AGITADORAS

PORTADA

AGITANDO

CONTACTO

NOSOTROS

     

ISSN 1989-4163

NUMERO 20 - FEBRERO 2011

Fragmentos (1ª Parte)

Pepe Pereza

Fragmento 1
En la fachada de la Iglesia Cristiana Adventista que está en la calle Luís Barrón hay una cruz adherida a la pared. La otra noche un grafitero escribió un mensaje debajo de la cruz que decía: Dios es mujer y es negra.
A la mañana siguiente uno de los fieles volvió a pintar la fachada de amarillo. Tuvo que aplicar varias capas de pintura para poder ocultar el curioso mensaje. Sin embargo, cada vez que paso por allí no puedo evitar pensar que debajo de la pintura hay un mensaje que dice que Dios es mujer y, que además, es negra.

Fragmento 2
Me hallo en la penumbra del telar. Abajo, en el escenario, una actriz desnuda baila iluminada por un foco cenital. Desde la estrada donde está situado el telar, contemplo la danza aguardando a que por el intercom la regidora me dé la orden para accionar un mecanismo que hará que miles de burbujas de jabón floten alrededor de la actriz. Ella sigue bailando, etérea. No puedo evitar ensimismarme con el vaivén de sus tetas. De seguido pienso en lo absurdo (y maravilloso) de mi profesión.

Fragmento 3
Pido un café a la camarera. Ella se vuelve hacia la cafetera y aprovecho para darle un libidinoso repaso con la mirada. Es preciosa. Un anciano que está a mi lado tomando una copa de vino me dice: Si yo tuviera tu edad, ten por seguro que al final del día esa mujer estaría en mis brazos. Le creo. La joven me trae el café. El anciano se dirige a ella y adoptando una pose de galán de la vieja escuela le pregunta: ¿Qué tengo que hacer para que te cases conmigo? La camarera se ruboriza. Antes de que pueda contestar él se anticipa y le dice: No me respondas, ya pensaré yo en algo. Dicho esto, deja un billete de cinco euros sobre la barra, señala mi bebida y la suya y se dirige a la salida, no sin antes guiñarme un ojo. La camarera aún ruborizada recoge el billete y se aparta para dejarlo en la caja registradora. Decido lanzarme y cuando vuelve a pasar por mi lado la invito a salir conmigo.Me responde que tiene novio y se aleja para atender a un nuevo cliente. Seguro que al anciano le hubiera dicho que sí.

Fragmento 4
En la calle Gonzalo de Berceo, de camino al trabajo, suelo coincidir con un ciego. Ambos vamos en la misma dirección. Él, normalmente, camina unos metros por delante. Yo observo maravillado como se desliza entre la gente golpeando el suelo con su bastón, haciendo gala de confianza y destreza. Suele detenerse a la entrada de un bar y desde allí saluda efusivamente al camarero que hay dentro: ¡¡¡Buenos días, Manolín!!! ¿Qué hay de bueno?... No sé cómo lo hace pero siempre se detiene justamente frente a la puerta de entrada del bar. Supongo que cuenta los pasos que hay desde su portal hasta el garito en cuestión. Sea cual sea su método le funciona perfectamente, de hecho es tan eficaz que parece tener los ojos sanos.
Esta mañana ha ocurrido algo esperpénticamente gracioso. Resulta que el ciego ha calculado mal y se ha detenido unos metros antes de llegar al bar, y a un palmo de una pared enladrillada ha saludado al camarero.

Fragmento 5
De regreso a casa, justo cuando pasamos por delante del tanatorio, un compañero de trabajo me comenta que por la mañana ha visto dos cigüeñas follando sobre la cúspide de la columna que preside la puerta principal del edificio. Mi compañero se lamenta por no haber tenido a mano su cámara fotográfica. Me enciendo un cigarro y miro hacia la columna en la que está inscrita verticalmente la palabra: TANATORIO. Me imagino la escena con las cigüeñas apareándose sobre la columna. Veo la foto en mi cabeza y le digo que es una pena porque la instantánea realmente hubiera merecido la pena.

Fragmento 6
Una chica me mira con ojos tiernos y me sonríe al pasar a mi lado. Le niego la mirada, razonando que es demasiado joven para mí. Tres pasos y me vuelvo para verla marchar. Ella también se ha girado y al verme mirarla hace amago de pararse. Antes de darle pie a más me giro y sigo mi camino.
Horas más tarde regreso a casa cargado de remordimientos. Pienso que soy un idiota y no consigo arrancarme de la cabeza la sonrisa de la joven.

Fragmento 7
La noche,
borracha de oscuridad
vomita estrellas…

Desisto… Borro lo escrito. No sé por qué me empeño en hilvanar versos. No soy poeta y nunca lo seré. Cuanto antes lo acepte, mejor.

Fragmento 8
Acabo de ver “Shortbus” de John Cameron Mitchell. La película es novedosa y arriesgada, las tramas están bien y mantiene atento al espectador, al menos ese ha sido mi caso. Pero lo que más me ha llamado la atención es que la mayoría de sus actores y actrices mantienen relaciones sexuales explicitas. Hay automamadas, mamadas en tríos, orgías, masturbaciones, eyaculaciones, en  fin, un poco de todo. Lo que me hace pensar que yo como actor no sé si estaría preparado para actuar de la forma que lo hacen en esta película. Me pregunto si yo, siendo hetero, sería capaz de chupársela a un tío por necesidades propias del guión... Últimamente hay unos cuantos buenos directores que optan por este tipo de actuación superrealista y prefieren que sus actores mantengan relaciones sexuales explicitas en vez de fingirlas ¿Qué pasa? ¿Qué el cine está evolucionando en ese aspecto? Supongo que hace cincuenta o sesenta años pasó lo mismo con los besos que se daban los actores y actrices. Hubo alguien que dijo: No quiero que simplemente se junten los labios, quiero un beso de verdad, con frote de lenguas y compartiendo fluidos. Ahora esta pasando lo mismo, alguien se ha cansado de que sus protagonistas finjan el acto sexual y ha optado por la realidad absoluta. ¿Que pensaría Stanislavski de todo esto?

Fragmento 9
De camino a una librería he pasado por delante del clausurado Púb Robinsón. Con el transcurrir de los años y el abandono del local la fachada se ha ido deteriorando. Los dos enormes medallones con forma de monedas que están unidos a la pared a ambos lados de la entrada muestran el paso del tiempo y están cada vez más oxidados. Recuerdo cuando era un niño, yo creía que esas dos monedas inmensas eran de oro macizo por lo mucho que brillaban. No llegaba a entender por qué nadie los robaba.
En cierta ocasión escuché a mis padres decir que andaban mal de dinero y decidí acabar con las penurias llevándome los medallones de oro del Púb Robinsón. Muchas noches me quede dormido mientras planeaba como hacerlo. Que tiempos aquellos. Mi ingenuidad se ha ido deteriorando tanto como lo están hoy esos medallones.

Fragmento 10
Hace días que trato de hacer una lista de las 50 mejores películas (según mi gusto) No me está resultando nada fácil. Películas que en su día me parecieron buenas, hoy me parecen mediocres, y algunas otras que habían pasado por mi dvd sin pena ni gloria, ahora veo con claridad que merecen estar en la lista. Además antes veía las películas con una mirada de actor, hoy lo hago con la mirada del guionista, eso cambia las cosas y de nuevo películas que pasaban con nota alta el examen, ahora no llegan al aprobado. Es evidente que el tiempo cambia a las personas. ¿Me gustará dentro de unos años “Tideland” de Terry Gilliam o “Taxidermia” de Palfi György?... Quién sabe.

Fragmento 11
Me concentro única y exclusivamente en respirar. Sólo eso, respirar. No es tan difícil si te concentras. Inspirar y expirar. Se trata de llenar y vaciar los pulmones de aire para que todo lo demás siga funcionando. Inspirar, expirar. Así una y otra vez, sin descanso.

Hielo

 

 

 

@ Agitadoras.com 2011