El dolor, es tan antiguo como la humanidad, e incluso anterior a ella.
El primer fósil de Australopithecus, con una capacidad craneana de 500 cm., que lo define ya como humano, se descubrió en 1924 en una mina de Tuang (Sudáfrica).
En la misma habían aparecido varios cráneos de mandril con hundimientos traumáticos, por lo que Raymond Dart, su descubridor, llegó a la conclusión de que se trataba de una especie sumamente agresiva, que le llevaba a entablar luchas fratricidas entre ellos mismos.
Esta teoría ha sido rebatida posteriormente y en la actualidad, se cree que la presencia de restos de animales juntamente con los de Australepitecus, sobre todo tras el descubrimiento, en algunos de ellos, de marcas que corresponden a mandíbulas de leopardo, hace pensar en que eran ellos las víctimas, en lugar de los verdugos.
Según Courville, el 40% de los neardenthalenses presentan lesiones traumáticas, en la mayoría de ellas sin signos de consolidación. Pero otros muchos como la mujer del abrigo de Cro-Magnon, con una lesión frontal izquierda, cuya herida se infectó y que sanó posteriormente con larga supervivencia, indican que existían curaciones, bien espontáneas o mediante algún remedio. Toda esta patología, nos demuestra una cosa, la presencia del dolor, en los primeros pasos de la humanidad sobre la tierra.
El enfoque de los pueblos prehistóricos frente a él, nos permite descubrir, la concepción de un mundo, que les trasciende y la creencia de que todo lo existente, tiene un espíritu.
El dolor, no es sino la actuación de fuerzas malignas que han invadido el cuerpo del doliente. Para que este desaparezca, se han de realizar ritos y conjuros, con ello se conseguirá que el espíritu abandone el cuerpo del enfermo. Si no se consigue, morirá."La experiencia del dolor humano está inevitablemente ligada al ambiente social en la cual ocurre"(1)
El hallazgo del cadáver de un hombre del neolítico enterrado en los hielos de los Alpes hace 5.400 años, con todos los fluidos corporales, ha permitido conocer los diversos métodos, sin duda entroncados en un ritual mágico, utilizados para combatir el dolor, y que en las pinturas de las cuevas o en los grabados en hueso, han sido exclusivamente considerados como relacionados con ideas puramente mágicas o religiosas.
El hombre de Otzi o de Similaun, como se llama el monte de 3.599 m. en donde fue descubierto, tenía 57 tatuajes distribuidos por las articulaciones. La misión de estos era mitigar el dolor, ya que presenta un grado mediano de artrosis, con una técnica en la que se une la acupuntura y los ritos mágicos.
De esta manera, el brujo, se convierte a su vez en curandero, que mediante ceremonias será capaz de expulsar las fuerzas malignas que se han introducido en el cuerpo del enfermo.
Con toda probabilidad, realizarían ceremonias semejantes a las que todavía realizan grupos tribales primitivos.
El chamán, revestido de prendas y objetos mágicos, disimulando su aspecto de hombre, con caretas o adornos animales, profiere imprecaciones, canta, baila y emite ruidos, alrededor del "poseido" para que a su conjuro, salga el espíritu maligno del cuerpo del enfermo y deje de causarle mal. En la cueva de Les Trois Frères en Francia, se encuentra pintada la figura de un chamán o brujo, vestido con máscara, cuernos y adoptando la actitud de los venados. El abate Breuil dibujó la figura, cuyo original ha perdido el color en algunas zonas, aunque todavía se aprecia la marca sobre la piedra, del punzón con el que se marcaban los contornos.
"El chamanismo es la tradición médica viva más antigua. Los chamanes son los intermediarios, miembros de la comunidad que (a través del trance, de la danza, de cantos, del sacrificio personal y de visiones) son capaces de acceder al mundo de lo sobrenatural. Se cree que allí obtienen conocimientos, adquieren poder y reclutan la ayuda de las fuerzas sobrenaturales. Estos recursos los utilizan durante las ceremonias chamánicas para curar las enfermedades de los amigos y parientes. Aunque no sabemos porqué produce el chamanismo curas eficaces, están apareciendo teorías fascinantes al respecto. Quizás el trance chamánico inducido por el chamán y trasferido al paciente, provoque la secreción de opiáceos naturales (endorfinas) en el cerebro para aliviar el dolor. Este trance puede activar también el sistema de inmunidad natural del organismo (que se alberga también en el cerebro) para iniciar el proceso curativo."(2)
El dolor histórico, por excelencia ha sido el del parto.
La escena paleolítica de una mujer embarazada tendida bajo las patas de un venado, grabada en un hueso de reno, recuerda los rituales realizados por diversas tribus, en los que junto al enfermo, colocan un animal para que el espíritu maligno que lo invade, encuentre más fácil el salir de su cuerpo y se trasfiera a el.
Este dibujo, de un magnífico realismo, puede significar un intento de que el dolor de la parturienta se traspase al animal presente. Si bien también podría intentar trasmitir la fortaleza del animal a la mujer, en este trance.
Las expectativas de vida de las mujeres prehistóricas, era muy inferior a la de los hombres, a pesar de que estos se enfrentaban a los animales salvajes y el número de fracturas de difícil consolidación era abundante, lo que les conducía a la muerte. La abundancia de esqueletos de mujeres embarazadas y de otras con recién nacidos enterrados a su lado, indica que el índice de mortalidad por partos o embarazos era alto, debido entre otras cosas a la malnutrición crónica. Los hombres al ser guerreros y cazadores, estaban mucho mejor alimentados que las muchachas y mujeres, por lo que estas eran poco resistentes a las enfermedades.
La antropóloga Helen Fisher, imagina cómo podían desarrollarse las cosas en los primeros tiempos:
"La sabana era propicia aquella tarde. Uno de los machos se tropezó con una liebre que estaba oculta en un espino próximo. Saltó enseguida sobre la desdichada criatura y la mató. La hembra, estuvo sentada tranquilamente al lado mientras él devoraba casi toda la presa. Cuando él se calma ya, la hembra empezó a pedir, extendiendo la mano y emitiendo un murmullo seductor. Al principio, él la ignoró: pero ella siguió insistente y él le tiró, por fin, un trozo de carne. Antes de que se ocultara el sol tras la cordillera occidental, ella y su pequeño habían comido de nuevo" (3) Las estatuas de las Venus esteatopígeas, mujeres de anchas caderas y sumamente adiposas, como la de Willendorf (30.000-25.000 a.c), serían la contrapartida ideal para el hombre prehistórico, algo así como un ideal de belleza, pero que evidentemente no se daba en la realidad o sólo en aquellas mujeres, que por su carácter sagrado, eran altamente consideradas por la tribu.
Si como se cree, las figuras representadas en las cavernas tenían fuerza mágica, que se trasmitía a los animales a cazar o trasfería su poder a aquello representado, en algunos pueblos primitivos todavía existe temor a hacerse fotografías, por miedo a que les roben su espíritu, hay que suponer que las figuras de una mujer embarazada con un niño saliendo del útero, sería un conjuro para que este parto se realizara sin complicaciones y lógicamente para la desaparición del dolor.
Los griegos tenían una palabra específica para definir el dolor del parto Odyne,odines, que aunque Gabón- Echauri (4) la traduce por dolor, pena tristeza. Su raíz evidente es : odús, odontos, diente, que le emparenta con el dolor de muelas o con el producido por el mordisco de una fiera. Con lo que en una sociedad fundamentalmente machista, indica la equivalencia de este término con la consideración del dolor del parto.
No es de extrañar, que juntamente con las escenas de caza e incluso, posteriormente, de agricultura y recolección, tan necesarias para su subsistencia, abunden los grabados referentes a la fecundidad y al parto.
Los primeros conocimientos anatómicos de los órganos internos, que se saben, son precisamente los referidos a los del embarazo y parto, como puede apreciarse en los grabados realizados con punzón, de mujeres embarazadas conteniendo un feto en su interior, existentes en varias cavernas españolas.
De fecha más posterior (6.500-5.700 a.c.) y perteneciente a las excavaciones de Catal Huyuk, en la Turquía central, es la figurilla en terracota, de una diosa de la fertilidad, existente en el Museo Arqueológico de Ankara. Sentada en un sillón, flanqueada por dos cabezas de animales símbolo de fortaleza, está representada en el momento del parto.
La imagen, en bulto redondo, de abundante humanidad, respira paz y serenidad y hasta en sus borrados rasgos faciales, se puede apreciar una sensación de felicidad, lejos de la ansiedad y dolor que se le supone a este momento. Es muy posible, que esta diosa fuera un modelo en el que se quisieran ver reflejadas todas las parturientas, un parto sin dolor unido a la satisfacción de traer un nuevo ser al mundo.
Pero el dolor síquico, por la pérdida de un ser querido o cualquier otra circunstancia, lo trasformaban en dolor físico, a través del cual, dan salida a este dolor íntimo. "En la cueva de Maltravieso, existente en las afueras de la ciudad de Cáceres, se encuentran una gran cantidad de pinturas rupestres. El grupo más importante lo constituyen una serie de manos, treinta, plasmadas en negativo sobre la roca, producidas con la técnica de llenarse la boca de material pictórico, apoyar la mano contra la pared y proyectar con fuerza el contenido de la misma. Muchas presentan mutilaciones rituales en los dedos, seguramente para demostrar el dolor por algún familiar o individuo del grupo, como todavía hacen algunas tribus primitivas" (5)
La existencia en la cuenca mediterránea y en Mesopotamia de plantaciones de adormidera. "Las plantaciones de adormidera en el sur de España y de Grecia, en el noroeste de África, en Egipto y en Mesopotamia son probablemente las más antiguas del planeta. Eso explica que su opio tenga dos y hasta tres veces más morfina que el de Extremo Oriente" (6) Hace presumir que los primeros habitantes de estas zonas utilizaban el opio, para calmar sus dolencias, aunque la primera noticia escrita que poseemos sobre esta planta aparece en unas tablillas sumerias del tercer milenio a. C. con una palabra que significa igualmente "gozar", de lo que se deduce, que no siempre era utilizada con fines medicinales.
1
Muriel Villoria C., Madrid Arias J.L. Estudio y Tratamiento del Dolor Agudo y Crónico. Ed. ELA.
2 Fisher Helen E. El contrato sexual. Biblioteca científica Salvat.Ed. Salvat.
3 Fisher Helen E. El contrato sexual.La evolución de la conducta humana.Biblioteca Científica.Ed. Salvat.
4 Gabón-Echauri Diccionario Griego Español.Ed. Spes.
5 Arribas Pérez Carmelo. Mujeres pintoras,el arte de vivir.
6 Escohotado Antonio.Las drogas. De los orígenes a la prohibición.Ed. Alianza cien.