No, no intento poner a prueba vuestra paciencia con aquella pregunta que nuestras abuelas nos hacían, una y otra vez, hasta que, vencidos y con el bocata hecho migas, nos largábamos a jugar a la calle. “Yo no te digo ni que sí ni que no, sólo te pregunto si quieres que te cuente el cuento de la buena pipa”… Hay distintas versiones de esta tontería en todos los países del mundo, dado que la estupidez humana no conoce fronteras. Pero del “cuento de Pippa Middleton” sólo existe una versión. La versión que nos proporcionan su agente literario, David Godwin , y el editor de Penguin Books, generoso con la chavala donde los haya. Imagino que os estaréis preguntando qué hace la hermanísima con un agente literario. Comprendo vuestra inquietud, pero no puedo por menos que observar que, dados los tiempos que corren, no sólo de un buen culo vive una chica decente. Una chica inglesa y decente, sin príncipe que poner en el currículum (vale: ella sí, pero de refilón) tiene que buscarse la vida, y dar consejos sentimentales, y hacer estilismos resultones mezclando a Mac Queen con el low cost de Zara, y además escribir libritos insulsos previo pago de su importe. Porque la buena de Pippa amenaza con escribirlo ella solita, sin negro que le ponga las comas, sin ayudas de redacción del ghost writer. ¿El tema? Bueno, eso es casi lo de menos: Cómo preparar una fiesta infantil de éxito, cómo escoger los mejores pastelitos y preparar una decoración acorde al evento.
Os habéis quedado de una pieza. Sí, claro, ya me lo imagino.
Bien pensado, la cosa tiene mucha miga. Imaginad una fiesta de Halloween sin calabazas, sin brujas, sin fantasmas y sin caramelos. O una fiesta de cumpleaños sin tarta y sin velas. O una fiesta de San Valentín (hay niñas que se llaman Valentina, la mía sin ir más lejos) sin cien corazones rojos y un empacho de lazos y besos. Puro desastre. Y hay mujeres que son un desastre, y se lían, y meten muertos donde toca corazón y croquetas de bacalao donde toca azúcar glaseado. Qué faena. Para que la cosa quede simpática y de algún modo justificar las 400.000 libras que recibirá por su librito- aparte de lo que pillará por contratos derivados- , cada capítulo se abrirá con una anécdota divertida, pues no hay que olvidar que Pippa participa activamente en la empresa familiar, que se dedica, precisamente, a la organización de eventos.
¿Qué tiene Pippa, futura escritora de best sellers, para que todas las editoriales de Inglaterra hayan luchado a brazo partido para conseguir editar el libro? Lo evidente no se comenta, pero ahí van un par de pistas: Es la hermana y confidente de la Duquesa de Cambridge (futura reina de Inglaterra), está en una posición privilegiada para atraer la atención de la prensa, sale en el “Hola” todas las semanas, es la belleza social más codiciada por los fotógrafos y encima sabe un huevo de cup cakes, donetes y globos multicolores. ¿Alguien da más? Qué duda cabe, es la “it girl” del momento.
Por resumir: En los tiempos que corren, ya no hace falta casarse con un príncipe para montárselo de lujo. Basta con ser su cuñada.
