Mi E.C.M.
Cayetano Esparafucille
“…me entregué a mi suerte ante todo aquel elenco hospitalario. Me entregué a mi suerte pero con poca fe. Cerré los ojos pensando que solo un milagro me salvaría de aquel trance. Fue el instante después de perder el conocimiento cuando de una profunda oscuridad empezaron a sucederse imágenes a toda velocidad; imágenes una detrás de otras con significado, con sonido, con toda su carga emotiva pero que no consigo recordar por qué eran infinitas e iban infinitamente rápido… sin embargo, era completamente consciente de lo que había ocurrido, de la pérdida de consciencia y de mi situación casi insalvable. Entonces me propuse, en un último esfuerzo de mi consciencia, hacerme con una de aquellas imágenes que aparecían ante mí y que comprendía y que incluso conseguía sentir (de eso sí me acuerdo). Atrapar una de aquellas sensaciones, porque eran sensaciones, para tener una prueba real de mi situación cercana a la muerte para poder estudiarla una vez me despertara. Creo que ese pensamiento se convirtió en una especie de última esperanza de no pasar al otro lado. Queriendo obtener una prueba de mi paso por allí, denotaba, creo, un último deseo de volver a la vida… Es necesario que escriba esto ahora que acabo de despertar para que no se me olvide. No me imaginaba que fuera a despertar, pero aquí estoy. No debo perder el hilo porque corro el riesgo de olvidar aquello que tanto me costó memorizar en ese estado. Porque he estado muerto y he revivido y sé que debo recuperar la serie de acontecimientos sin pensar, siguiendo el hilo de los acontecimientos… Sigo… las imágenes se sucedían… me di cuenta de que si captaba una sola y llegaba a despertar tendría un documento de importancia inmensa para comprender lo que ocurre cuando cruzamos el umbral... Al azar, capté una de aquellas imágenes, sin pensar o regocijarme en ella, fue como congelar una imagen y encapsularla a pesar de que la tendencia natural de la experiencia era seguir a un ritmo vertiginoso, congelé la imagen y la memoricé, con mucho esfuerzo… después siguieron pasando las sucesivas imágenes, ya sin hacer ningún esfuerzo, sintiéndolas, hasta que todo se volvió negro y alguien me habló al oído. Una voz de mujer me dijo unas palabras al oído… lo siguiente que recuerdo es que me desperté en observación, aún con los efectos de la Dolantina. Esta mañana sintiéndome algo mejor he pedido papel y lápiz para recuperar de mi cerebro la maldita imagen... “Mi ECM” escribí esta mañana y la imagen, la imagen…
…recuerdo, ya, una imagen y un sonido. Seré tan claro como sea posible. Me esfuerzo en recuperar la imagen en su totalidad. No quiero mancillar el recuerdo con pensamientos que puedan desvirtuar su claridad. Ya viene… la escribo tal como aparece en mi mente… Es la imagen es de un hombre rubio, con gafas subido a una moto. Es una moto con el depósito verde. El rostro del hombre me resulta familiar. Sí, al hombre lo conozco… no hay duda de que el hombre es…es… John Denver…el cantante…y lleva puesta una camiseta de la que no consigo leer la marca o discernir el dibujo… si puedo ver que está sonriéndome. Y suena algo como una música. No, no tengo duda de que el sonido es música. Es una música que conozco bien… la música suena como lejana pero es una canción de John Denver, ¿Cómo se llamaba? ¡Ah, ya me acuerdo! es “Annie´s Song”…”