito a la pregunta «¿Qué hay de cada uno en los personajes?»).
«Una tarde, a pocos días de Navidad, la pequeña Bashira desaparece sin dejar rastro en los jardines de un hostal en las marismas del río Ter. Mientras el comisario Narváez y su equipo se movilizan para encontrar cualquier rastro de la niña, el detective Nico Ros, que ha llegado a Llafranc para pasar las fiestas en familia, es contratado para reforzar la investigación por Jamal Daher, conocido narcotraficante de la zona y amigo de la infancia de Nico».
Las inclemencias del clima invernal, el complicado paisaje y los secretos y mentiras de los habitantes de las marismas complican una búsqueda contra reloj, pues cada hora que pasa disminuyen las esperanzas de encontrar a Bashira con vida.
Deseando seguir leyendo nuevas historias de Nico y compañía.
Beatriz Roger y Luiso Soldevilla son madre e hijo. Su pasión compartida por la ficción en cualquiera de sus manifestaciones, literatura, series, películas, etc., los llevó un día a plantearse escribir una novela a cuatro manos de la que “Marismas” es el resultado.
Beatriz Roger (Barcelona, 1965) cursó estudios de Derecho y se graduó en Criminología por la Universidad de Barcelona. Desde hace años se dedica a la rehabilitación de personas con problemas de adicción y dirige el centro Despierta.
Luiso Soldevila (Barcelona, 1990), graduado en administración y dirección de empresa en el IQS School of Management, Universidad Ramon Llull, estudió cine en la escuela Bande à Part de Barcelona y en la New York Film Academy de Nueva York. Ha trabajado en importantes distribuidoras y productoras de cine como DeAPlaneta y A Contracorriente Films, en la que actualmente ejerce su profesión.
Para los seguidores de Agitadoras, charlamos con Beatriz y Luiso… A la espera de nuevas entregas… Gracias…
P.- Por favor, presenten a Beatriz Roger y Luiso Soldevila.
R.- Beatriz y Luiso son madre e hijo. Ella estudió Derecho y se graduó en Criminología y ejerce como directora en el centro de rehabilitación de adicciones “Despierta”. Él se graduó en Administración de Empresas y posteriormente estudió cine en diferentes escuelas, tanto en Barcelona como en Nueva York. Actualmente trabaja en A Contracorriente Films.
P.- ¿Cuánto tiempo llevan escribiendo y por qué?
R.- Han hecho sus pinitos con la escritura por separado, pero “Marismas”, escrita conjuntamente, es la primera que oficialmente ve la luz. Su pasión por la escritura existe desde siempre y son ambos lectores voraces de novelas de misterio y de series de suspense, coincidiendo especialmente en las nórdicas, que les encantan. Luiso confiesa que ha sido su madre quien a lo largo de los años le ha pasado novelas para que las leyese, y también le alentó a plasmar en páginas sus ideas.
P.- ¿Cuándo, cómo y por qué nace "Marismas"?
R.- La idea original de “Marismas” parte de Luiso, que escribió unas primeras páginas de la novela. Se las enseñó a su madre, le comentó su idea de dar vida a un joven personaje, un detective enamorado de Llafranc, en la Costa Brava, que pasaría allí, al igual que ellos, tanto tiempo como pudiese y participaría en una investigación.
La idea era embrionaria, pero a Beatriz le encantó, aportó un par de ideas y le alentó a seguir. De repente, así, de forma espontánea y como quien no quiere la cosa, Luiso le propuso sumarse a la aventura. Ella asegura que después de la sorpresa inicial, tardó segundos en aceptar la oferta. Le apetecía mucho participar y, sobre todo, tener el privilegio de compartir ese tiempo con su hijo.
Explican también que en aquel momento no pensaron en las dificultades, que al final no han sido tantas, sino en la ilusión del nuevo proyecto.
P.- ¿Cómo se han documentado?
R.- El asunto de la documentación ha sido bastante sencillo, coinciden. Han aplicado los conocimientos de Beatriz en criminología para tratar la inspección ocular, los testimonios y declaraciones, las funciones policiales y el enfoque forense, y los de Luiso en cine para imaginar escenarios diferentes, sumergidos en la climatología invernal y para otorgarle a la novela ese “algo” misterioso, ese ambiente húmedo tan típico de la comarca ampurdanesa en invierno y, en fin, un halo de misterio al que luego han envuelto en palabras. Por otro lado, conocen muy bien la zona, les gusta escaparse allí también en invierno y son asiduos testigos del aspecto que toman las marismas en la época en la que la novela se desarrolla.
P.- ¿Cómo se distribuyen el trabajo? ¿Cada uno escribe y el otro corrige? ¿Cuál es el papel de cada uno en estas "cuatro manos"?
R.- Desde el primer momento tuvieron claro que no se repartirían los temas, ni los personajes ni funcionarían en plan “tú te ocupas de esto y yo le doy vida a esto otro”. Más bien buscaban lo contrario, así que escribieron un primer guion inicial, una escaleta, una hoja de ruta de principio a fin que inevitablemente sufrió muchas variaciones, pero que sembró la base, los pilares de la novela. Luego pensaron mucho en los personajes. En quién y cómo iba a ser Nico Ros y el elenco que le acompañaría durante el transcurso de esos días.
Primero, aquellos que son compañeros constantes del detective o familiares. Más tarde, los habitantes de las marismas. A partir de ahí se repartieron los capítulos y cada uno escribía cuatro, cinco…y el otro, otros tantos. Intercambiaban después el material y cada uno opinaba o aportaba ideas y cambios sobre lo escrito por el otro hasta que daban ese paquete por bueno. Finalmente juntaron todo y con el control de cambios hicieron la última corrección y retoques. Quizás eso fue lo más complejo. Eso y encontrar el tiempo para comunicarse o estar juntos, que no siempre fue fácil pues disponen de las horas libres de las que disponen. Ahí tuvieron que aparcar sus egos, ser generosos y escucharse. “Siempre lo hemos hecho. Nos llevamos muy bien y nuestra relación es muy buena. Pero no habíamos trabajado nunca juntos y mucho menos en algo así.
Conocemos los puntos fuertes de cada uno y decidimos aprovecharlos, porque se trataba de sumar” Se ríen al recordar como Luiso tiene más tendencia a “cargarse” a algunos y su madre no le deja porque dice que les ha cogido cariño. Y como ella no quería que Nico fuese un tío demasiado duro ni él que fuera un blandengue. Así, fusionándose ambos, los personajes y la trama fueron cogiendo forma, pareciendo reales. Y “Marismas” nació.
P.- ¿Qué hay de cada uno en los personajes?
R.- En su opinión, los personajes son otro de los puntos fuertes. en torno a Nico, un investigador algo anárquico, al que le gusta ir por libre, que arrastra un hecho triste del pasado pero que al mismo tiempo no se ha dejado vencer por este, y que busca justicia con todo su ser, encontramos al Comisario, hombre que ha llegado al cargo por su buen hacer, pese a ser poco amigo de los pasillos, que vela un poco por todos ellos y que se mantiene intacto y vital pese al horror que ve en el ejercicio de su cargo. Conoceremos también al sargento Quiroga, un joven tímido y discreto, policía impecable y honesto y ser humano leal, sin pretensiones, con devoción por su comisario y por su trabajo.
En Cas Quiroga encontramos a esa mujer rebelde, justiciera, poco dada también a ceñirse a las normas, apasionada y a la que su carácter le ha jugado alguna mala pasada.
El forense jefe Casals es la excelencia. El trabajo detallista y minucioso. La ausencia de juicio. La bondad discreta. Estela Orozco, la jovencísima mujer de Nico, representa para nosotros el amor, así, en mayúsculas. Enganchada a la vida pese a compartir la carga con Nico de ese hecho del pasado, la tragedia no solo no ha vencido a Estela, sino que ha logrado que aspire la vida con ilusión y anhelo. Que valore todo lo pequeño, la familia, el hogar, el mar, las risas y los abrazos. No es una ingenua. Es una mujer tan fuerte en su fondo como suave en sus formas. Y finalmente, Doña Sol, la Bruja de las Marismas, da vida a esa parte algo mágica, misteriosa, de todo aquello que podemos sentir las personas, pero ni ver ni palpar, ese algo espiritual que cada uno puede entender cómo quiera.
La sabiduría ancestral, la madre naturaleza y sus misterios. Y por fin, Jamal Daher. El traficante de drogas. Ese personaje oscuro, clandestino, que representa cuanto Nico aborrece pero que al tiempo refleja esa forma de hacer de la que Nico, por sus principios y educación, aunque no por instinto, se mantiene alejado.
P.- ¿Cuál es el referente de cada uno en la novela negra? ¿Cuáles son sus géneros y autores favoritos?
R.- A Beatriz le encanta la novela negra, la nórdica especialmente, su autor favorito es Henning Mankell. También Ian Rankin, Elizabeth George, Batya Gur… “y por supuesto, de jovencita me tragué todas las novelas de Agatha Christie y soy fan de Mendoza y Vázquez Montalbán” asegura y también que la novela negra permite hacer crítica social, dibujar países y sociedades, adentrarte en los sitios a través de los misterios y las intrigas.
Luiso es un apasionado de Mankell, Nesbo, Rankin, Hjorth & Rosenfeldt y también de la literatura de fantasía de autores como: Laura Gallego, J.K.Rowling, George R. R. Martin, Patrick Rothfuss, Terry Pratchett…etc. Ambos leen también mucha novela de suspense española.
P.- Cómo lectores, prefieren ¿libros electrónicos, papel o audio libro?
R.- Siempre leen en papel. Hay que oler los libros, aseguran, y guardarlos. Un libro leído forma parte de ti, de quién eres.
P.- ¿Que han leído últimamente? Recomienden, por favor, un par de títulos.
R.- Beatriz acaba de terminar “La última paloma” de Men Marías. Asegura que ha disfrutado un montón. Y también “La Comunidad” de Helene Flood.
Luiso por su parte acaba de leer la “Reina Roja” y “Loba Negra” de Juan GómezJurado “La he disfrutado muchísimo y creo que ha conseguido algo impresionante, que el lector sepa constantemente lo que están pensando los protagonistas, que sintamos que somos ellos. Con ganas de leerme el “Rey Blanco”.
P.- ¿Qué manías tienen a la hora de escribir?
R.- No son maniáticos. Para escribir solo necesitan silencio y, sobre todo, sobre todo, ese bien tan escaso que es el tiempo. Lo sacan de donde pueden y se ponen manos a la obra. “Cuando algo te gusta tanto como a nosotros escribir, es un placer hacerlo y las dificultades las conviertes en oportunidades”.
P.- Además de escribir a cuatro manos ¿escriben en solitario?
R.- Ambos escriben también en solitario y tienen sus propios proyectos. Luiso trabaja en una novela de fantasía “El Letargo de lasBestias” y Beatriz corrige una que escribió en su momento, “Melangia” que “ojalá algún día vea la luz, porque trata de la adicción, algo que golpea a muchas familias y sobre lo que hay un profundo desconocimiento a pesar de miles de estudios” Pero, aseguran, estamos centrados en Nico Ros y sus misterios. Nos hace muchísima ilusión seguir alimentando a este personaje, su pasado, su futuro…tenemos un montón de ideas y, de hecho, nosotros no hemos parado de escribir desde que entregamos “Marismas”.
P.- Vendan el libro ¿por qué hay que leer "Marismas"?
R.- “Marismas” hay que leerla porque engancha. Nos gusta pensar que hemos escrito algo diferente: es trepidante. La acción, la trama, se desarrollan en muy pocos días, las fechas navideñas, en las marismas del río Ter, en plena Costa Brava, en el corazón del Ampurdán.
Arranca con la llegada de nuestro detective a Llafranc, prometiéndose un descanso y unos días en familia. Pero, lejos de eso, un antiguo conocido a quien le une una deuda, le contrata para investigar la desaparición de una niña en esa zona inhóspita y solitaria y húmeda en invierno. Nico se suma a la investigación en cuerpo y alma acompañado de sus habituales y adentrándose en las marismas, en los secretos y mentiras de sus habitantes, en el silencio de sus gentes poco partidarias de relacionarse con extraños y en climatología que parece querer evitar que se encuentre a la pequeña con vida. Es una novela que tiene magia. Es diferente. Realista y densa, por un lado y algo etérea por otro. Mientras nos sumergimos en la trama, vamos conociendo a los personajes protagonistas.
Gente que nos llegará al corazón. Su carácter, sus particularidades, anhelos y miedos. Hemos querido escribir una historia oscura que tuviese también mucha luz. Y esta luz, añaden, la aportan siempre las personas. Nos hemos alejado de los súper héroes y de la gente perfecta. Lo nuestro son los humanos, con todo lo que esa humanidad, ese ser, implica.
P.- ¿Cómo han toreado al bichito Covid-19? Sus planes a corto y medio plazo ¿son?
R.- “Afortunadamente, acabamos la novela justo antes de la pandemia. Durante la misma, se realizó la corrección final con nuestra editora, Lola Gulias, de la que” aseguran “hemos aprendido un montón. Entonces, como todos, tuvimos que tirar de las videollamadas y esta última ola ha afectado a la promoción. Por ejemplo, en esta entrevista y otras, puesto que, en otra situación, podrían haber sido presenciales. Pero es lo que hay. Y hay que adaptarse y espabilar”.
A nivel familiar, aclara Luiso, el Covid sí ha tenido impacto en nuestras vidas. Lo hemos sufrido por desgracias muy de cerca, como tantas otras familias. Han sido y están siendo tiempos difíciles, pero remando todos a una saldremos de esta pesadilla.
Nuestros planes a corto son seguir con nuestras vidas, en nuestros trabajos y escribir, escribir y escribir. Creemos que Nico Ros tiene cuerda para rato. Ojalá los lectores opinen los mismo y nos den esa oportunidad y esa alegría
