Norma de Luz
Ramón Asquerino
Ya mi desnudo quisiera/ser dalia de tu destino,/: Federico García Lorca: Normas
Rásgame con tus ojos la dalia
pena de mis deseos, y haz de luz,
alba en miradas, multicolores tus manos,
las palabras desnudas por el suelo, recoge.
La carne de mis pecados de los que ya no puedo arrepentirme,
tus rodillas rotas de pantalones, jirones impasibles hasta la cintura,
un turbión de locura son los labios, rojos dibujos de maga,
trazas el mundo plano a tus pies de zapatillas rotas de lunas.
Rásgame con tus ojos y haz la luz,
y en el cuello expedito de tu destino, cúbrete con el pelo
la demanda de caricias y desasosiegos,
el fervor de misterios a hombros revelados.
Esconde, pues, tu mirada, esos párpados:
nocturno en la angustia inasible del aire, perfil de tus ojos,
donde sucede un silencio blando, un reto de rímel,
abismo de colores sorprendidos, tamizados, memorizo.
Y me enlazo a tus muñecas sujeto
cuando el viento apaga los instintos
y el mar se trae los últimos ahogados
hasta la ribera trizada de mi carne.
Quiero pedirte un susurro de orillas
de tu boca, un beso inerte, leve,
oriente de las tardes donde aúllas al lubricán,
y caen, despacio, los pecados impasibles.
Celebro otra noche en ascuas,
hirviendo la raíz de otros silencios,
la lista anónima de tus hombros,
la línea no escrita de tus labios.
Amargo el equilibrio estridente,
deambulo el ansia descolorida,
renqueo las pálidas palabras,
añoro los balcones de tus caléndulas.
Permíteme entrar ya en tu laberinto
del que no se sale sino de costado,
y en donde ya me cortaste el hilo:
Rásgame con tus ojos, norma de luz.
