El sexo y la felicidad deberían ir de la mano, hacer manitas, meterse mano. Pero lo cierto es que tendemos a asociar el primero al placer y el segundo a campos floridos en primavera: una imagen bestial frente a una escena bucólica. Aunque nadie vaya a negar que tener sexo deseado le genere felicidad, no es lo primero ni lo segundo que le viene a uno a la cabeza.
La pornografía, la publicidad y todo el resto del magma mediático y cultural en el que corremos diariamente nos ahogan de conceptos como "triunfo", "fuerza", "poder" o "pasión", términos que bien se podrían utilizar en una retransmisión deportiva. El título que pone Zep a su último álbum hasta la fecha publicado en España es todo un adelanto de lo que nos vamos a encontrar. Happy Sex, o "sexo feliz, alegre", no es algo que relacionemos con esos conceptos de la épica sexual. Nos resulta más tranquilo en la mente, más relajado, menos impositivo, más libre. Imaginamos una sexualidad consentida y con sentido, que se realiza dentro de un marco de "normalidad" y de disfrute, de cariño, de juego, de un modo sencillo y sincero.
Suizo de nacimiento, Zep (Philippe Chappuis) le debe su éxito más allá de las fronteras a un pequeño malhablado que no se llama Shin-chan sino Titeuf. A pesar de relacionar ambos personajes por el efecto parecido que produjeron en la sociedad, enfrentado a adultos indignados contra adultos entretenidos, Titeuf ha tocado temas mucho más delicados que ninguno con los que pudo jugar el personaje del desafortunadamente fallecido Yoshito Usui. Entre éstos se encontraban el VIH, la anorexia o la homosexualidad, temas que hasta la fecha no habían sido tratados en los tebeos dirigidos al público joven.
Cargando de manera inteligente sus álbumes con una feroz crítica al silencio que engendra ignorantes, Zep habla de estos tabúes de manera ingenua y cruda tal y como se acerca a ellos un niño que los desconoce pero que constantemente está oyéndolos en su entorno. En una de sus páginas, Titeuf y sus amigos se persiguen gritando "Tú lo llevas" a modo de pilla pilla; cuando le preguntan a qué juegan, Titeuf responde que al SIDA. Este ejemplo sólo anunciaba lo que sería La guía sexual de Titeuf. Entre el escándalo y la celebración, apareció este manual dirigido a niños donde su gamberro favorito de tupé amarillo les hablaba sin tapujos ni abejitas polinizadoras sobre la reproducción, las enfermedades venéreas o las diferentes inclinaciones sexuales.
Happy Sex podría ser la guía para los más maduritos. Pero no lo es. En realidad, es un compendio de historietas cortas que giran alrededor de situaciones cómicas en la que más de uno se habrá encontrado o sobre las que habrá oído: los ruiditos vaginales, el excesivo perfeccionismo de algunos amantes, los imitadores de Rocco Siffredi o las cariñosas y antieróticas referencias en mitad del coito a los propios hijos. Zep las muestra y nos enseña que reírse del sexo, esa cosa entronizada en nuestra cultura como sagrada o como pecaminosa, se encuentra tan a ras de suelo como sus propios actores.
Especialmente, impacta la naturalidad que imprime a su estilo caricaturesco de monigotes narizotas donde erecciones y vaginas abiertas no resultan grotescas sino curiosamente coherentes. No nos encontramos miembros con un trazo realista totalmente opuesto al resto del retrato. Todo está integrado: la idea, el dibujo, el lenguaje, nada desentona. En el mundo francófono son muchos los que han conseguido este efecto como Aurelia Aurita o Arthur De Pins. Sin quedarse atrás, la famosa revista de humor Fluide Glacial sacó al mercado en octubre de 2010 Fluide.G, una publicación trimestral que trata temas sexuales en esta misma línea, alejada de la concepción bajo la que en su día se editaban en España revistas como El cuervo o La judía verde.
Happy Sex es un cómic que se disfruta, tanto por las carcajadas que provoca como por la sana sensación de estar riéndonos de algo que muchas veces nos constriñe de manera más parecida a un corsé que a picardías. Zep es un creador inteligente que no deja indiferente. No lo hizo con Titeuf y no lo hará con sus nuevos álbumes. Sólo espero que sus próximos trabajos (Happy girls y Happy rock) lleguen pronto y me hagan igual de feliz.